jueves, 28 de junio de 2012

¡Gracias por meteros donde os metisteis!

Solamente leyendo el AS esta mañana caía en la cuenta de que este va a ser el trigésimo Tour de Francia para Eusebio Unzue, que empezó al frente de esa estructura que comenzó modestamente como Reynolds –como segundo de ese referente que fue y siempre será José Miguel Echávarri- y ha llegado hasta el potente Movistar, con el que aspira a todo en la presente edición.

Pero no quiero analizar esas tres décadas de éxitos, sino referirme a la importancia que tuvo en su momento –y que no pudimos apreciar en su justo valor hasta algún tiempo después- la decisión de Echavarri de tomar la salida en la ‘grande bouclé’. Algo que entonces era bastante más sencillo que ahora, ya que no existían ni ProTours ni tanta demanda: de hecho solo salieron 14 escuadras. Es más, de los cinco conjuntos nacionales existentes por aquel entonces, sólo la escuadra navarra se interesó por participar.

Habría que remontarse a comienzos de la década de los setenta cuando España era protagonista en la ronda gala, principalmente con Luis Ocaña, el mejor ciclista español de la historia hasta la llegada de Miguel Indurain –y en algunos aspectos, sinceramente pienso que superior al de Villava-, al que solo la mala suerte y Eddy Merckx le impidieron alcanzar un palmarés de superestrella. Junto al de Priego, los José Manuel Fuente, Pedro Torres, Vicente López Carril, Gonzalo Aja, Miguel Mari Lasa, Txomin Perurena o Paco Galdos, que poco a poco fueron desapareciendo sin que surgieran nuevas figuras –la llamada generación perdida de los Enrique Martínez Heredia, José Luis Viejo Julián Andiano o José Nazábal- que tomase la alternativa en el Tour.

En 1977, Galdos rozó el podio, y un año más tarde, en el debut de Bernard Hinault, acababa séptimo. Pero era una gota de agua en el desierto. El mítico Kas no era ni la sombra de lo que fue y cambió en 1979 su filiación y su estructura a Bélgica, donde se extinguió con más pena que gloria. Teka era un equipo errático –mezcla de veteranos en decadencia y jóvenes como Alberto Fernández o los hermanos Lejarreta que no terminaron de explotar en la medida de lo que debieron- y Kelme –a pesar de contar con realidades como Belda o Juan Fernández- pasó muchísimas penalidades en la ronda gala en aquel cuatrienio que fueron desde 1979 hasta 1982. Años en los que no se ganó ni una sola etapa y en la que ninguno de los nuestros entró ¡entre los quince mejores! hasta que llegó ese décimo puesto de ‘Galletuca’ el año anterior.

¡Pero donde os metéis!, cuenta hoy Unzué que les dijeron en aquel 1983. Teka y Kelme, hartos de varapalos, ni se plantearon acudir; Zor, con los Fernández, Rupérez o Pedro Muñoz, tampoco, aunque en su descargo podríamos decir que se exhibió en el Giro de Italia. Y Marino Lejarreta comenzaba su dorado exilio transalpino sin querer saber nada de Francia hasta algunos años después. Pues bien, en aquel Tour del cambio, el de la agónica defensa del amarillo de Pascal Simon –cinco días con fractura de clavícula hasta que dijo adiós- y de la aparición del entonces aún poco soberbio Laurent Fignon, Ángel Arroyo y Perico Delgado –tanto monta, monta tanto- nos hicieron soñar con la gloria. Y aunque el segoviano se dejó la general en aquella histórica pájara camino de Morzine, el abulense subió hasta la segunda plaza del podio en una histórica contrarreloj en Dijon… que seguí, por televisión, entre alucinado y exhultante, en un bar de Talavera.

Es necesaria la perspectiva de aquellos años para que podemos comprender la importancia que tuvo para el ciclismo español aquella decisión, que luego imitarían todos y cada uno de los conjuntos nacionales –incluyendo Kelme, Teka y Zor, por supuesto- para darnos treinta años de protagonismo en el Tour de Francia.

