lunes, 27 de agosto de 2012

El Blanco sueño de una noche de verano en el dorado exilio portugués


Hasta cinco días de la Vuelta en Galicia nos permiten incidir en la escasa presencia de aquella Comunidad en el pelotón de la ronda. Pero no voy a hablar de lo que se pueda echar en falta a un proyecto como el del Xacobeo o similar, sino simplemente recordar que los dos corredores de aquella tierra más destacados en estas últimas semanas han sido protagonistas no muy lejos de Galicia, exiliados en la vecina Portugal.

De uno de ellos se ha escrito mucho, afortunadamente, en este fin de semana. No es otro que el gallego David Blanco, que ha hecho historia en la Vuelta a Portugal al conseguir su quinta victoria absoluta en la ‘Grandissima’, convirtiéndose en el primer corredor que alcanza esta cifra. "Si soy algo, es gracias a Portugal. Ellos me dieron la oportunidad profesional y me quieren como si fuera portugués", declaraba recientemente el gallego, un corredor hecho, primero, y consolidado, después, en el país vecino y que no pudo demostrarlo en el nuestro.

Con ser importante este triunfo por lo que significa de ‘hito’, me quedo con lo que emocionalmente le supone. “Ésta es la victoria más querida de las cinco, la necesitaba, mi corazón me la pedía -se sinceraba David Blanco ante las cámaras de la RTP portuguesa- Cuando alguien logra aquello que más desea y disfruta mientras lo consigue, es indescriptible. A veces los sueños se hacen realidad”. Así se lo tuiteé antes del comienzo de la ronda y así ha sucedido.

Y es que detrás quedaban muchos meses difíciles, para preparar cómo afrontar ese sueño. Buscando un equipo que le permitiera esa opción de acceder en condiciones al salto de su quinta ‘Grandissima’; quemando etapas en otras carreras con la ronda lusa como único objetivo. Y entrenando en Navacerrada como un juvenil para llegar a la salida de Castelo Branco, cumpliendo ese sueño diez días después, tras un golpe de maestro en la Sierra de Estrela y una defensa sin contratiempos en la crono de Leiria.

Pero no me quiero olvidar de otro gallego, Alejandro Marque, ganador el sábado de la contrarreloj, demostrando una vez más su talla de rodador, que esta temporada le ha valido lograr la medalla de bronce en el Campeonato de España contrarreloj, celebrado en Béjar, y una etapa en la Vuelta a Asturias, esta vez en línea, pero con una larga escapada en la que demostró sus condiciones. Sin duda Marque –que jamás ha militado en una escuadra nacional- está pidiendo a gritos un hueco en el pelotón español, donde pueda seguir exhibiendo sus excelentes maneras.

domingo, 26 de agosto de 2012

Pon un coach en tu vida


Por Carles Herrero

Hace algunos meses, tuve la suerte de poder realizar un curso de ‘introducción’ al coaching organizado por el Comité Olímpico Español. El tema me interesó bastante y desde entonces estaba pensando en escribir un ‘post’ sobre esta disciplina tan desconocida como potencialmente interesante. Pero no voy a ser yo quien lo haga, sino Carles Herrero, ciclista, periodista y ahora dedicado en cuerpo y alma al coaching en el mundo del ciclismo.
 
Siempre que me preguntan a qué me dedico, cuando digo que imparto cursos para enseñar a la gente a hablar en público y  soy coach, la siguiente pregunta es directa: “¿de qué deporte?” Al principio les soltaba una gran parrafada sobre qué es el coaching pero ahora lo hago mucho más simple. “Del deporte de la vida”, contesto siempre. Cuando las caras me demuestran cierta extrañeza, no sé exactamente si de no saber lo que digo o pensar que estoy loco, les explico con algo más de detalle. “Ayudo a las personas a conseguir sus sueños y objetivos en la vida. ¿Cuál es el tuyo?”. Los rostros cambian. Algunos siguen pensando que estoy algo loco, pero todos comparten un algo, grande o pequeño, que querrían alcanzar.

A ello me dedico desde que descubrí esta habilidad que se puede aplicar en cualquier ámbito de nuestra vida y faceta profesional. Y lo hago principalmente en el mundo del ciclismo, mi gran pasión.

