lunes, 9 de mayo de 2011

De Vigil a Weylandt; de la suerte a la desgracia

Ayer tuve la suerte, con mayúsculas, de disfrutar de una gran jornada de ciclismo en el Memorial Inguanzo. Buen tiempo, emoción, combatividad, un circuito interesante para público y ciclistas. Pero todos nos quedamos con el alma en vilo por culpa de la espectacular caída de Andrés Vigil, Jon Gárate y Jesús del Pino –los tres primeros- en el sprint final, y que tuve la ¿suerte? de plasmar fotográficamente. El estado del ganador era el que más nos asustaba por la gran cantidad de sangre perdida, y la situación parecía aún más grave por los lloros de los padres y de la novia del ciclista alicantino. Afortunadamente las asistencias médicas nos relajaron y aunque el corredor del Andalucía-CajaGranada se perdió la ceremonia protocolaria y acabó en el hospital… hoy ya está en casa, con un diente menos, con la cara magullada, pero sano y salvo. Suerte, también con maýúsculas.

Hoy la historia se ha repetido, en Italia en vez de Cantabria, pero con un desenlace radicalmente distinto que ha llevado a la tumba a un chaval de apenas 26 años, Wouter Weylandt, con toda la ilusión del mundo por delante, por su profesión y por la que iba a ser su próxima paternidad. Ganador el año pasado de la tercera etapa, el mismo ordinal con consecuencias trágicas en el día de hoy, no tenía el Giro entre sus ‘deberes’, ya que vino para sustituir a un compañero. Y es que en donde menos te esperas puede estar la línea de llegada de la carrera de tu vida. Y recordándonos lo peligroso que puede ser este deporte.

En estos momentos de tristeza solo tengo palabras de ánimo para la familia y los amigos, para los compañeros de equipo y pelotón, para toda la familia del Giro que se habrá quedado consternada y paralizada por esta desgracia. Y para el bueno de Angel Vicioso, que no podía haber encontrado otro día peor para demostrar su clase y su casta. Un triunfo de justicia para él y para todos aquellos que vivieron esa pesadilla de la OP.

No he visto las imágenes ni las quiero ver, desde luego, pero me fastidia muchísimo la ligereza con la que se enseña la sangre, hiriendo la sensibilidad de propios y ajenos. Ayer en el Inguanzo me cuidé muy mucho –creo que casi todos los que estábamos allí- de ‘cebarme’ en la desgracia morbosa, en la cara sanguinolenta del caído, porque es algo perfectamente evitable en lo informativo y sobre todo en lo humano. Y solamente tuitée la noticia cuando supe que mi información no iba a causar más daño –al estar sus allegados junto a él-. Hoy no ha sido lo mismo, y me molesta.

6 comentarios:

  1. de acuerdo contigo Luis. Hace poco viví algo similar en Galapagar y no tuve "el valor" de hacer una foto en una situación quizás peor que la que tú tenías ayer. Al fin y al cabo tú estabas captando la llegada.
    Los de la carnaza, que haberlos haylos, tienen tema para toda la semana.

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  2. “Mal día para el ciclismo” y para todos los que lo amamos y disfrutamos con él. Esta es la cara más amarga del ciclismo, son días duros de superar. Por desgracia estas cosas están dentro del mundo del ciclismo y son las que le hacen diferente, épico; su dureza, su riesgo.
    Pero hay que seguir, la carrera continúa. La vida continúa.
    Descanse en paz.

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  3. Un pequeño matiz, una nimia circunstancia es muchas veces la distancia que nos acerca o nos separa de ese afortunado o irreparable calificativo que diferencia entre la vida o la muerte.
    El respeto ante la desgracia separa al periodismo serio y responsable del circo oportunista y sin escrúpulos.
    Descanse en paz. Mucha fuerza para su familia y allegados.

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  4. Lo primero, mi mas profundo pésame a toda la familia ciclista por tan trágico día. Pero, aunque se que no es el día de hablar sobre este tema, ha sido la casualidad de ser hoy cuando he leído este blog por primera vez a raíz del fallecimiento de Weylandt. Mi comentario es sobre la victoria de Vicioso y su comentario en referencia a su implicación en la OP ("justicia" "pesadilla"). Es obvio que mientras estas actitudes no cambien este deporte siempre estará manchado. La OP puede ser un chapuza judicial pero la evidencia del dopaje de todos los deportistas implicados en ella no se pueden negar, por lo tanto el señor Vicioso es un ciclista que sabemos que se ha dopado y no ha cumplido sanción alguna. No puedo alegrarme de su triunfo y lamento que usted considere a los tramposos y estafadores que hunden este bello deporte pobres e injustos sufridores, merecedores de todos los perdones. Repito, siento sacar este tema un día como hoy pero han sido las circunstancias.

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  5. No te falta razón, sustenpass, pero a la gente se le juzga con pruebas, no con evidencias. Y a los ciclistas de la OP, si no se los quiere (o puede) juzgar, que se los deje correr con todas las consecuencias por mucho que algunos los consideren tramposos. Y es que sin juicio, no debe haber condena, aunque en este caso la hay, y grave. Vicioso no es de los más perjudicados, pero Mancebo -por citar solo a uno- ha tenido más castigo estando así que si hubiera cumplido dos años y regresado

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  6. Cierto, pero yo hablo de la integridad moral de los corredores. Todos se han escudado en argucias o en fallos del sistema (clamorosos muchos de ellos) por no ser capaces, ni tener la mínima dignidad, para enfrentar su mentira, prefieren huir de ella. Si hubieran confesado en el momento, si hubieran puesto las cosas claras sobre la mesa,hubiera pasado lo que dices, dos años y a correr. Eso hubiera sido lo justo, pero han preferido permanecer en su mierda, como hacen casi siempre, y eso es lo que deben cambiar. POr lo tanto veo justo (aunque hipócrita) el ostracismo en que han caido.

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