lunes, 29 de octubre de 2012

Reconversión (III): Eduardo González Salvador o como comprender al ciclista en carne propia


El tercer capítulo de esta serie, dedicada a antiguos corredores que siguen en el mundillo ciclista, pero no como directores deportivos o auxiliares, tiene como protagonista a uno de los más destacados ‘amateurs’ a comienzos de los ochenta, aunque su carrera profesional solo duró dos temporadas -1984 y 1985-, ya que tuvo que elegir entre ciclismo y medicina, la profesión que le sigue vinculando a este deporte.
“Es posible que de no haber estudiado una carrera me habría mantenido más tiempo en activo. El ciclismo es un deporte que te da pocas alegrías y muchos malos ratos, y en esos malos ratos la cabeza da muchas vueltas, y la mía se preguntaba para que había estudiado tanto si ahora estaba pasando ese frío, o ese calor, en definitiva esas miserias… Por otro lado yo veía que si una vez terminados mis estudios no empezaba a ejercer, luego podría ser más complicado y que el tiempo jugaba en mi contra, de modo que dejé la bicicleta, comencé a trabajar en el Kas -como masajista- y ese año terminé la carrera, continuando en el equipo como médico”. Tras el conjunto vitoriano, CLAS, Festina, Coast, Comunidad Valenciana, Relax, Euskaltel-Euskadi –equipo al que ahora regresa-, Caisse d’Epargne y Movistar fueron sus ‘hogares’, sin olvidarnos de la propia Federación Española, de su consulta en Vitoria, o sus experiencias en otros deportes como atletismo, remo, automovilismo o fútbol.
Naturalmente nos estamos refiriendo a Eduardo González Salvador, uno de los primeros ciclistas españoles que pasaron por la Universidad y ni más ni menos que especializándose en medicina deportiva, lo cual no fue nada fácil de compatibilizar. “Tuvo sus momentos complicados, sobre todo en la última etapa como aficionado y en profesionales, porque la mayoría de las competiciones eran carreras por etapas y estas ausencias de clase había que recuperarlas después. Como anécdota recuerdo que los masajistas siempre se quejaban de lo mucho que pesaba mi maleta porque llevaba conmigo libros y apuntes”.
Ayudar al ciclista ‘destruido’
Reconoce que “en pocas ocasiones me han servido mis conocimientos en medicina cuando era ciclista, ya que por aquel entonces la medicina deportiva ni existía como tal. Eso sí, cuando sufrí la caída en la penúltima etapa de la Vuelta a España de 1984, ya sabía que tenía una fractura de clavícula antes de que llegaran los médicos a atenderme”. Por el contrario, su experiencia de ciclista sí le es de utilidad como médico. “Cuando ves a un ciclista llegar de la etapa, abatido, deshecho, ‘destruido’, como me decía Sergio Pardilla a su llegada al hotel a las diez de la noche después de la etapa reina del Giro del año pasado, empatizas totalmente con él, puesto que yo he pasado por eso antes y esas sensaciones no se olvidan en la vida. Eso ayuda sobre todo a comprender su estado tanto físico como anímico. Además, aunque parezca mentira después de 25 años casi sin tocar la bicicleta, hace unos dos años he vuelto a cogerla -ahora la de montaña, precisa- y después de perder unos cuantos kilos de peso nuevamente disfruto de ella, lo que también ayuda a recordar que es eso del dolor de piernas”.
Una de las cosas que más le importa es dar a conocer la labor del médico en un equipo ciclista “que es realmente extensa. Desde antes de iniciarse la temporada es el encargado de coordinar la batería de pruebas médicas a las que obliga la UCI a someterse a todos los ciclistas profesionales. Además en muchas ocasiones los médicos de equipo se encargan también, junto con el preparador, de realizar las pruebas fisiológicas propias del control del seguimiento del ciclista”.
En temporada, “nuestra labor podría resumirse en velar por la salud del ciclista, tanto a nivel preventivo como de tratamiento de patologías. A nivel de prevención, el médico ha de estar en contacto directo con otros técnicos como preparador, director, biomecánico, masajistas, nutricionista y con el propio ciclista para reducir al mínimo el riesgo de lesiones u otras patologías. Además contribuye a realizar el calendario de competiciones de los corredores en función de su estado de forma, periodos de recuperación…. Por no hablar de la labor sicológica que personalmente considero una de las más importantes”.
Despertando y acostando corredores
Finalmente, González Salvador nos precisa el trabajo en competición, “que va desde la elaboración de los menús de los corredores, hasta el control del estado de salud mediante una rutina diaria tanto antes como después de la carrera. Somos los que despertamos a los corredores cada mañana y los últimos que los vemos antes de acostarse. Si hay patologías o lesiones, tenemos que prescribir el tratamiento y hacer el seguimiento. Y en caso de accidente o enfermedad grave, coordinar la asistencia al corredor por parte del especialista correspondiente”.
A pesar de las horas de trabajo, se le nota feliz con su trabajo, aunque “como médico he vivido muy malos y muy buenos momentos. Entre los peores, uno de los más recientes, el fallecimiento de Xavi Tondo que nos sacudió durante el Giro del año pasado y dejó al equipo totalmente abatido. El susto más reciente, la caída de Angel Madrazo en la primera etapa de la Route du Sud de este año. Las primeras pruebas le diagnosticaron una fractura cervical realmente complicada, aunque luego se confirmó que no tenía ninguna fractura. Pero con la alegría apenas podía traducirle lo que no era grave. En cuanto a los mejores momentos, “me quedo con el podio en el Tour de Francia del 2000 de Joseba Beloki con Festina, ya que fue uno de mis primeros pacientes en mi consulta en Vitoria, diez años antes, cuando solo tenía quince años. También recuerdo el primer podio de Euskaltel en 2007 a cargo de Samuel Sánchez, al que también conocía desde edades tempranas”.
Y aunque al comienzo de este artículo nos comentaba que el ciclismo da pocas alegrías y muchos malos ratos, reconoce que “en este sentido sí que es cierto que recuerdo más los buenos que los malos momentos”. Y ojalá sea por mucho tiempo.

