viernes, 22 de febrero de 2013

Desastre en el primer Mundial de scratch de la historia


Aunque dentro de la pista todo el mundo lo tenía claro, el sistema de cronometraje de Tissot tuvo ayer en el Mundial de Minsk un fallo a la hora de determinar las posiciones finales. Un error que ‘afectó’ a Albert Torres, que fue clasificado cuarto –haciéndonos ilusiones a los que no vimos la llegada en directo-, que luego fue colocado como duodécimo y finalmente, en el puesto inmediatamente superior. Fallo que, por otra parte, no es habitual en el cronometraje de Tissot Timing, a los que hay que agradecer que nos den en tiempo real los resultados de este tipo de eventos, algo sin lo que no se podría hacer un seguimiento a miles de kilómetros de distancia.

Pero lo que me vino a la memoria fue lo sucedido en el Mundial de Ballerup 2002, la primera vez que se incluía esta prueba en el programa, aunque algunos años antes se disputó como exhibición, con medalla de plata de Carles Torrent.

Y es que una de las pruebas más simples de la pista (gana el primero que pasa por meta de entre todos los corredores que estén en la misma vuelta) tuvo algunos problemas de reglamentación en sus inicios, ya que cuando uno varios corredores escapados doblaban, la carrera se ‘subdividía’ en dos partes. Me explico.

En aquella ocasión iban escapados cuatro ciclistas, el británico Tony Gibb, el ucraniano Volodymir Ribin, el alemán Stefan Stenweg y el suizo Franco Marvulli. Justo al doblar, se hizo sonar una campana que daba paso inmediato a un sprint del pelotón (por cierto la campana incluso se cayó) para determinar esos puestos, independientemente del número de vueltas que quedasen. A los de delante se los neutralizaba varias vueltas y se les ponía nuevamente en carrera para que dirimieran los primeros puestos de la clasificación ya sin el resto de los contendientes doblados en el velódromo.

La teoría, pausible, aunque absurdamente complicada, pero la puesta en práctica fue caótica. El suizo perdió vuelta en esos momentos de neutralización, y se descalificaba al ucraniano por pisar la zona azul. En fin, un caos para una prueba muy sencilla que ya parece haber encontrado su lugar en el programa mundialista aunque sea de las especialidades secundarias.

Foto de Miquel Alzamora, el representante español en aquella prueba, calentando para la misma.

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