Y es que detrás de un ciclista que tiene miedo a atacar, que se viene abajo en los momentos de presión, no disfruta de las victorias, no sabe marcarse objetivos claros, tiene una creencia que le está limitando, busca en la comida u otro lugar un momento perfecto para saciar su ansiedad, tiene problemas que le afectan en su rendimiento o, simplemente, no es consciente de sus puntos fuertes y débiles para mejorar, puede haber un coach detrás para ayudarle y acompañarle con el fin de sacar su mejor versión.

Que mejor que el coaching para lograrlo. Una habilidad en la que el ciclista reflexiona y se conoce a sí mismo, tomando consciencia de su ser, viviendo una vida plena acorde a sus valores… Cuestiones fundamentales para alcanzar objetivos. Como coach, caminaré contigo en ese descubrimiento sin juzgar, sin realizar diagnósticos y sin aportar soluciones. Las soluciones que buscas, aunque no lo creas ahora mismo, las tienes tú.

Hace unos años, cuando practicaba ciclismo, un buen conocedor de este deporte se me acercó mientras veía una carrera de ciclocross y al ver pasar a un ciclista más bien pequeño me dijo algo así como “si este va bien, tú con la planta que tienes para el ciclismo deberías estar con los mejores”. Aquellas palabras me marcaron. Resonaron dentro de mí como algo sobrenatural. Y no fue lo que me dijo, sino lo que no me dijo. Nunca me explicó cómo podría estar delante. Años más tarde, a través del coaching y el autoconocimiento, me di cuenta de qué aspectos podría haber trabajado para mejorar mi rendimiento en el deporte. Difícilmente hubiera estado con los mejores, pero sí habría sacado una mejor versión de mí mismo.

Y esto es lo que quiero para quienes confían en mi servicio. Ayudarles a sacar su máximo potencial para lograr objetivos, por grandes o minúsculos que sean. Porque los sueños, sueños son, y lo más importante es creer en nosotros y esforzarnos por lograrlo.

La vida actual nos lleva a vivir el día a día sin apenas reflexionar sobre lo que tenemos por hacer y mucho menos en lo que estamos haciendo o ya hemos hecho. Preguntas como: ¿Quién quiero ser? ¿Dónde quiero llegar? ¿Cuál es la vida que quiero vivir? Tienen un poder enorme que nos ayudarían a clarificar nuestros objetivos tanto personales como profesionales. Porque al igual que cuerpo y mente van de la mano, lo personal y lo profesional son las puntas de una cuerda que si se corta puede traer resultados poco beneficiosos y nada equilibrados.

Por ello la fuerza del coaching. Pocos lo han definido de manera tan sencilla y clara como uno de sus máximos exponentes, John Whitmore: “El coaching consiste en ayudar a alguien a pensar por sí mismo, a encontrar sus respuestas, a descubrir dentro de sí su potencial, su camino al éxito... sea en los negocios, en las relaciones personales, en el arte, el deporte, el trabajo...”

Tener un coach en un momento de nuestras vidas para ir juntos en busca de un objetivo puede sernos muy beneficioso. Tanto como poder acercarnos al coaching y a alguno de sus fundamentos y herramientas para poderlas poner en funcionamiento desde el primer día en nuestras vidas y en nuestro entorno.

¿Te apuntas?

sábado, 11 de agosto de 2012

Llega el día B, de BTT

Siempre he creído que las máximas esperanzas españolas de medalla –ahora, desgraciadamente las únicas- estaban depositadas en nuestros ‘bikers’. Por ello, la prueba masculina del mañana domingo, con la que se cierra el programa olímpico de nuestro deporte, a partir de las 14,30, tiene un tinte especial que, sin embargo, podría tener una difusión bastante inferior a la deseada ya que ni Eurosport ni Televisión Española la tienen programada inicialmente en sus parrillas. Una pena, aunque hay tiempo de rectificar, incluso sobre la marcha si la carrera se pone favorable para los nuestros, como todos esperamos.