viernes, 26 de octubre de 2012

Louisville, un Mundial aún más necesario que Koksijde


Dentro de exactamente cien días se estará disputando –bien entrada la tarde española, por aquello de la diferencia horaria- la prueba élite del Campeonato del Mundo de ciclocross, en la localidad norteamericana de Louisville, la que definen como la más norteña de las ciudades del Sur de los Estados Unidos, o la más sureña de las del Norte. Será la primera vez que un Mundial de esta disciplina salga de Europa en sus sesenta años de existencia.

Y la comparación de la capital del estado de Kentucky con la catedral de Koksijde, el escenario del anterior Campeonato, puede parecer realmente odiosa. En las dunas de la localidad belga se congregaron 68.500 espectadores que pasaron por taquilla –de los que casi 45.000 llegaron en transporte público, más otro número indeterminado en 250 autobuses y 230 caravanas-, más otros 4.500 VIPS, entre ellos el propio monarca Alberto II y el primer ministro belga, así como 300 periodistas internacionales. En Louisville darían como excelente una asistencia entre 5.000 y 10.000 espectadores que pagarán 25 dólares por la entrada diaria (40 por el pase de dos días), mientras que el número de informadores será mucho más reducido.

Sin embargo, este Mundial no es sólo una excelente oportunidad para el ciclocross norteamericano y para la propia capital de Kentucky, sino que desde el punto de vista de la promoción internacional de la disciplina esta cita es casi más necesario que el del año pasado, y que me perdonen los puristas. El ciclocross es la disciplina ciclista que menos se ha extendido en los últimos años. Es cierto que en Bélgica es y será siempre una religión, pero en otros países en los que antaño el nivel era muy cercano al de los flamencos –Francia, Suiza, Italia…- la brecha se está abriendo peligrosamente. Incluso los Países Bajos y Chequia han perdido sus opciones de tratar de igual a igual a los absolutos dominadores tras el paso definitivo a la carretera de Lars Boom y Zdenek Stybar… y a la espera de la eclosión de Lars Van der Haar.

En los últimos años, las únicas caras nuevas que hemos visto en un Mundial de ciclocross masculino han sido, o bien anecdóticas –zimbabueses o japoneses- … o norteamericanas, sobre todo con Jonathan Page o Katie Compton, ambos subcampeones del mundo, sin olvidarnos de Matthew Kelly, arco iris junior en 1999. Es decir, que de comparsas nada.


De ahí la ilusión con la que Louisville y el ciclocross norteamericano – con Jeremy Powers y la propia Compton, a la cabeza- esté acogiendo este Mundial y que esperemos no se haya enfriado con el jarro de agua fría recibido con Lance Armstrong. Por que, para bien o para mal, el éxito de Loiusvulle será una garantía de futuro para el ciclocross.

miércoles, 17 de octubre de 2012

El ciclismo, hacia atrás


‘El Correo’ de ayer publicaba una entrevista con Álex de la Huerta, un aficionado al ciclismo de Basauri, de 25 años, que se dedica a montar en bici de una original manera, marcha atrás. Lógicamente se podrían hacer muchas ironías sobre esta curiosa afición, aunque en esta ocasión prefiero dejarlo en un titular ambiguo que invite al conocimiento de este ciclista.