Y por supuesto decir, ¡gracias por meteros donde os metisteis!

lunes, 25 de junio de 2012

Historias de Campeonato (y IV): Salamanca terminó en Sierra Mágina

La gran fiesta del ciclismo –que son o deberían ser unos Campeonatos de España- tuvo la más triste de las despedidas cuando todos nos quedamos helados al conocer el atropello de dos juveniles en la Vuelta a Sierra Mágina, uno de los cuales, José María Sánchez, del equipo Andalucía, fallecía. Una vez más una imprudencia lamentable que pone de manifiesto la poca educación en material de seguridad vial que hay en este país, por no hablar del escaso, incluso nulo, respeto a los ciclistas, que a veces se convierte en hostilidad manifiesta.

Como refleja la página web del equipo andaluz, José María murió haciendo lo que le gustaba. Pero no deja de ser triste que haya sido a los 17 años, con toda una vida por delante. De ciclismo… y de otras muchas cosas. En fin. Lo único que se me ocurre en estos momentos es la frase manida pero que ojalá algún día se cumpla el que no haya más fallecimientos así. Utópico, sí, pero absolutamente necesario.

Volviendo a Salamanca, la cuestión que flotaba en el aire era la ausencia de algunas de las principales figuras ciclistas españolas, que dejaban de lado el Nacional por ‘cuestiones de programación’, bien pensando en el Tour, bien disfrutando de en un descanso entre objetivos. Pienso que una concienciación de los corredores –como ocurría hace unos años con Indurain y Delgado, como ocurre en países como Italia donde los ‘grandes’ se sacan los ojos por la ‘tricolore’- sería la mejor fórmula de potenciar el Campeonato. Si no, habría que plantearse la táctica del ‘palo y la zanahoria’. Tiempo y ocasiones habrá para replantearse el tema.

Por lo demás, tuvimos la suerte de vivir una bella jornada en este Campeonato pro, con un centenar de participantes que –al menos a mí- me hicieron olvidarme de las ausencias por la combatividad mostrada. Podría quedarme con muchos protagonistas, pero sin duda hay que mencionar Fran Ventoso ese vencedor en la carretera por el que muchos moralmente apostaban y a Paco Mancebo, combativo en todas las fases de la carrera y con una ilusión que ya quisiera cualquier juvenil.

Foto: Josu Mondelo / www.rfec.com

sábado, 23 de junio de 2012

Historias de Campeonato (III): Entre Béjar y La Alberca

Me sabe mal tener que dejar La Alberca sin haber podido seguir la carrera élite, una categoría en la que militan un buen número de corredores que se merecerían continuar estando en el campo profesional. Ayer lo pudimos ver en la contrarreloj de Béjar en la que un enorme Eloy Teruel no desmereció nada a los mejores rodadores de este país. De hecho acabó en tercera posición ‘scratch’ lo que habla a las claras de la valía del contrarrelojista murciano.

Y es que esa ‘clase media’ del ciclismo español se está perdiendo tanto por la crisis económica por esa UCIWorldTourdependencia. Algunos –como Alejandro Marque, tercero en la crono- pueden encontrar acomodo en Portugal, esperando un regreso incierto, improbable, aunque a veces esa oportunidad, esa segunda oportunidad, es tan merecida como necesaria.

Insisto, me hubiera gustado seguir ‘in situ’ la prueba de fondo de los élites, pero otras obligaciones laborales –en forma de presentación de la vestimenta olímpica- me reclaman esta tarde en Salamanca.

Volviendo a la crono de ayer en Béjar, una vez más Luis León demostró ser el mejor contrarrelojista del país. Ya lleva cuatro títulos –como Iván Gutiérrez- y tiene en las piernas alguno más. Y aunque su hermano Pedro estuvo también en la prueba, esta vez el ciclista fue mucho más conocido y reconocido que el futbolista. De todas formas ‘Luisle’ no se debe confiar ya que detrás de él hay un Jonathan Castroviejo al que habría que ver en su mejor pico de forma y sin salir de una enfermedad, como le sucedía en estos Nacionales.

Una vez más, lamentarnos de algunas ausencias. Hay chavales que –aunque estén lejos de su cenit del año y solo sea pensando en el futuro- deberían tener la inquietud de probarse en un test tan selectivo como éste.

Por la tarde, los protagonistas fueron los sub23, corredores que están llamando –a veces con verdadera fuerza e insistencia- a las puertas del campo profesional, aunque quedan lejos aquellos tiempos en que tenían el pase asegurado con unas mínimas prestaciones.

