lunes, 28 de febrero de 2011

Omán, Richmond y Québec: diferentes concepciones para el Mundial de 2015

Cuando la UCI anunció el pasado mes de septiembre en su reunión de Melbourne que el Mundial se celebraría cada cinco años fuera de Europa, se desvelaron extraoficialmente varias posibles candidaturas para ese Mundial de 2015, el siguiente que tocaría disputar fuera de la Vieja Europa. Que si Colombia, que si Canadá, que si China… A la hora de la verdad, tan sólo se ha confirmado la candidatura canadiense de Québec, a la que se unieron ya de forma oficial la de Richmond, en Virginia (Estados Unidos), y la del Sultanato de Omán –sin especificar ciudad o ciudades-, ésta última hace apenas una semana.

La decisión de organizar periódicamente un Mundial fuera de Europa no es sino una consecuencia totalmente lógica de la mundialización en el ciclismo. Viene pasando con relativa asiduidad en mountain bike y en pista, e incluso en BMX lo habitual es que sea en otro continente distinto: desde 2005 no habían pisado Europa aunque volverán este año, a Copenhague. Pero en carretera parece que hace chirriar bastantes resortes entre los más tradicionales. Sinceramente, pienso que debería ser incluso en un número de años menor, aunque también creo que la UCI debería compensar económicamente a las naciones asistentes –a las que ponen a sus malabaristas y payasos en el circo-, como sucede en el fútbol, sin ir muy lejos, y que debería revisarse el programa de competiciones. Pero este es otro tema que dejo abierto.

Oman y los petrodólares

La candidatura de Omán es la de los petrodólares arábigos, ya habituales en otros deportes, aunque en ciclismo se había circunscrito a las rondas por etapas de Qatar y Omán, con mucho lujo y boato, pero sin apenas repercusión interna, y a otras iniciativas fallidas. Cada uno de estos países busca grandes eventos para su promoción económica y turística, y Omán parece que ha apostado por el ciclismo. Y naturalmente un Mundial sería el segundo objetivo. Si es cuestión de dinero y de comodidad para los asistentes –dos cuestiones decisorias muy importantes para la UCI- la candidatura omaní tendría un gran paso dado. Si eso le unimos la organización de ASO –pese a sus tiranteces periódicas con la UCI- y la imagen de Eddy Merckx, podríamos hablar de un ‘caballo ganador’.

Imagino que el epicentro de la competición sería su capital –Mascate en castellano, Muscat en inglés-, una ciudad de más de un millón de almas que no es el típico pueblo de pescadores transformado en megalópolis de rascacielos, sino que tiene un cierto encanto turístico, según he podido leer. Deportivamente se podrían realizar recorridos interesantes ya que es una zona accidentada, no el típico desierto plano que todos tenemos en mente. Eso sí, calor, incluso para regalar, con temperaturas que alcanzan los 35 grados a finales de septiembre, pero no sé hasta que punto puede ser un factor restrictivo.

El sueño americano de Richmond

Menos referencias directas tengo de Richmond, la capital del estado de Virginia -aunque tenga una aún precaria web-, salvo el apoyo unánime y decidido de USA Cycling, dispuesta a acoger un evento que no se organiza en este país desde 1986 –en Colorado, con victoria de Moreno Argentin-. Y es que cuando Estados Unidos se mueve…

Richmond es la típica gran ciudad del sur estadounidense –como Atlanta o Dallas-, también de más de un millón de habitantes, con un importante sector terciario y con ganas también de tener un gran evento que la publicite habida cuenta de que es una de las pocas grandes ciudades norteamericana que no tiene un equipo en las grandes ligas profesionales (baloncesto, béisbol, fútbol americano o hockey).

Ciclísticamente hablando, es una de las poblaciones estadounidenses con más tradición, sede del Tour de Trump y posteriormente epicentro del ya desaparecido Tour Dupont. No obstante, los recorridos que podrían trazarse no parecen tan atractivos como los de sus dos oponentes. En este caso, la humedad será el factor climatológico más a tener en cuenta, con un clima bastante más fresco al final del verano: las máximas difícilmente superarán los 20 grados.