Orduña y Urkiola, dos de los puertos míticos de Euskadi, han sido escenarios de sus ‘retro-escaladas’, aparte de exhibiciones de resistencia y otras menos convencionales como bajar escaleras, según cuenta, intentando convencer que no es ninguna locura su afición. Eso sí, aún no ha conseguido hacerlo sobre caminos de tierra al no haber encontrado aún una bicicleta apta para ello.

En todo caso, no es el único con esta extraña afición, ya que en Internet podemos encontrar algunos vídeos –como éste de César Agulles- o noticias sobre esta práctica, por lo que supongo que De la Huerta no tendrá excesivos problemas para encontrar personas que compartan su afición “para así hacer alguna competición o exhibición”.



Pero en lo que no puedo estar de acuerdo es en que denomine a esta práctica ‘modalidad’. Si aplicamos la definición del RAE –“modo de ser o de manifestarse algo”- todavía; pero si se quiere entender como sinónimo de disciplina deportiva, pienso que el ciclismo tiene formas más interesantes –algunas desconocidas- y sobre todo útiles, de manifestarse y practicarse, aunque en ningún caso quiero que se entienda esto como una crítica a las aficiones de este basauritarra.

jueves, 11 de octubre de 2012

Escuredo: enhorabuena porque aún tienes mucho que aportar



Hace algún tiempo escribí que, entre los ciclistas que me hubiera gustado tener su firma en el maillot de los campeones, por encima de todos estaba José Antonio Escuredo, que se retiraba del más alto nivel con cinco subcampeonatos mundiales –y otro olímpico-, pero sin lograr ese arco iris que hubiera supuesto la guinda –merecidísima- de su carrera deportiva.

Pues bien, ayer logró ese anhelado título mundial. Y aunque haya sido en la categoría de masters 40-44, su actuación y sus registros –con un 10.329 que hubiera sido el mejor tiempo absoluto en el reciente Nacional de Palma, y eso que se equivocó como un juvenil en el lanzamiento- ponen a las claras la inmensa clase que todavía sigue atesorando el mejor velocista español de todos los tiempos.

Y como tuiteaba esta mañana Itmar Esteban, hay que felicitarle “no por ganar el Mundial, sino por hacerlo demostrando, una vez más, que tiene muchísimo que aportar a la velocidad”. Que a nadie se le olvide que, entre otros, entrena a Alfonso Cabello, medallista en el kilómetro en los recientes Juegos Paralímpicos.

FOTO: Larry Hickmott / Trackcyclingnews.com

miércoles, 10 de octubre de 2012

¿Cuándo y cómo pueden cambiar el maillot los equipos ciclistas?



Argos-Shimano, a finales de marzo –cuando se oficializó el patrocinio del proyecto 14ti-; Caja Rural, en ese prólogo sanferminero de la Vuelta a España; Vaccansoleil, hace una semana en ‘Il Lombardía’, o Movistar, en el recién iniciado Tour de Pekín. Todos ellos hicieron un cambio en su vestimenta, pero por diferentes razones, contempladas de forma más o menos clara en la reglamentación UCI.

El artículo 1.3.035 establece que cada equipo no puede tener nada más que una vestimenta –en lo que se refiere a colores y disposición- que debe permanecer sin modificación durante toda la temporada. Y que esa uniformidad debe ser idéntica para todos los corredores (1.3.043), excepción hecha de maillots especiales de líder o de campeón. Eso sí, se autoriza a que se intercambie el orden de inscripción de los dos patrocinadores principales que figuran en el maillot, entre una prueba y otra (1.3.039), algo que era antes bastante habitual, aunque ahora no lo es tanto. Fue el caso del Lotus-Festina español que pasaba a ser Festina-Lotus fuera de nuestras fronteras o el del Relax-Bergasol que intercambiaba sus patrocinadores en Bélgica.

No obstante, es posible el cambio permanente de la vestimenta, que debe ser debidamente justificado y sometido a la aprobación del presidente del Consejo del UCI WorldTour, o de la Comisión de Ruta, según los equipos. Ni que decir tiene que el caso del Argos estaba plenamente justificado al oficializar a sus patrocinadores.