Y es que Carlos Coloma, perfecto ejemplo del ‘todo o nada’, José Antonio Hermida, competitivo en las grandes citas al 100%, y Sergio Mantecón, coraje y trabajo duro a partes iguales, forman un trío con plenas garantías en ese día B, de BTT, televisado o no, que será el domingo. Y en un circuito tan especial como el de Hadleigh Castle Country esa condición, siempre a priori, de equipo más fuerte supone una superioridad táctica que podría ser aprovechada. O no, porque a la postre siempre decidirán las fuerzas de cada uno. No olvidemos que, lo mismo que para los españoles, para buena parte de los 50 olímpicos presentes en Essex la motivación es máxima y los objetivos, igual de ambiciosos. Quizás sean pocos los candidatos al oro, pero la nómina de aspirantes al podio es bastante amplia. Eso sí, resultados como el de Mont Sainte Anne, con los tres en el ‘top 6’ son la mejor de las garantías.

Riojano, catalán y murciano llegan a Londres en su mejor momento –quizá de su vida deportiva en el caso de Mantecón-, justificando plenamente una selección que, en olimpiadas anteriores, fue bastante más complicada. Por ello, me quiero acordar del ‘gran ausente’, de otro hombre que en perfectas condiciones estaría al mismo nivel que sus rivales y compañeros, Iñaki Lejarreta, que no pudo jugar sus bazas por culpa de un absurda lesión en Nove Mesto, que le tardó en ser descubierta y que el propio ciclista no quiso revelar, sembrando una injusta confusión entre muchos –yo mismo incluido-. Seguro que el de Bérriz será protagonista en el inminente Mundial… y dentro de cuatro años en Río de Janeiro.

Por lo demás, habrá que ver cómo resulta el circuito trazado para estos Juegos, independientemente si nos favorece o no el resultado final. Absolutamente artificial, pero ‘tecnificado’ a base de 500 toneladas de roca y 3.500 toneladas de piedra triturada, nadie lo define como un circuito de cross country… pero tampoco ninguno se ha significado denostándolo. Es lo que hay, todos lo tienen asumido y se resume en un circuito de 4,7 kilómetros, con una salida extra de 440 metros, con 172 metros de desnivel acumulado por vuelta y situado en Essex, al este de Londres, cerca del mar.

En cualquier caso, cualquier aficionado podrá opinar por si mismo, ya que después de los Juegos –no sabemos el plazo exacto- la zona se convertirá en una centro de BTT, manteniéndose el recorrido olímpico salvo en las zonas más complicadas para  hacerlas más accesibles al gran público, con zonas especiales para mejorar la técnica y otras instalaciones relacionadas con el mountain bike.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Hoy plasmó el dominio, posiblemente irrepetible, de una nación en un velódromo

Hace un año, el panorama de la pista se veía de forma equilibrada entre Gran Bretaña y Australia, aunque en el último Mundial –a pesar del ‘empate técnico’ entre ambos países- comenzó a decantarse psicológicamente hacia los europeos, que tenían en Londres 2012 su ‘leit motiv’. Pero ni siquiera los más optimistas –fuera del entorno del ‘Team GB’- podían esperarse ese excelente balance de nueve medallas (siete oros, una plata y un bronce). Y eso que en la velocidad olímpica femenina no pudieron hacer el pleno, a causa de esa descalificación del dúo británico.

Aunque siempre puede haber algún agnóstico que busque oscuras razones, nos tememos que rendir a la capacidad de trabajo de los británicos, que además batieron seis récords del mundo durante los seis días de competición. Cronológicamente, el paseo de los de Brailsford comenzó con la victoria en la velocidad por equipos masculina –quizá la prueba en la que podíamos tener más dudas-, con record del mundo incluido pero también con cierta polémica por el ‘resbalón’ de Philip Hindes, el complemento deseado que llegó de Alemania para Jason Kenny y Chris Hoy; siguió con la frustrada medalla para el dúo femenino, en una prueba en la que la selección más fuerte fue China aunque el oro se fuera para Alemania, y continúo con ese estratosférico 3-51-659 que les sirvió para llevarse la persecución masculina. Y eso que emplearon en las tres series a los mismos hombres, pese a tener un recambio de lujo como Andrew Tennant: Ed Clancy, Geraint Thomas, Steven Burke y Peter Kennaugh.

Ese mismo día Victoria Pendleton se hacía con el keirin, aunque luego no pudiera rematar con el doblete en velocidad, al encontrarse con esa fenomenal corredora llamada Anna Meares, que puso un soplo de aire australiano en el vendaval británico, aunque comenzaba a asomarse la reina de los Juegos en la persona de la veinteañera Laura Trott, que junto a Danielle King y Joanna Rowsell se llevaba la persecución por equipos, una prueba que está pidiendo a gritos su ampliación –de corredoras y distancia- para equipararla a la versión masculino. También aquí hubo marca de lujo: 3-14-051.