La francofonía de Quebec

Curiosamente Québec, la más conocida de las tres candidatas, es la ciudad de menor tamaño, con poco más de medio millón de habitantes, pero sin duda la que tiene un mayor atractivo, a causa de ese ‘Vieux Quebec’, patrimonio de la Humanidad desde 1985. Precisamente esa ciudad vieja, que sobresale del moderno Québec, posibilitaría un recorrido tremendamente atractivo –sin duda el más interesante de los tres-, como vimos el pasado mes de septiembre en el Grand Prix Cycliste de Québec, que debutaba, con Montreal, en la Copa del Mundo. Dos carreras que cosecharon unánimes críticas favorables por parte de todos, y que cosecharon una asistencia masiva de público.

Y este éxito arrollador fue el que propició la propuesta ‘quebecoise’ para este Mundial 2015. Una candidatura que tiene un tinte clásico ya que, no nos olvidemos, Québec es la capital espiritual de la Canadá francófona, de esa región que -cada poco tiempo- amenaza con escindirse del resto del país anglófono, sin que hasta el momento el corazón se haya impuesto a la razón. Por el contrario, juega en su contra el hecho de que Canadá haya recibido un Mundial de carretera hace relativamente poco, en Hamilton 2003. La lluvia y el fresco –máximas mensurales inferiores a los 15 grados- caracterizarían el evento si de disputase allí.

La decisión sobre la concesión del Mundial 2015 se conocerá con ocasión del próximo Mundial, en Copenhague (Dinamarca), en la reunión del Comité Directivo los días 21 y 22 de septiembre.

jueves, 24 de febrero de 2011

Con pinganillo o sin él, esto no puede seguir así

Después de mi experiencia como radio-vuelta en la Challenge de Mallorca, quería esperar a que terminara la Vuelta a Andalucía para sacar algunas conclusiones más sobre si el ciclismo ha cambiado –para bien, que es lo que todos deseamos- con el tema de la supresión de los pinganillos.

Y la verdad es que recién terminada la Ruta del Sol la impresión es que no me he perdido mucho. Bueno, un par de victorias del mejor corredor español contemporáneo –le duela a quien le duela-, Oscar Freire; la etapa de Fran Ventoso, que apunta muy alto este año, y ese triunfo final que tanto se merece un tipo tan especial como Markel Irizar. Y me hubiera gustado perderme esa estúpida y dramática caída de ayer que se saldó con una nueva ‘baja laboral’ de Koldo Fernández de Larrea, posiblemente el ciclista con peor suerte del pelotón nacional y al que le deseo una pronta, rápida y total recuperación para que nos revele ese notable sprinter que hay en él.

Porque, desgraciadamente, la Vuelta a Andalucía ha sido soporífera, si excluimos los últimos kilómetros por el bonito desenlace de los sprints. A posteriori, muchos han criticado el trazado de la ronda, pero una vez más es una aseveración fácilmente rebatible: los recorridos los hacen duros e interesantes los propios corredores.

Continuando con el tema, simplemente me voy a referir a los tweets de hoy de dos perfectos conocedores del ciclismo y que reciente y ampliamente participaron en el debate de los pinganillos. Por un lado, Matxin, el director de Geox: “Menos ataques y ciclismo más previsible”, antes de lanzar un contundente “soy apasionado del ciclismo, pero estas 3 ultimas etapas soporíferas de Andalucía, no hay quien disfrute de ciclismo”. Por otro lado, Dani Sánchez, más tajante aún: “Una de las cosas que mata al deporte es la falta de imaginación de directores y corredores. Y quitar el pinganillo no ha sido la solución”.