En el mismo artículo, sin embargo, se autoriza un cambio puntual para una prueba completa cada año, que también debe tener la pertinente aprobación previa antes referida. Es el caso del Vacansoleil que estrenó un maillot especial en la clásica lombarda más que como homenaje a Coppi, a Bianchi, su patrocinador técnico.

Más fácil de entender es el caso de Movistar en el Lejano Oriente, que llevará la inscripción de China Unicom, socio de Telefónica en el país asiático, en el cuello y brazos del maillot, así como de su marca comercial Wo, en los laterales de toda la indumentaria. Y es que el artículo 1.3.042 posibilita que estas inscripciones publicitarias –las que no atañen a los patrocinadores principales- puedan variar según las pruebas y los países.

Por el contrario, la excepción que se hizo con Caja Rural en la Vuelta a España fue excepcional –valga la redundancia-, ya que no se podía argumentar ninguno de los epígrafes reglamentarios para autorizar un cambio que sólo afectaba a una etapa. Sin embargo, la UCI entendió las razones publicitarias –o culturales- de los navarros y accedió al uso puntual de ese original maillot.

Por ello –y teniendo en cuenta la cada vez mayor importancia del merchandising en el ciclismo- creo que se debería apostar por una normativa más permisiva en lo que se refiere a cambios de indumentaria –colores, sobre todo- y de publicidad, al estilo del fútbol. 

sábado, 6 de octubre de 2012

Se abre la brecha Norte-Sur en la pista


Aunque ya me habían llegado algunos rumores, no ha sido hasta mediados de esta semana cuando he podido enterarme de una forma más amplia de los cambios que proyecta la UCI para la pista a partir de la próxima temporada, esa que se iniciará apenas dentro de cuatro meses y medio, al día siguiente -25 de febrero- de los Campeonatos del Mundo de Minsk. 

Básicamente, se trata de realizar una pirámide de competiciones: abajo, todo el calendario internacional; en medio, las Copas del Mundo, y en la cúspide, el Mundial. De una lógica aplastante y que sería perfecta en un mundo perfecto. Pero en la actual situación de crisis económica mundial, mucho me temo que va a contribuir a que se abra un poco más la brecha entre Norte y Sur, es decir, entre los países pujantes y con recursos, y aquellos con problemas. No hace falta decir en cuál de estos se encuentra España. Y tampoco hace falta saber mucho para encontrar peligrosos paralelismos con el UCI World Tour y los calendarios continentales y lo que ello ha supuesto. 

Posiblemente sería más correcto comenzar el análisis desde el peldaño más bajo, pero la gravedad de este nuevo sistema se comprende perfectamente si nos vamos a la cima: la clasificación para los Campeonatos del Mundo será nominativa y tendrá en cuenta exclusivamente los resultados de la Copa del Mundo de la misma temporada, con la obligatoriedad de haber participado en, al menos, dos de las tres mangas que tendrá esta competición –cada vez más restringida en número y ubicaciones- así como en el Campeonato continental correspondiente. 

Si tenemos en cuenta que las tres mangas este año van a ser en Cali, Glasgow y Aguascalientes, y que aunque cambie para el año que viene, lo que está en boga son los escenarios extraeuropeos –Astana, Pekín, Sydney o Melbourne son algunas de las sedes de los últimos años ante las renuncias de las tradicionales ubicaciones europeas-, nos podemos comenzar a imaginar lo que costará estar presente en un Mundial, teniendo en cuenta, además, que no vale llevar a un corredor para varias pruebas si no se ha clasificado personalmente en todas y cada una de ellas. 

Por otro lado, esta medida acabará con los ‘paracaidistas’, con los pistards que no hacen toda la temporada pero que compiten en el Mundial. A partir de ahora, quien desee estar en la cita con el arco iris tendrá que estar en activo desde octubre o noviembre hasta febrero. La compatibilidad de la pista con la carretera puede dar un nuevo paso para resquebrajarse –tras ese desastre de programa olímpico-, y eso es muy grave. 

En cuanto a la participación en las Copas del Mundo, deja de ser libre y se limita a corredores con puntos en la clasificación UCI. Hasta cierto punto también es lógico -ya pasa en el BTT-, aunque nuevamente obligará a un peregrinaje internacional a los futuros candidatos. Para ‘ayudar’, el máximo organismo mundial establece que las Federaciones Nacionales deberán organizar al menor una prueba internacional registrada en el calendario UCI en su territorio, cuya categoría –en tres niveles- dependerá del número de plazas que hayan tenido en los Mundiales. 

