La selección del Dimension Data como decimoctavo equipo
World Tour ha sido recogida de forma entusiasta por casi todo el ciclismo
mundial, por lo que significa el hecho de que estemos ante el primer equipo de
filiación africana en la élite de nuestro deporte.
Titulares como “Día histórico para el ciclismo” o “La UCI
se rinde ante la emergente África” representan lo que sienten –sentimos- todos
los aficionados. Pero la emoción de esta indudable buena noticia no debe
hacernos perder el norte de varias realidades no tan emocionantes.
La primera de ellas es que la demanda de formaciones World
Tour está muy por encima que la oferta, desgraciadamente. Por ello entró el IAM
Cycling hace un año y por ello se ha invitado ahora al Dimension Data, cuando
la barrera de las exigencias está muy por debajo que hace unas temporadas… y
del estándar que se había fijado la propia UCI. Ello no quiere decir que el
equipo de filiación sudafricana no se lo merezca, por sus éxitos deportivos,
por el trabajo de Doug Ryder, e incluso por programas paralelos que buscan
sobre todo incrementar el uso de la bicicleta en África, entendiéndola como una
forma de vida en el más amplio sentido de la palabra. La lectura del fenomenal
‘La tierra de las segundas oportunidades’ nos puede dar muchas pistas en este
sentido.
Todo ello es mérito del MTN-Qhubeka cuya estructura ha
heredado el nuevo Dimension Data. Pero está por ver si prevalece la misma
filosofía. La entrada de Marc Cavendish y sus guardaespaldas le da un nuevo
carácter al equipo, más internacional y sobre todo más triunfador, como
reclamaba el propio patrocinador. Y quizá menos africano, con un plantel en el
que se ha reducido a doce el número de corredores del continente y cuyo papel
será, en principio, bastante más secundario. Las palabras de ‘Cav’, “con toda honestidad, veo al equipo convertirse en el más grande del ciclismo profesional en pocos años”, muestran a las claras esa dualidad, ¿incompatibilidad?,
africanidad-internacionalismo.
Por otro lado, por mucho que proyectos como éste, el ya
mencionado del Team Rwanda, y otros similares en buena parte del continente,
África no es, ni mucho menos, una potencia emergente en el ciclismo. Es un
trabajo más a largo que a medio o corto plazo, que puede dar frutos aislados,
pero que tiene importantes, y preocupantes, lagunas, comenzando con la
mentalidad, como podemos leer en el libro de Tim Lewis. El nacimiento del
primer WT australiano se produjo bastantes años después de estar cansados de
ver ‘aussies’ en los podios de las principales carreras. Y en Sudamérica, por
ejemplo, aún ni se vislumbra esta opción, cuando por tradición o presente,
países como Colombia ya deberían estar en la máxima categoría mundial. Solamente
que no tienen ni un Ryder ni el patrocinador necesario.
Insisto, la presencia de Dimensión Data, vista como equipo
africano, en la élite debe ser motivo de satisfacción para todos, pero sin
perder nunca la perspectiva de lo que significa y de lo que puede cambiar. Es
más, desde mi modesto punto de vista, el fichaje de Louis Meintjes por Lampre
puede ser mucho más significativo para el ciclismo africano.
Estas imágenes de Peter Sagan jugando al fútbol con su
bicicleta de carreras, en una exhibición en la fábrica de Sportful junto al
‘malabarista’ Vittorio Brumotti, no sólo fueron virales hace un par de semanas,
sino que transcendieron a numerosos medios informativos que hablaban de las
habilidades del eslovaco en bici-fútbol,
al que se calificaba como “un deporte que ya existe”.
Cierto,
aunque la denominación no es tan descriptiva como ‘bici fútbol’, sino que en
realidad se llama ‘cycle-ball’ o castellanizado en ciclobol, pese a que en
nuestro país la práctica sea casi nula. Y, además, es una disciplina que está
integrada en la UCI, aunque algún ex presidente de la RFEC, hace ya muchos
años, no lo supera y dirigiera a un periodista hacia el organismo que dirige Ángel
Villar.
Es
más, esta modalidad ciclista vive este fin de semana su Campeonato del Mundo,
concretamente en la ciudad malaya de Johor Bahru, englobando las dos disciplinas
del ciclismo en sala: el ciclismo artístico –básicamente hacer una serie de figuras
individualmente o en dúo, ya que la modalidad de equipos se dejó de practicar-
y el mencionado ciclobol.