Mentiría si dijera que no me alegré con la victoria de Ramón Domene, un corredor que conozco desde que era cadete, con notables éxitos en ciclocross como en pista, pero centrado en estos últimos años en la carretera en ese sueño que desde ayer tiene más cerca. Como ciclista es de estos corredores que en cuanto le ves sabes que tiene ese concepto tan difícil de describir como la clase, aunque le ha faltado ‘domarla’. Gracias al gran trabajo de Xabier Artetxe, y a que por fin le han respetado las lesiones, ayer le tuvimos en lo más alto del podio de Béjar, donde la presencia de público a la hora que terminaba la carrera –las ocho de la tarde- fue notable, lo que nos debe hacer preguntarnos por qué insistir en los horarios de sobremesa si posiblemente haya mejores franjas para ver este deporte.

Pero hubo otros muchos protagonistas más ayer en las carreteras salmantinas. Me gustaría mencionarlos a todos, pero no  quiero realizar agravios comparativos. Simplemente deciros que gracias y que sigáis así porque el futuro del ciclismo está en nuestras manos.

Y terminó con la prueba matinal en la que Anna Sanchis remató su periplo salmantino con este doblete demostrando que la mejor corredora del ciclismo español está recuperada tras un par de temporadas aciagas. Es para alegrarse. Lo mismo que de la combatividad mostrada por Anna Ramírez –aunque reconozca que no tiene ya ilusión por competir- y la prometedora ‘reentrée’ de Ane Santesteban, como mejor sub23.

Fotos: Josu Mondelo / www.rfec.com

jueves, 21 de junio de 2012

Historias de Campeonato (II): Fallan los pronósticos, falla Twitter

Dos horas antes del inicio de los Campeonatos de España atendía una llamada de Radio Guijuelo, para preguntarme por los prolegómenos del evento. Naturalmente se escapó la pregunta de rigor sobre los favoritos y contesté, osadamente, que si tuviera que jugarme unos euritos lo haría por Mario González y Leire Olaberría, como había ya manifestado públicamente en las crónicas previas. Nada original porque muchos otros coincidían en este pronóstico.

No hace falta recordar ahora que el ciclismo no es una ciencia exacta, que influyen muchos factores y ninguno de los aludidos siquiera terminó en el podio. En el caso del sub23 me comentaba antes de salir que no le convencía en exceso el recorrido, que hubiera preferido más kilómetros. Y claro, en una categoría en la que todavía influye mucho el ‘entorno’ son bastante comunes estos ‘fallos’.

No obstante, me alegré porque el resultado era el que muchos deseábamos –aunque no esperásemos- un hombre de Castilla-La Mancha en lo más alto, tras esa renuncia anunciada por cuestiones económicas –y algo más- cuyo trasfondo posiblemente conozcamos en breve. “Dios es justo” proclamaba emocionado Rafa Díaz, el seleccionador del ganador, el hombres que más ha sufrido esta ‘semana trágica’. También le traicionaban los nervios por la alegría a Marcos Jurado, el flamante campeón, que jamás había disputado un Nacional contrarreloj, que salía de una mononucleosos y que tuvo que convencer a su propio técnico de que debía salir en la crono.

En cuanto a Leire, un cúmulo de averías le sacaba fuera de carrera. Cronológica y mentalmente, aunque estoy seguro de que la guipuzcoana ya promete venganza para el sábado, en lucha con otra corredora guerrera como Anna Sanchis, que saborea las mieles de la recuperación tras haber estado hundida físicamente y psicológicamente harta.

Eso sí, me quedo con la historia de las dos hermanas Usabiaga, que se jugaron el título sub23 por apenas 15 centésimas a favor de la menor Irene sobre la mayor, Ana. Con tres años de diferencia, era la primera vez que ambas coincidían en una carrera de la misma categoría, y aunque la menor es mejor rodadora, la experiencia y la forma jugaban a favor de la mayor. Pero fue al contrario. Esta se alegraba de que “el título se quede en casa”, mientras que Irene se mostraba apenada. “Me hubiera gustado que Ana hubiera ganado, ya que es su último año en la categoría”. No hace falta decir más.