Y es que con comunicaciones o sin ellas, esto no puede seguir así, el ciclismo debe cambiar. No puede ser el guión estándar y convencional de un buen número de etapas y carreras –casi siempre menores-, una fuga más o menos tempranera bajo la complacencia del pelotón; un equipo que comienza a controlar para que la minutada de los de delante no sea insalvable; el mismo, otro u otros conjuntos que aceleran el ritmo para acabar con los fugados y jugar sus bazas, y una llegada –al sprint o en alto- en la que sólo un puñado de favoritos juegan sus bazas. Y un 90% de corredores sumidos en el anonimato. Y los aficionados de siempre, cada vez más aburridos… y más escasos.

lunes, 21 de febrero de 2011

El record de Martínez Oliver; la flor de un seleccionador

No se dedicó mucho tiempo Juan Martínez Oliver a los velódromos como corredor. Fue en las postrimerías de su carrera –entre 1994 y 1997-, cuando ya había dejado sus mejores años en la ruta. Aun así, le dio tiempo a dejar muestra de su talla de rodador con sendos quintos puestos en la persecución individual y por equipos de los Juegos Olímpicos de Atlanta, el mejor resultado jamás logrado por un persecucionista español y solamente superado por los éxitos posteriores de Sergi Escobar.

Antes de este periplo, el almeriense había demostrado su clase en la carretera, pero sobre todo su fortuna, en especial en esa histórica crono de Santenay en el Tour de Francia de 1988, en la que salir de los primeros le permitió disfrutar de unas condiciones climatológicas de las que no gozaron los grandes favoritos, aunque ello no resta ni un ápice de su mérito como rodador. Y obviamente ganar una etapa en la ‘grande bouclé’ no es fácil. Pero si es luchando contra el crono, el éxito está al alcance de muy pocos. Incluso con la suerte como aliada.

Pues bien, esa buena estrella parece no haberle abandonado y en su regreso a la pista, esta vez como máximo responsable de la selección española –en directa conexión con el STRYC de Joan Llaneras- ha establecido una marca de la que muy pocos técnicos españoles podrán presumir jamás: lograr al menos una medalla en todas y cada una de las competiciones en las que ha tomado parte desde que accedió al cargo la pasada primavera. En menos de un año: plata de Tania Calvo en 500 metros, y bronce de Gloria Rodríguez, en puntuación, en el Mundial junior; Campeonato de Europa juvenil de 500 y bronce en keirin para la ciclista vasca, en un evento en el que el sub-23 Sebastián Mora lograba dos títulos, en el scrtach, sólo, y en la madison, junto a Airán Fernández; título europeo, esta vez absoluto, para Leire Olaberría en el omnium, con oro para la guipuzcoana en la primera Copa del Mundo, en Melbourne. Y finalmente, una plata y dos bronces para la ‘cuarteta’ de persecución –en las Copas del Mundo de Pekín, Cali y Manchester, respectivamente-, que le han llevado a conseguir la general final de esta disciplina. Y sin olvidarnos que el 4-03-308 de la final de ayer domingo es la segunda mejor marca española de todos los tiempos, solo superada por la obtenida en Atenas 2004.

Ahora queda lo más difícil, ratificarlo en el Mundial e ir pensando en Londres 2012, Y para Apeldoorn, dentro de apenas un mes, las perspectivas son bastante halagüeñas: Leire es una firme candidata a medallas y más aún cuando la presión de favorita debe recaer en la norteamericana Sarah Hammer, que correrá más vigilada dejando a la donostiarra menos marcada; el equipo de persecución ha dado muestras de una progresión interesante y más cuando cuenta con cinco corredores con posibilidades muy similares, lo que compensaría la probable ausencia de Eloy Teruel si el murciano es el elegido para el omnium, donde también puede acercarse a las medallas, como demostró en Melbourne y Cali. Para la ‘cuarteta’, la cuarta plaza se ve ahora como posible, aunque Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Australia están claramente por encima.

En un nivel inferior, se observa también una positiva evolución en las pruebas femeninas, aunque muy lejos de la élite mundial: en este sentido, hay que recordar las palabras de Joan Llaneras que fija el horizonte de Río de Janeiro 2016. Tal sólo hay nubarrones en la velocidad masculina, aunque los detalles mostrados por Peralta nos animan bastante a todos. Y personalmente, todavía confío en una recuperación de Hodei Mazkiarán, y que confirme las condiciones que exhibió como junior a mediados de la década pasada. En el próximo Mundial, además, siempre puede surgir alguna revelación en las pruebas que han dejado de ser olímpicas y cuyo nivel competitivo ha descendido notable y desgraciadamente.