Trott sumaría su segundo oro en el omnium femenino, en un reñido duelo –cuestión de calculadoras más que de verdadera emoción deportiva- con la americana Sarah Hammer, que solo se dilucidaría en la prueba final, en los 500 metros, en los que la británica hizo patente su superioridad en pruebas cortas. Lo mismo que Clancy –con dos tiempazos en vuelta lanzada y kilómetro-, aunque en este caso sólo le supuso el bronce. Quizá acusó el esfuerzo de las tres series de persecución a tope, a diferencia del inesperado vencedor, el danés Lasse-Norman Hansen.

Uno de los detalles que más debe servir para valorar el medallero británico es el hecho de que solo se permitiera un competidor por país en pruebas como la velocidad o el keirin, que también se saldaron con sendos oros de los locales. En la primera de ellas, el ‘aprendiz’ Kenny demostró por qué había relegado al ‘maestro’ Hoy dando cuenta con una absoluta facilidad del tricampeón mundial, Gregory Baugé. En la segunda, las tres últimas vueltas del ‘Sir’ quedarán en el recuerdo de cómo se gana un keirin a base de potencia, como había dejado ya escrita en Melbourne la lección de cómo la inteligencia y la habilidad sirven para llevarse un Mundial.

En esos últimos momentos de espectáculo en el Velodrome, la emoción se vivió a flor de piel con el homenaje de los británicos a un Hoy que –se retire inmediatamente o aguante unos meses para competir en la Copa del Mundo de Glasgow, en el velódromo que lleva su nombre- ha hecho historia y no sólo por sus medallas olímpicas y el resto de sus éxitos deportivos, sino por su humanidad, por su correcto trato en todo momento, por ser una de esas figuras que necesita el ciclismo. Y como todos los grandes, por esa cantidad de anécdotas que colecciona: desde aquella ET-manía que le puso en el camino del ciclismo, hasta su nacionalismo escocés.  Confío que tanto su autobiografía como ese ‘Héroes, villanos y velódromos’ tengan una próxima actualización para reconocerle como se merece al hombre que plasmó el dominio –posiblemente irrepetible- de una nación en un velódromo, en una disciplina ciclista.

Otra dosis de emoción ciclista en Londres con el BMX

De la emocionante semana vivida en el Velodrome pasamos a las no menos espectaculares jornadas que nos esperan justo la lado de este recinto, en la pista exterior especialmente construida para este evento –y que se desmontará tras los Juegos- que acogerá durante tres días la competición de BMX. Y de la disciplina olímpica más clásica nos movemos a la más novedosa, a la que se estrenó en Pekín 2008 y que aún está en proceso de consolidación.

El bicicross –surgido como en BTT en la Costa Oeste norteamericana, como imitación del motocross- se integró tras una ardua negociación en la UCI en la década de los noventa, después de unos años de independencia que algunos todavía añoran. Por presión de países como Estados Unidos, se incluyó en el programa olímpico en esos penúltimos Juegos haciéndose un hueco, curiosamente, a costa de la pista, que tuvo que renunciar al kilómetro, y a su versión reducida femenina, para dar cabida a esta nueva disciplina por aquello de las cuotas por deporte, pero cediendo en sus habituales dimensiones: de hecho sólo 32 hombres y 16 mujeres tomarán parte en esta disciplina, cuando lo normal es que haya más de un centenar de participantes de los que se determinan los 64 mejores en el ‘seeding run’.

Y aunque sea una disciplina aún bastante poco extendida en España, a pesar de haber tenido en Madrid varias mangas de la Copa del Mundo de Supercross, la UCI reconocía recientemente tener más seguidores en sus redes sociales gracias al BMX que al BTT. Y es que en nuestro país, para mucha gente ciclismo suele ser sinónimo de ciclismo de carretera: aceptan la pista como ‘añadido’ de la ruta, por proximidad, y empiezan a tolerar algunas disciplinas del mountain bike, como el cross country. Pero eso del BMX les suena a chino... aunque fuese en esta disciplina donde se iniciaran reputados ciclistas como Sven Niis, Zdenek Stybar… o un tal Chris Hoy.