Y terminando con fallos, el que más me preocupó fue el de Twitter, caído durante una media hora justo al inicio de la carrera femenina. Aunque no podía entrar de ninguna forma y sí en otras webs y aplicaciones, pensaba que se debía a un problema de cobertura en la zona en que me hallaba. No podía pensar que el ‘pájaro azul’ fallaba. Tuve que llamar a otro tuitero febril como @danibici para que me confirmara la caída, aunque el problema se resolvió pocos minutos después. Algún cachondo incluso osó echarme la ‘culpa’ por la saturación de mis mensajes. Pues nada, que se fastidien, que mañana habrá mucho más.

Foto: Josu Mondelo / www.rfec.com

Historias de Campeonato (I): ‘Vienen los charros’

"Cuando Don Julián Sánchez monta a caballo
se dicen los franceses ¡viene el diablo!
Cuando Don Julián Sánchez monta a caballo
dicen los españoles ¡vienen los charros!"


Esta es una canción popular de comienzos del siglo XIX, dedicada a Julián Sánchez, ‘El Charro’, militar y guerrillero salmantino, combatiente anti-napoleónico y como tantos otros en la historia de España, defenestrado algunos años después por encontrarse en el bando equivocado en el momento equivocado. O dicho más exactamente, pro enfrentarse a la segunda invasión francesa, la de los ‘Cienmil hijos de San Luis’

Este prohombre bautiza al centro cultural salmantino en el que, desde hoy hasta el próximo domingo, se ubica la Oficina Permanente de los Campeonatos de España de ciclismo en carretera de Salamanca. Un nombre mucho más local que ese Pabellón Wurzburg en el que instalamos el Cuartel General de los Nacionales diez años atrás. Y un nombre que se adapta perfectamente a ese espíritu combativo, guerrillero, de grandes batallas, de pequeñas guerras –muchas veces, desgraciadamente, extradeportivas- que encontramos en este deporte.

Poco estaremos allí, ya que a las cuatro y media de la tarde comienzan las competiciones, las contrarrelojes para sub23 y féminas, en Guijuelo, una población mundialmente conocida por su industria jamonera, pero de la que se desconoce que es una de las que tiene una de las rentas per cápita más altas de España. Y es que cuando se busca la especialización, la diversificación y la calidad –y no el ladrillazo, el pelotazo, la especulación-, el éxito empresarial está garantizado. Y con ello la riqueza de todos.

En fin, vamos ya camino de Salamanca, de Guijuelo, de Béjar, de La Alberca y de todas las poblaciones salmantinas que se suman a estos Nacionales, los segundos de la era Twitter, que os intentaré hacer llegar –si el tiempo no lo impide- de la forma más inmediata y completa posible.

¡Vienen los charros, vienen los ciclistas!

martes, 12 de junio de 2012

¿Sería bueno para el ciclismo especializar a un corredor tan polivalente y espectacular como Sagan?

He oído tantas veces eso de que “hacia donde se va a orientar Peter Sagan” o “en que tipo de corredor se convertirá” que después de verle conseguir sus últimos éxitos –esa ‘manita’ en California o el trío que lleva ya en Suiza-, me asalta una duda: ¿Realmente sería bueno para el ciclismo perder un corredor tan polivalente y espectacular como el eslovaco por el camino de la especialización?

No es esprinter, pero ojito con él en una llegada que tenga alguna dificultad; no es escalador, pero en los uphills pocos le pueden superar. Y tampoco se le puede clasificar de rodador, pero el sábado se estrenó ganando ni más ni menos que a Cancellara. Por su fortaleza y por su ambición, es capaz de todo. Y de hacerlo bien. Su polivalencia y ambición me recuerdan a las de Eddy Merckx y Bernard Hinault, los dos supercampeones más ‘killers’ de la historia del ciclismo moderno.

Sus 22 años también juegan a su favor, ya que ganará en experiencia y en solidez y eso le servirá para aspirar a logros mayores. Sin embargo, me dolería profundamente que esa especialización –por ejemplo, en corredor de vueltas por etapas- nos sirviera para encontrarnos a un ciclista más prudente, más calculador.