En fin, Juan, ojala sigas muchos años con esa flor –aquella que popularizó el mítico Miguel Muñoz en el Real Madrid- y que estos vientos de triunfos nos traigan tempestades de alegrías a corto y medio plazo, que la maltratada pista –por ese injustísimo cambio de disciplinas- se lo merece y necesita.

jueves, 10 de febrero de 2011

Un invierno en Mallorca sin pinganillo

He tenido la suerte de vivir en primera persona y muy de cerca la primera carrera española de la temporada sin pinganillo. Han sido cuatro días en los que se han podido sacar algunas primeras lecturas de lo que va a ser este deporte a partir de ahora. Porque mucho me temo que, a pesar de la casi masiva oposición de los equipos y la mayoritaria de los corredores a esta supresión, la UCI no va a dar marcha atrás. Si no hubo diálogo en las fases anteriores, no tiene por qué haberlo ahora y menos aún cuando las medidas ‘de presión’ por parte de estos dos colectivos han sido hasta el momento testimoniales. Y el gran ‘capo’ del ciclismo, Le Tour, está por la supresión en una pretendida y falsa asociación al espectáculo. Y por una vez y sin que sirva de precedente coincide con la UCI, no se hable más.

Además, los corredores –insisto, a favor de la comunicación bidireccional en una gran mayoría- pretenden que la iniciativa de la protesta la lleven los directores. Y estos dejaron pasar la oportunidad de manifestarse en el Down Under, donde más le podría haber dolido a la UCI en su proyección mundializadora, o en Qatar. Claro que allí manda quien manda. Y no son los jeques.

Espectacularidad

Mucho se ha hablado del corredor valiente, liberado de la dictadura de las órdenes del equipo, con el libre albedrío de poder decidir si quería o no atacar. Y que todo ello es sinónimo de espectáculo. Y mucho me temo que no he encontrado a muchos corredores así en esta Challenge. Más bien a casi ninguno. Y aunque se diga que esta carrera es secundaria, para muchos ciclistas no hay victorias menores… o no hay posibilidades mucho mejores de obtener alguna victoria para dar tranquilidad a la temporada. Por ellos y por sus equipos. Antonio Cabello, el ‘capo’ de Andalucía-CajaGranada me reconocía que incluso había visto menos combatividad, “porque antes, cuando no se metían en una fuga, ya les estaba moviendo para que la anularan”. Matxin, siempre bastante claro en sus apreciaciones, confirmaba este punto de vista: “Otros años hemos visto ciclistas que se comían la carretera de ganas en este inicio de la temporada. Pero ahora ha sido fuga y marcheta. Van a conseguir precisamente todo lo contrario de lo que querían, mucho más conformismo”.

Más bien, y sigo con mis impresiones, me he encontrado a bastantes corredores desinformados e incluso despistados en carrera. Bien es cierto que –como me reconocía otro director que prefiere el anonimato- alguno tendrá que reciclarse ya que solían salir incluso sin haberse estudiado el perfil de la etapa confiando en la omnipresencia de las órdenes de equipo. Pero lo cierto es que en un pelotón de casi 200 unidades, algunos desconocían totalmente la situación de carrera en cuanto a escapados y diferencias, ya que la pizarra no pude informar a todos y cada uno de ellos. Y bajar al coche de equipo solamente por ello daba un poco de ‘pereza’. A lo mejor también tiene que reconvertirse el pizarrero para mostrar la información a todos ellos. Pero no debería ser así en pleno siglo XXI.

Pero eso no es todo. La mayoría de los ciclistas han olvidado el antiguo hábito de informar de la causa de su llamada, por ejemplo, señalando la rueda correspondiente si habían sufrido un pinchazo o levantando el bidón para el avituallamiento. Todo ello hace perder también un tiempo precioso de reacción. E incluso los propios corredores no son conscientes de que la atención a sus llamadas conlleva ahora bastante más tiempo que antes.

