lunes, 22 de julio de 2013

El otro dorsal 51

No voy a escribir da historia del mito del 51, de ese dorsal que llevaron en el primer Tour de Francia que ganaron ciclistas de la talla de Eddy Merckx, Luis Ocaña, Bernard Thevenet o Bernard Hinault. Y es que en todas las carreras (casi) siempre hay un dorsal 51, que es portado por corredores que pueden tener un papel principal pero también uno más secundario –sin premio-, pasar completamente desapercibidos… o incluso ser protagonistas por simple mala suerte.

Este fin de semana he estado menos pendiente del Tour que del Campeonato de España de mountain bike, celebrado por segundo año consecutivo en Panticosa, al menos en lo que se refiere al descenso. Y como en 2012, una notable organización del Club Ciclista Sabiñánigo, de Aramón Panticosa y de la propia localidad oscense, plenamente volcada con el evento. Y es que en este tipo de competiciones, la cantidad y la profesionalidad de los voluntarios es clave para la buena organización. Y en este caso, un ‘diez’ es poco.

Volviendo con el 51, el portador ayer del número mágico era Pol Romero. Casualidad o no, pero el dorsal correspondía al saliente campeón de España de descenso sub23 –una categoría que dejará de existir en esta disciplina en 2014, siguiendo la tendencia marcada por la UCI que no la reconoce-, y uno de los favoritos, es decir, una ocasión para seguir vinculando la cifra al mito. Pero no fue así.

El catalán estaba comenzando su primera bajada, con todas las ganas y el riesgo que toma quien aspira al máximo. Se le fue la bici en el primer salto… y sufrió una espectacular caída, que pude recoger en imágenes. El vuelo fuera de pista, la clavada de la rueda al aterrizar, la voltereta por encima de la bici, el golpe contra el duro suelo, los gestos de dolor en el costado y la sangre en la boca de Romero me impresionaron, aunque no parecía nada especialmente grave… salvo en que prefería estar tumbado en el suelo que coger la bici para continuar, en ese gesto reflejo que tienen todos los ciclistas. El ex campeón de España fue trasladado al hospital por simple precaución y en la mañana de hoy he podido hablar con él, sin nada roto, eso sí, magullado… pero con todas las ganas del mundo de recuperarse para poder estar el jueves en los entrenos de la Copa del Mundo de Vallnord.

Y es que si los ciclistas son de otra pasta, los ‘descenders’ son la máxima expresión. Y lleve o no el 51, Romero dará que hablar en esta disciplina, tan lejana, aparentemente, al Tour de Francia.

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