Porque lo bueno que tiene Sagan es esa mezcla de saber que puede aparecer en cualquier momento, pero sin que nadie pueda asegurar cuándo, cómo o dónde lo va a hacer. Y en estos momentos este espectáculo, basado en su polivalencia, es algo de lo que el ciclismo no puede prescindir.

lunes, 11 de junio de 2012

Recuerdos de un Campeonato en Salamanca, diez días antes y diez años después

Faltan apenas diez días para que Salamanca se convierta en la capital del ciclismo nacional, con una nueva edición de los Campeonatos de España de carretera. Será entre el jueves 21 y el domingo 24 de junio, con ocho pruebas –en línea y crono para pros, élites, sub23 y féminas-. Y aunque el año pasado los juniors y masters tuvieron su Nacional en Béjar, hay que remontarse a 2002 –hace ya diez años- para encontrar la anterior edición salmantina de este evento. Entonces fue un circuito en los alrededores de la capital; ahora será un recorrido por toda la provincia con escalas en Guijuelo, Béjar, La Alberca y la propia Salamanca.

En estos días se ha recordado que el gran ausente de este Campeonato fue uno de los triunfadores hace una década. Y es que un Alberto Contador que entonces estaba catalogado ante todo como un prometedor escalador, se hacía con el título contrarreloj sub23. “Siempre me había gustado esta especialidad, pero nunca la había preparado específicamente. Desde el tercer puesto del año pasado, me preparo más y los resultados no han tardado en llegar”, comentaba el madrileño en un podio en el que estuvo respaldado por Juanjo Cobo y por Fran Gutiérrez, que unos meses después se llevaría la plata en el Mundial en línea de Zolder, aunque le faltó continuidad en el campo profesional.

La prueba reina, en cambio, conoció el triunfo de un semidesconocido, Juan Carlos Guillamón, de un modesto Jazztel-Costa de Almería, que se presentó casi en cuadro. “Fuimos ocho o nueve corredores –recuerda el entonces director y actual seleccionador de pista, Juan Martínez Oliver-, con solo un coche y les dije a los corredores que no podíamos estar a todo, que no se metieran en los primeros cortes y que se reservasen para el final. A falta de unos 40 kilómetros Guillamón me dijo que no podía, que iba a abandonar. Y le contesté medio en broma, medio en serio, que le quería para el final”. Y zas, menuda sorpresa, batiendo a todo un Olano. En esa precariedad el equipo andaluz ni siquiera tenía las pegatinas para adherir al maillot, perdiendo una oportunidad publicitaria única.

Al murciano tampoco le sirvió de mucho, ya que no volvió a brillar. Curiosamente obtuvo bastante más fama cuando se presentó a Operación Triunfo, ya que, dicen, no tenía mala voz. “Me presenté por curiosidad y para saber hasta dónde podía llegar”, recordaba algunos años después, “pero mis cuerdas vocales no estaban listas para ese esfuerzo, así que me rechazaron”. Hoy en día, ni el canto ni el ciclismo forman parte de su quehacer diario.

En un anónimo puesto 62 acababa Oscar Freire, uno de los teóricos favoritos que pagó en la práctica el no tener equipo para controlar. Ha pasado ya ese decenio pero el cántabro jamás se ha vuelto a alinear en un Nacional. Estuvo muy cerca el año pasado, pero el paso por el quirófano para operarse de sinusitis nos dejó sin su presencia. Este año parece que estará en Salamanca, con varios compañeros para respaldarle… y con muchas ganas de conseguir ese triunfo que le falta en el que va a ser –casi con seguridad- su última campaña en el pelotón.

Pasamos a las féminas, recordando que la gran favorita en aquella edición era la local Dori Ruano. Pero la salmantina se vio superada en la crono por una entonces prometedora Eneritz Iturriaga, que es la máxima favorita una década después, y por un dúo de aventureras en la línea, la vasca Aranzazu Azpiroz y la catalana Anna Ramírez. La primera ya está retirada, pero la segunda está en el mejor momento de su vida deportiva, con unas ganas especiales en este Campeonato… y en un equipo que dirige precisamente Ruano. ¿Casualidad?

En aquel Campeonato –a diferencia de lo que sucede ahora- compitieron todas las categorías, con los juniors incluidos en la ‘semana grande’, y con la victoria en la prueba en línea del hombre que defiende ahora el título absoluto, el murciano José Joaquín Rojas, que reconocía que con la victoria cumplía el sueño desde que empezó a montar de niño en bicicleta, aunque entonces no podía ni imaginar que también lograría ese maillot como pro… y que es uno de los grandes favoritos en este 2012, tanto por recorrido como por apoyo: No olvidemos que el equipo de Eusebio Unzue se ha anotado cuatro de las cinco últimas ediciones del Nacional.

miércoles, 6 de junio de 2012

Imparables: para conocer mejor la superación del ciclismo adaptado

A la UCI se la puede criticar por muchos motivos. Pero indiscutiblemente también tiene sus méritos y posiblemente el más plausible de todos haya sido la inclusión del ciclismo adaptado como una disciplina equiparable a las demás. Y en un tiempo récord. Una integración que es casi total: tan sólo le falta una mayor presencia de los paraciclistas en las competiciones ‘normales’, aunque hay veces que esto es imposible.