También he visto a directores en las últimas posiciones de la caravana al borde de un ataque de nervios tener que adelantar a veinte vehículos en una carretera estrecha y revirada para dar una simple consigna que antes daban por radio en un gesto rutinario. Quien no quiera ver que estas acciones contribuyen a incrementar la inseguridad en la carrera es que no conoce este deporte. O desesperados, llamando a bocinazos a un corredor que no vuelve la cabeza ni por asomo. Y es que lo que al principio fue una broma entre Alvaro González de Galdeano y este servidor de personalizar el claxon, me parece que va a tener que ser algo inevitable para que se identifique el coche de equipo por el sonido. No he tenido la ocasión –por suerte- de ver adelantar a un director como loco –desafiando cualquier peligro y cualquier prohibición- para llegar a un corredor en cabeza que se está jugando la victoria. Y que nadie se olvide que estos comportamientos eran habituales en los años ochenta, hasta la utilización del pinganillo.

Seguridad

Siguiendo con el tema de la seguridad, realmente en un par de ocasiones el que se ha preocupado, incluso cabreado, he sido yo, al recibir noticias por la emisora interna sobre el estado de la carretera algunos kilómetros más adelante –una vez por la presencia de unas ovejas y otra por zonas resbaladizas debido al agua en la calzada- y tener que tragarme esa información ya que no la iban a poder recibir de ninguna forma los corredores. Quizás tengan razón los que dicen que así van más atentos a los peligros los corredores. Pero también es cierto que peligro avisado, peligro paliado. Y en este caso, haberla emitido por radio vuelta no hubiera sino servido para sembrar una preocupación innecesaria entre los directores por irresoluble. La única solución que se me ocurre es que va a tener que ser el organizador, mediante las motos enlace, quien tenga que ‘señalar’ in situ todas estas zonas peligrosas, obligando a un esfuerzo mayor a nivel de medios… y económico. Y no están los tiempos para más gastos.

Y obviamente cambiar el pinganillo del equipo por el de radio vuelta para dar estas informaciones relativas al estado de la carrera y de la carretera es un tormento chino que ningún ciclista aguantaría, según me han comentado los propios afectados. Una propuesta que tampoco resiste un análisis serio sobre su viabilidad.

En fin, como decía al principio, éste es el ciclismo del siglo XXI que nos espera salvo que la UCI imponga el diálogo y se aporten iniciativas para estudiar una solución que convenga a todos. Difícil, muy difícil, pero siempre me ha gustado la sentencia “sé realista, pide lo imposible”.

domingo, 6 de febrero de 2011

Mi segunda carrera como presidente del Colegio de Comisarios

Se veía venir. La ‘guerra de los pinganillos’ no ha hecho sino comenzar y la plaza de Palma es una de las más apreciadas de forma tradicional en todo combate ciclista que se precie, como primer campo de batalla de la temporada. Las aguas bajaban ayer calmadas, por lo que pude sondear, pero en el Paseo Marítimo de Palma los guerreros del asfalto se presentaban pertrechados de sus tradicionales ‘pìnganillos’. A modo de protesta. No han tardado mucho los comisarios en informar de las instrucciones de la UCI de no permitir la salida. Las mansas aguas se han tornado bravas, y al final, para propiciar el combate deportivo –aún yendo contra el reglamento-, se ha dado la salida. Con pinganillos… pero sin comisarios.

Total, en el coche del presidente del Jurado, conducido por el bueno de Toni Cerdá, tan sólo iba este servidor, que a sus labores de radio vuelta iba a unir la de presidente en funciones… aunque la verdad es que no he tenido mucho trabajo: un par de consultas y otro par de autorizaciones de paso. A ver si va a ser verdad lo que un día dijo Fignon de que ellos mismos ejercerían de árbitros.