¿Y
por qué en Malasia? Simplemente porque es una de las potencias mundiales de
esta disciplina, también extendida en países asiáticos como Japón o Indonesia,
aunque su epicentro esté en Centroeuropa, especialmente en Alemania, Suiza,
Austria o República Checa, donde los pabellones se llenan para ver los partidos
bicifutboleros… aunque no juegue Sagan.
Este
pequeño resumen de la Copa del Mundo -que también existe esta competición- nos muestra la habilidad de los verdaderos
ciclobolistas y sus máquinas, que no tienen nada que ver con la montura que
llevó el campeón del mundo en su exhibición.
Una de las grandes novedades de las reuniones que ha
celebrado la UCI durante este Mundial de Richmond ha sido el anuncio de que
habrá un Mundial de ciclismo urbano a partir de 2017, aunque aún se desconoce
la sede.
¿Y qué incluirá este Mundial? De momento, va a englobar a
tres disciplinas de origen muy distinto, pero que pueden tener en una ciudad el
mejor de los escenarios. Por un lado, el trial, una especialidad que desde
Sierra Nevada 2000 ha ido vinculada al BTT, algo que parece lógico, aunque en
los últimos tiempos han primado los recorridos con obstáculos artificiales en
lugar de los naturales, por lo que su nuevo destino ‘urbano’ no está reñido con
la lógica. Incluso las exhibiciones suelen ser en centros comerciales, como
este vídeo de Benito Ros.
Por otro, el XCE, el eliminator que en principio se
concibió como una revancha del cross country (XCO), dentro del mismo Mundial.
Sin embargo, al programarse en los días anteriores ha dejado de tener interés
–por el posible riesgo de lesiones en caídas o enganchones- para los verdaderos
especialistas del mountain bike campestre. De hecho, su desaparición de los
programas de la Copa del Mundo parecía una condena a medio plazo, como está
sucediendo con el 4X. Además, los recorridos naturales han dado paso a trazados
artificiales, con escaleras, pasos estrechos… por lo que ha encontrado en el
hábitat urbano un medio ambiente mucho más favorable.
Y en tercer lugar, el ‘freestyle’, al que me niego a considerar como parte del BMX, salvo en el uso de monturas parecidas. Se trata de una vieja aspiración de la UCI la integración de esta disciplina. Aún no hay reglamentos, ni otras regulaciones, pero se han están dando pasos agigantados para esta próxima integración. Y desde luego, pocos ciclismos tan urbanos como éste.
Aún queda otra disciplina más, también nacida y crecida en
las calles de las poblaciones, especialmente en Estados Unidos, aunque ya
difundida por medio mundo. Me refiero al ciclismo con ‘fixies’, representado
perfectamente por ese circuito ‘Red Hook’. De momento, esta especialidad no
estará en el nuevo Mundial, aunque me consta que se están dando pasos
agigantados: las distancias son lejanas, pero ya no parecen insalvables.
Y puestos a soñar, ¿por qué no un descenso urbano para
completar, aunque en este caso se requiera una ciudad más bien empinada, como Lisboa?
Si uno de los puntos fuertes del Mundial de Ponferrada fue
su famosa Burbuja, es decir, la concentración en una zona bastante reducida,
pero en diferentes edificios, de toda la infraestructura del Mundial, Richmond
2015 se ha superado, ya que en solamente uno –realmente dos, pero conectados
por varias pasarelas-, el Richmond Convention Center, ha ubicado todo,
absolutamente todo lo inimaginable en relación con el trabajo administrativo de
un Campeonato del Mundo.
En primer lugar, el centro de acreditaciones, que
normalmente suele estar en un lugar relativamente aislado para facilitar la
llegada de personas aún sin credencial, también se ha ubicado en este edificio,
facilitando un contacto que en anteriores ocasiones era bastante incómodo entre
dichas operaciones y otras en relación con la Permanente o la Oficina de
Prensa. En cambio, en este Mundial se produce la paradoja de que han repartido
muy pocas acreditaciones de vehículos, pero es fácil llegar sin ellas hasta el
mencionado Richmond Convention Center.