También es cierto que desde el ciclismo tradicional se echa en falta un mayor conocimiento de los discapacitados que tienen los mismos objetivos, los mismos sueños, que los deportistas que ellos llaman “enteros”. En estos últimos años he tenido la suerte de ir conociendo un poco mejor a este colectivo en el que -con contadas excepciones de quienes pretenden aprovecharse de sus discapacidades por otras razones- en el que el afán de superación y la lucha por la vida es incluso superior, a raíz de sus problemas.

Por ello es de agradecer el proyecto de ‘Imparables’, un documental que contará las aventuras e historia de un grupo de ciclistas increíbles, apasionados, divertidos y solidarios, autodenominado  ‘Piratas Team’, liderado por dos auténticos fenómenos como Juanjo Mendez y Raquel Acinas.

Como dicen sus promotores, se trata de “una reflexión que la sociedad necesita compartir urgentemente sobre nuestras propias barreras mentales y sociales, promoviendo un cambio de pensamiento y descubriendo las claves mediante las que es posible salir fortalecidos incluso de las peores crisis vitales”.
 


Si quieres conocer más el proyecto o colaborar con él, www.imparablesdocumental.com

lunes, 4 de junio de 2012

Bikers al asalto de las carreteras

La victoria de Cadel Evans en el pasado Tour de Francia fue calificada por José Antonio Hermida como el triunfo de uno de los nuestros. Por esa misma razón, los ‘bikers’ tienen que estar también satisfechos con el triunfo de Ryder Hesjedal en el pasado Giro de Italia, e incluso de Jakob Fuglsang ayer en el Tour de Luxemburgo, ya que todos ellos tienen un importante pasado en la disciplina de las ‘ruedas gordas’ que han confirmado en la ruta.

En España aún no se ha dado el caso de un salto tan brillante entre el monte y la carretera. Paradójicamente son más comunes, e importantes, en el sentido contrario, destacando a Roberto Lezaun, que llegó a ser olímpico en BTT tras un importante periplo entre los pros, sin olvidarnos, por ejemplo, de un Fran Pérez que de ser escudero de Alejandro Valverde ha pasado a serlo de Carlos Coloma y Sergio Mantecón en el mountain bike. O del polifacético Francisco Mancebo, que combina como nadie las dos disciplinas demostrando su pasión por el ciclismo.

De todo el mundo es sabido que Hermida recibió una propuesta de Manolo Saiz para que probase en la carretera, que no se concretó en nada y cada uno siguió su camino… aunque el ¿qué hubiera pasado si…? es una pregunta que siempre se le plantea al catalán y a la que responde casi siempre de la misma manera: “¿Por qué Carlos Sainz hacía rallyes y no Fórmula 1? Pues porque le gustaba el rallye. A mí me gusta el BTT y es lo que hago”.

Más éxitos en carretera ha cosechado Mantecón, capaz de ganar el Campeonato de España élite hace dos años y una carrera por etapas internacional como el Cinturón de Mallorca, ambas con absoluta autoridad. Coloma también suele ‘entrenarse’ en carreras pro, lo mismo que Iñaki Lejarreta, que se estrenó hace mes y medio en Lazkao.

En un principio podría pensarse que el terreno en en que puede brillar más un ‘biker’ es la montaña. Sin embargo, el menudo Miguel Martínez, el primero que probó el ‘cambio’, y que era catalogado como un notable escalador, fracasó en su aventura. Y los que le han proseguido han brillado más como corredores completos, incluso como rodadores.