Pero esta no ha sido mi primera vez, ya que hace ya bastantes años, cuando ejercía también como ‘radio vuelta’ en Castilla y León viví una situación similar, aunque mucho más cómica. El presidente de la ‘Giuria’ –no puedo dar más pistas, entre otras razones porque he olvidado afortunadamente el nombre de dicho personaje- era un fulano obsesionado por saber por qué no había tanta marcha nocturna en las poblaciones en las que recalábamos como en las que había visitado en su anterior carrera en España; y cabreado hasta límites insospechados porque hablábamos demasiado por las emisoras y no le dejábamos descansar.

Un día, cuya víspera debió corresponder con sus deseos de diversión, decidió echarse un sueñecito reparador en los primeros kilómetros de la etapa, advirtiéndonos al conductor y a mí que no le despertáramos bajo ningún concepto… con tan mala suerte que el viento se levantó y el pelotón estalló en tres o cuatro grupos. Respetamos su decisión, y tomé las riendas ‘en funciones’. Y en colaboración con los dos adjuntos –dos excelentes personas y grandes profesionales- nos hicimos con la situación rápidamente: Barrages por aquí, control por allá… Incluso el viento amainó antes de que este personaje despertase. Os puedo jurar que no se enteró de nada. Por otro lado, también puedo asegurar que ha sido el único árbitro con el que me he cruzado en mi vida –y han sido muchos- con una actitud tan antiprofesional.

La situación de hoy no ha sido tan cómica, sino bastante tragicómica. Y es que por mucha razón que se tenga, este no es el camino para hacer valer unas reivindicaciones que, como sabéis, me parecen completamente justas. Incluso a personas que hoy han tenido que jugar en campo contrario. Me imagino que las repercusiones seguirán siendo mínimas. Y, sin pinganillos, el ciclismo seguirá sin escuchar. La guerra no ha hecho sino empezar.

PD: La foto -perfectamente captada- es del gran Josu Mondelo. Gracias.

martes, 1 de febrero de 2011

Movistar, quince años atrás


O nos estamos haciendo todos mayores, o sencillamente añorábamos unos tiempos que, al menos en esto, fueron bastante mejores. Pero a más de uno –a bastantes más, desde luego- nos pareció esta mañana en el auditorio de Telefónica, durante la presentación del Movistar Team, estar retrocediendo quince o veinte años atrás. A los tiempos de Banesto. Cuando el ciclismo –comunicativamente hablando- arrasaba.

Y es que hoy ha sido un gran día para el ciclismo. Es de agradecer que el acto –correcto en todos los sentidos-, haya sido, además, corto. Pero hoy había una diferencia con los tiempos del patrocinador bancario: fuera de la sala había tanta información inmediata como dentro, gracias a Twitter, tanto el oficial del equipo, perfectamente gestionado, como las participaciones voluntarias añadidas de personas como Laura Meseguer, Rafa Díaz Justo, Josu Mondelo, Fernando Llamas o de este servidor. Una apuesta por las redes sociales que Movistar ha asumido perfectamente.

Y entre aquel añorado pasado y este ilusionante presente, hay que valorar en la medida que se merece a Luis Abril, el nexo de unión entre aquel Banesto de Indurain y Perico y este Movistar de guerrilleros. El ahora secretario general técnico de Telefónica dijo una serie de frases que, lejos de ser tópicas, son las que alimentan la ilusión en este proyecto. Desde el "debemos mucho al ciclismo, había que ayudar" que le comentó a César Alerta un día de agosto desde Saint Malo, hasta el premonitorio “vamos a hacer historia", pasando por una sentencia que es una clara declaración de intenciones: "Tenéis el mejor patrocinador del mundo que podéis tener, sin precedentes en el ciclismo. Es algo que tenéis que aprovechar, no tenéis la exigencia de las victorias inmediatas, pero sí de dar lo mejor de vosotros mismos”.

Ojala sea verdaderamente el inicio de una nueva etapa para el ciclismo, que el ejemplo cunda y que dentro de un par de años, algún otro patrocinador con este peso y con estas ganas, se una también decididamente al ciclismo español. Como dice su lema, “compartida, la vida –el ciclismo- es más”