Por otro lado, la UCI ha decidido que, también la próxima campaña 2013-14, la persecución por equipos femenina se dispute igual que la masculina, es decir, con cuatro corredoras y sobre 4.000 metros. Con ello, se primará más el trabajo conjunto de los equipos, de las cuatro integrantes, que de aquellas naciones que contaban con una corredora que podía marcar diferencias. Eso sí, será mucho más complicado que ahora para los ‘pobres’ formar una cuarteta de garantías que un trío. Por cierto, esta medida también podría ser aplicada a la velocidad por equipos femenina, ¿no?

Del omnium, en cambio, no se ha dicho nada, pero las manifestaciones de Pat McQuaid tras los JJ.OO. de Londres iban en el sentido de mantener esta prueba en el programa olímpico e intentar incluir una más –la puntuación-, sin aumentar el número de participantes. Claro que en este caso, la decisión compete en exclusiva al COI y la UCI, como hizo en 2009, solo dirá la última palabra: Si, por supuesto.

lunes, 1 de octubre de 2012

Decíamos ayer… (los Nacionales de pista un año después)


Aunque en mi mente tenía una imagen muy distinta del anterior Campeonato de España de pista en relación al disputado este fin de semana, cuando leí lo que había escrito hace un año comprobé que eran muchas las similitudes entre ambos eventos.  

Quizá la diferencia fundamental –que no lo es tanto- es que en el anterior Nacional algunos llegaron muy cortos de forma pensando en ese apéndice veraniego de Londres 2012… que ahora lo han hecho –o simplemente no han acudido- por que aún continúan con la resaca post-olímpica. Por no hablar de que apenas ha habido revelaciones en este evento, cuando pienso que este primer año de la Olimpiada es el mejor para que los ‘meritorios’, aquellos corredores con cualidades para la pista pero ajenos al ‘equipo nacional’, busquen su oportunidad internacional en esta disciplina. En su descarga diremos que la temporada de carretera se dejó sentir en las piernas de muchos y que pese a los intentos de la UCI, en España sigue siendo francamente complicado combinar estas dos disciplinas.
 
Decíamos ayer, es decir, hace un año, que tenía un mérito especial ver a un David Muntaner tan soberbio en estos Nacionales, en los que se llevó cuatro otros, algo que no logró ningún otro competidor. Y lo escrito entonces vale para ahora, lo mismo que lo de Torres. Eso sí, habrá que seguir con interés la evolución del menorquín, nuestro mejor proyecto de futuro, que sigue con ese ‘sueño’ –tan justo como lógico- de probar fortuna en la carretera, aunque ello le suponga dejar los velódromos en un segundo plano. Si fuese británico o australiano, ya estaría en Sky u Orica, pero… En todo caso, ojo a las palabras de su paisano, que se marca como objetivo de la pareja balear un oro mundialista en la madison.

Detrás de los dos baleares quiero volver a señalar a dos valencianos como Sebastián Mora, cada vez más sólido, y Julio Alberto Amores, que trató de tú a tú a los mejores especialistas, con una interesante progresión en un un año; los murcianos, en su línea combativa, mientras que se esperaba algo más de los catalanes, aunque en el caso de David de la Cruz se le pueden aplicar las eximentes de temporada realizada y futuro garantizado.

La única verdadera revelación de este evento ha sido José Moreno, ganador de tres oros y una plata en las cuatro disciplinas de velocidad. Ausentes nuestros dos mejores especialistas, los olímpicos Juan Peralta –aún en rodaje- y Hodei Mazkiarán –lesionado-, las referencias pueden ser incompletas al no existir comparación directa, aunque el castellano-manchego –sub 23 de primer año, no se olvide- exhibió muy buenas maneras y posee ese desparpajo de los grandes especialistas. Por cierto, por primera vez en muchos años Cataluña no alineó equipo de velocidad y su ausencia fue sentida por muchos, comenzando por mí mismo, dado todo lo bueno conseguido en los últimos años –campeones de forma consecutiva desde 2005 a 2010-, aunque nos aseguran que el relevo está garantizado a medio plazo. 

Y terminamos con las féminas. Si en 2011 Leire Olaberria eclipsó a sus ‘delfines’, en 2012 su ausencia no sirvió para que cobraran ese protagonismo que se espera y se desea. Me quedo con los detalles apuntados por Irene Usabiaga en la puntuación. En cambio, entre las velocistas ha existido una mayor igualdad entre Tania Calvo y Helena Casas –con Mar Manrique todavía mirando desde muy lejos-, un ‘pique’ que debe ser muy positivo para todas ellas de cara a conseguir la presencia femenina en Rio de Janeiro 2016 que no se pudo conseguir en Londres.