jueves, 16 de septiembre de 2010

Peñafiel: el recuerdo de lo que fue y debe ser el ciclismo

Solamente he seguido ‘casi’ enteras dos Vueltas a España, las de 1991 y 1992. Y digo casi porque en la que ganó Melchor Mauri me tuve que retirar tres días a casa para recuperarme en tiempo record de un esguince de tobillo que me produje en el barco que nos llevaba de regreso a la península tras dos etapas en Mallorca… pero que me evitó tener que padecer la ola de frío que azotó –y redujo- las etapas pirenaicas de aquella edición.

Desde entonces, mi relación con la Vuelta ha sido mediante visitas ocasionales –de uno o dos días como mucho- en aquellos momentos en que informativamente se requería, normalmente relacionados con la selección nacional que competiría días después en el Mundial, aunque vinculando, si era posible, la estancia en alguna población que mereciera la pena.

Ayer fue un día de esos y acompañado de mi hijo Héctor y de mi amigo David me desplacé hasta Peñafiel para coordinar con el seleccionador algunos asuntos relativos al Mundial y que lógicamente no pertenecen al ámbito de este blog. Además, la visita me servía para conocer esta acogedora y turística localidad vallisoletana que jamás había visitado: pese a ello no pude visitar el Castillo roquero –demasiado inaccesible para mí-; ni fotografiar la original Plaza del Coso, ‘ocupada’ por el montaje del espectáculo de la Vuelta. Ni compre alguna botella de Ribera de Duero. Justo para tener tres excusas para volver pronto, posiblemente en otoño cuando la canícula no sea tan intensa como ayer.

Pero lo que verdaderamente me gustó fue cómo se volcó la población con este evento, cómo el ambiente festivo se vivía en las calles de la localidad, como antaño sucedía cuando llegaban ‘las carreras’ a cualquier localidad, confirmando mi teoría de que el ciclismo se vive con más intensidad en las pequeñas poblaciones que en las grandes capitales, donde muchas veces se viven los finales como un fastidio, por aquello de los problemas de tráfico. Había leído que en Peñafiel podía haber grandes retenciones al no existir una circunvalación, pero no pasó nada malo. Eso sí, las apocalípticas advertencias hicieron que algunos visitantes de la capital prefirieran quedarse en sus casas.

Me gustó ver la bicicleta que construyeron los escolares de Peñafiel como recuerdo del día; o las vitrinas de los bares con motivos y fotografías ciclistas, o los escaparates de las tiendas profusamente decorados, de entre los que me quedo con el que protagonizaron los Playmobil en su particular Vuelta a España y que merecería un premio por su simpatía. En definitiva, un día grande para Peñafiel y para el ciclismo, recuerdo del pasado, pero pensando en el futuro.

Eso sí, el final preferí verlo en un atestado bar que debió hacer su agosto en un solo día, ya que las imágenes de televisión dan bastante más información que la contemplación en directo, aunque sin el sonido de fondo, las referencias sobreimpresas en las imágenes nos confundieron más que nos ayudaron a entender lo que estaba pasando.

2 comentarios:

  1. Entre el silencio de RTVE y los datos erróneos que os dabamos los amigos de "euskatltel" y yo, pusimos de ganador de la vuelta a Velits en un "pis-pas".

    David (el becario)

    ResponderEliminar
  2. Gracias por lo que has escrito. No soy de Peñafiel, pero he pasado mucho tiempo alli y me sentí orgulloso de mis paisanos

    ResponderEliminar