Hay una sola cosa que no me convence y es que las competiciones aglutinan demasiadas categorías. El BMX tiene un componente familiar –es fácil ver competir juntos, pero no revueltos a padres e hijos- y ello se traslada a pruebas de cualquier nivel, incluido el propio Mundial, donde llega a surgir la confusión entre las categorías oficiales –élites y juveniles, solamente-, las oficiosas, las de promoción… y las cruisier, en una bicicleta más grande. Pero este es otro debate. Tan sólo la Copa del Mundo Supercross se limita a los mejores –esas dos categorías antes citadas, pero en un solo grupo-, aparte de esta competición olímpica que también se ‘desnaturaliza’ al prorrogarse en tres días lo que se podía hacer en una sola jornada. O dos, una por sexo, a imitación del BTT.




Sin representación española, será difícil ver las imágenes –desde la clasificatoria de hoy por la tarde hasta las finales, el próximo viernes- por televisión. Pero gracias a webs y a apps no será complicado seguir esta interesante competición, en la que la versión masculina tendrá tres favoritos muy distintos -el vigente campeón olímpico, Maris Stromberg, el actual arco iris, Sam Willoughby, y el dominador de la Copa del Mundo, Connor Fields-, presentándose mucho más abierta la femenina. Aunque en esta disciplina se puede aplicar el dicho de José Antonio Escuredo respecto al keirin: “Puede no ganar el más fuerte, pero para ganar hay que estarlo”.

jueves, 2 de agosto de 2012

Turno para la pista, la más olímpica de las disciplinas ciclistas

Faltan pocas horas para que comiencen las competiciones olímpicas de pista en el Velodrome londinense, ese fenomenal recinto al que los británicos, con una nota de humor más andaluza que la que debería corresponderse con su flema, han apodado ‘Pringle’.

Pero no nos interesa el exterior del recinto, sino todo lo que sucederá en su interior en estos seis días de competición, con diez títulos en juego –cinco para cada sexo en aras de una paridad que el ciclismo ha asumido pero no otros deportes-, con un programa inflado y ampliado de forma innecesaria en algunas disciplinas –por ejemplo, esa incomprensible ronda intermedia de la persecución por equipos-, pero con los mejores especialistas del mundo, en la que sin duda es la más olímpica de las disciplinas ciclistas. Y que me perdonen por ello las restantes, que de mejor o peor manera se adaptan a los Juegos Olímpicos, pero no han alcanzado esa solera que tiene la pista, a pesar de la profunda –y otros calificativos que hoy no vienen al caso- remodelación de su programa de competiciones.

El pasado mes de abril, los Mundiales de Melbourne nos permitieron sacar muchas conclusiones sobre los que deben ser protagonistas en Londres. Posiblemente se puedan añadir algunos detalles más, pero que no cambian la percepción del duelo fraticida angloaustraliano que se vivirá en el Velodrome, con protagonismo destacado en algunos momentos de selecciones como la francesa o la alemana, y algo menor de otros equipos, entre los que esperamos y deseamos esté el nuestro.

Pero tampoco quiero hablar de los que están –que ya habrá tiempo para loar sus éxitos-, sino de los que no pudieron llegar. Por ejemplo, de Asier Maeztu, el único superviviente de la cuarteta que logró la medalla olímpica en Atenas, hace ya ocho años, en una segunda juventud que le llevó a conseguir ese récord nacional –con quinta plaza- en el Mundial y al que los sueños olímpicos se le terminaron por una inoportuna apendicitis en junio. El guipuzcoano se recuperó en un tiempo récord y habría merecido tanto como los cuatro presentes estar en Londres… pero en esta ocasión sólo había plaza para los titulares, a diferencia de Pekín o Atenas donde sí voló el quinto corredor. O las féminas Helena Casas y Tania Calvo que hasta el último momento tuvieron opciones de conseguir el pasaporte olímpico, que estoy seguro lograrán para Río de Janeiro, donde espero que haya un programa más justo e interesante: Que a nadie se le olvide que con estas pruebas Joan Llaneras no habría podido ser doble medallista en Pekín.

Fotos procedentes de la web oficial de los JJOO, con datos muy bien cruzados, pero de la que echo en falta una información final más adecuada, en formato pdf