viernes, 16 de agosto de 2013

Madrid-Gijón-Madrid, la hija española de la París-Brest-Paris

No deja de ser curioso que una carrera como la París-Brest-Paris, cuya primera edición se vivió en 1891 sobre 1.200 kilómetros con victoria de Charles Terront, diera como resultado a dos ‘hijos’ tan distintos como el Tour de Francia, la carrera ciclista por excelencia, y el circuito de BRM (Brevets Randonneurs Mondiaux), marchas ciclistas de velocidad libre, no competitivas.

Henri Desgrange fue el padre de dicha carrera que fue un hito en la historia del ciclismo, pero pronto la abandonó para centrarse en la ‘grande bouclé’. El Audax Club Parisien (ACP) tomó el relevo en los años veinte y diez años más tarde subdividió la PBP en una prueba profesional y en otra para aficionados. La primera murió en 1951, pero la segunda ha llegado hasta nuestros días, celebrándose cada cuatro años, como estandarte de ese ultraciclismo.

Pero lo más importante es el papel que el ACP fue tomando con el paso de los años, como coordinador, regulador y encargado de homologar esas ‘randonnées’ o ‘brevets’ a lo largo y ancho de todo el orbe. Se trata de pruebas de larga distancia, no competitivas, sobre un recorrido establecido y con un límite de tiempo máximo para afrontarlas. Obviamente no son carreras, pero tampoco les gusta el calificativo de marchas.

Las distancias habituales son de 200, 300, 400, 600 y 1.000 kilómetros, antes de llegar a las de 1.200 –la distancia mítica de la prueba francesa- de las que hay una veintena en todo el mundo, aunque son bastante habituales en Norteamérica, como la Boston-Montreal-Boston, la Big Wild Ride o la Colorado High Country, Australia, la Great Southern Randonée, o Europa, donde tenemos aparte de la París-Brest París, la Londres-Edimburgo-Londres, la SuperBrevet Scandinavia… o la Madrid-Gijón-Madrid.

Curiosamente, muchas de estas pruebas se celebran cada cuatro años, aunque hay excepciones como la BMB estadounidense que tiene lugar todos… salvo el año que se disputa la LEL británica, que ha sido este 2013. Y precisamente también en este año se disputa la prueba española, concretamente a partir del próximo lunes 19 de agosto, en la que será su tercera edición.

Casi trescientos participantes en la tercera edición

La MGM nació en 2005 con el objeto de cubrir ese hueco de una ‘Superbrevet’ española en el calendario mundial. Aquella edición contó con una participación de 123 ‘randonneurs’, de los que 88 lograron finalizar en el tiempo permitido. En 2009 hubo 173 inscritos y 141 ‘finalizantes’, mientras que este año habrá algo menos de 300 participantes, con los dos ultraciclistas más destacados del panorama nacional, Julián Sanz y Fran Vacas, una notable presencia foránea, y algunos otros ciclistas ‘convencionales’ ilustres como el asturiano ‘Guti’ Navarro.

Todos ellos tienen que haber cumplido el requisito de ser mayores de 18 años y de  haber completado este mismo año los ‘brevets’ establecidos de 200, 300, 400 y 600 kilómetros en pruebas homologadas por el ACP. Y desde las diez de la noche del próximo lunes tendrán 90 horas para completar esos 1.200 kilómetros con el único requisito de pasar por los controles establecidos en Algete (Madrid) –punto de inicio y fin-, Atieza (Guadalajara), Ayllón (Soria), Tórtoles de Esgueva (Burgos), Frómista (Palencia), Cistierna (León) y Cangas de Onis (Asturias), tanto a la idea como a la vuelta, más el intermedio de Gijón y el de Cogollado (Guadalajara), solamente en el regreso, aunque podrán establecerse controles secretos.

Cada uno de los participantes es responsable de su ‘randonnée’, desde el momento de la inscripción, avalada por un certificado médico y por su propio seguro de accidentes y de responsabilidad civil –curiosamente la organización como tal no suscribe ninguno-, pasando por su presencia en las carreteras, respetando estrictamente toda la normativa de tráfico, y sin que se permita recibir asistencia fuera de los puntos de control establecidos. Como dice el reglamento de la prueba se trata de una excursión personal, libre y sin asistencia.

En cuanto a la máquina, está permitida la participación en cualquier tipo de ciclo, incluidos tandems y otras bicicletas especiales, pero con el único requisito de la luz fija delantera y trasera, ya que buena parte del recorrido se hace por la noche. Casco y chaleco reflectante completan la relación de elementos obligatorios.

Ya es tarde para participar en esta próxima edición –las inscripciones se cerraron el pasado mes de abril-, pero si quieres tener más información sobre la misma y sobre el curioso mundo de los ‘brevets’, ésta es tu página.

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