Por ello nos preguntamos cuál puede ser el ‘secreto’ de este trasvase y el propio Mantecón nos da tres razones. Una obvia –“la clase de todos estos deportistas cuenta en un amplio porcentaje”-, otra perfectamente deducible –“estamos acostumbrados a hacer muchos kilómetros de entrenamiento en carretera y el cambio no nos resulta difícil, al contrario que para uno de carretera competir en el campo”-, y una tercera que es la más lógica pero posiblemente la menos conocida: “La mentalidad. Tenemos un tipo de preparación más específica, más preparada para rendir a tope muy distinta de la de los corredores de carretera. Por ello, en este ciclismo en el que se tiende ahora a la especialización, no nos resulta complicado adaptarnos”.

Y volviendo a la faceta como contrarrelojistas destacados de muchos de ellos, el murciano no se extraña y abunda en el mismo argumento: “Una prueba de BTT es como una contrarreloj de hora y media, en la que hay que estar a tope todo el rato. Esa intensidad a la que estamos acostumbrados en el cross country nos permite hacerlo bien en las cronos”.

De sus habilidades como ‘descenders’ no hace falta decir nada, sobre todo en bajadas más técnicas, y el ex campeón de España nos señala las dos facetas a las que es necesario adaptarse. “Por un lado, el trabajo táctico, que es muy importante en el ciclismo de carretera y que nos resulta desconocido; por otro, la resistencia y recuperación en las pruebas por etapas, ya que no estamos acostumbrados a competir tantos días seguidos”. Dos factores que, por supuesto, se pueden mejorar.

Y no deja de ser curioso que el próximo Tour de Francia, el paradigma del ciclismo en carretera, tenga como principales favoritos a un ‘pistard’ como Wiggins y a un ‘biker’ como Evans.

viernes, 1 de junio de 2012

Una nueva aventura olímpica de Diego Ballesteros, un ejemplo para todos

Justo el día que termino de leerme '12.822 kilómetros. De Zaragoza a Pekín en bicicleta', la distancia que ‘acortó’ para unir la Expo de la capital maña con los Juegos Olímpicos chinos, me entero –con algunos días de retraso, lo reconozco- de la noticia de una nueva aventura de Diego Ballesteros, también con carácter olímpico: llevar durante el mes de julio el sueño de Madrid de acoger los Juegos a Londres, a través de 1.800 kilómetros.

Pero las circunstancias son muy diferentes.

Ballesteros, un aragonés de Barbastro de 38 años, nos cautivó a todos en ese viaje en solitario de casi trece mil kilómetros cuyas incidencias pudimos seguir a través de su magnífico blog y, ahora, por medio del libro antes reseñado.

Posteriormente participó en la Titan Desert y comenzó la Race Across America, una carrera ‘non stop’ de más de cinco mil kilómetros entre las dos costas norteamericanas, pero que acabó mucho antes de tiempo ya que fue arrollado por un conductor en un descuido, perdiendo la movilidad en las piernas y viéndose relegado a una silla de ruedas.



Pero relegado no es atrapado, y Ballesteros, un ejemplo de voluntad, comenzó a montar en una handbike. «Quiero demostrar que la discapacidad no tiene que ser ningún obstáculo para que una persona tenga una vida plena e intensa. A pesar de mi lesión medular no quiero renunciar a lo que antes me gustaba, la bicicleta y viajar y quiero demostrar querer es poder», anunciaba hace unos días en ‘El Larguero’, al hablar de esa nueva aventura.

Aunque los detalles concretos de este nuevo reto los anunciará en su Barbastro natal el próximo 19 de junio, ha explicado que quiere cubrir esos 1.800 kilómetros a partir del 3 ó 4 de julio, en 20 ó 25 etapas de unos 80 kilómetros diarios de media. Eso sí, a diferencia de su periplo hacia el Lejano Oriente, esta vez tendrá –lógicamente- un equipo de apoyo, que le acompañará en una autocaravana y que se puede incrementar con cualquier ciclista que le quiera escoltar y arropar. Ballesteros lucirá la leyenda ‘Un sueño olímpico Madrid An olimpic dream’.

Los retos olímpicos de Ballesteros no acabarán en Londres 2012, ya que se ha marcado el objetivo de poder participar en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016, dentro de cuatro años. El propio ciclista aragonés es consciente de que tiene que trabajar mucho en este sentido para lograr la resistencia necesaria para poder competir en esta dura disciplina, aparte de tener que pedir una licencia que ahora mismo aún no tiene. Pero conociendo su fuerza de voluntad, seguro que lo logra.