Sin embargo, el ‘no va más’ es el podio indoor que se ha
instalado en una inmensa sala de este recinto ferial. En principio resulta un
poco extraño, incluso agobiante, y aunque los pronósticos no dan lluvia en los
próximos días –hoy si había una alta posibilidad, aunque al final las nubes no
han descargado- no está de más recordar el aguacero que sufrimos en el último
protocolo de Ponferrada. Supongo que en Qatar no será necesario… pero lo mismo
se sienta un precedente para otras pruebas ciclistas de climatología más
complicada.
En dicha sala, inmensa por otro lado, podemos encontrar
toda la venta de merchandising mundialista –no los típicos tenderetes
callejeros de otros eventos, sino una verdadera exposición tipo ‘El Corte
Inglés’-, de otras entidades relacionadas con el evento, como ese ‘Virginia Is For
Lovers’ del que ya hablaré otro día, la propia Federación Estadounidense de
Ciclismo, y naturalmente el ‘adelanto’
de Qatar 2016, con todo lujo de detalles.
Por último, la futbolización del ciclismo en los Mundiales
es cada vez más evidente, ya que los corredores tienen que pasar al terminar,
sí o sí, por una inmensa zona mixta, sin poder salir en contradirección o tener
otras escapatorias para huir de la zona de llegada. Eso sí, siempre quedará a
su voluntad hacer o no declaraciones. Podio, conferencia de prensa y control, a
continuación, y en muy pocos metros.
Y para colmo, el hotel oficial de la UCI –el Marriot-
justo al lado del Convention Center y de
la propia línea de llegada. ¿Alguien da más o hablamos después de Qatar?
Es curioso que lleve toda la vida oyendo a un montón de
directores decirles a sus ciclistas que se centren sólo en la carretera, que no
malgasten energías en la pista, en la que no van a aprender nada, ni menos aún
el ciclocross, peor aún por el riesgo de lesiones. Y del BTT, ya ni hablo: ¿eso
es ciclismo?
Las chicas han sido el último reducto de esa
anti-especialización, bien por no tener un calendario tan amplio, bien por su
condición amateur -para bien o para mal- que les permite correr lo que les
apetece, sea carretera, pista, BTT, CX… o incluso el Red Hook: echad un vistazo
a la participación de este fin de semana en Barcelona.
Sin embargo, la mentalidad del ‘uniquismo’, es decir, la
de la especialización, la de no dispersar energías, también está llegando a las
féminas. En algunos casos puede ser una apuesta interesante de cara al futuro.
Eso parecía hasta…
…lo que hemos visto hacer a la francesa Pauline
Ferrand-Prevot, campeona del mundo de carretera, ciclocross y mountain
bike en apenas doce meses. Y no es porque sea una casualidad, ya que a las tres
disciplinas se ha dedicado con una cierta intensidad, incluso simultaneando
ruedas finas y anchas. De hecho, su gran objetivo es ser campeona olímpica en
Río en ambas disciplinas, aprovechando los diez días que hay entre las
competiciones.
La joven campeona francesa puede haber sentado un
importante precedente en esto, aunque sea su clase la que en definitiva
ratifique sus polifacéticos éxitos. También espero que hayan abierto un camino estás jóvenes: “El
paso de las chicas de la Comunidad Valenciana por #PistaGalapagar". Nuestro
deporte evoluciona y no sólo en lo que es la competición, sino fuera de ellas y
la prueba es este simpático vídeo, que protagonizan Marina Cerezo, Empar Fèlix,
Esperanza Paredes, Cristina Soler, Isabel Ferreres, Sandra Alonso y Melisa
Gómiz. Tanto es así que me gustaría ver pronto una segunda parte o algún otro
equipo hacer algo similar.
Una de las pocas ausencias femeninas –pero a la vez
bastante importante- en el pasado Campeonato de España de pista fue la de
Ainara Elbusto. La navarra había tomado parte en todos los Nacionales absolutos
desde 2008, pero esta temporada está más centrada en la carretera –ha llegado
incluso a correr la Emakumeen Bira y el Tour de Bretaña con la selección-… y
con las fixies, en el circuito mundial Red Hook Crit Series, cuya general ganó
en 2014 y lidera en esta temporada, a falta de las pruebas de Barcelona –el
próximo sábado- y Milán.
De
hecho, este dominio –sin olvidar la espectacularidad y combatividad que muestra
en todas sus actuaciones- puede traducirse en sea una de las reinas del
ciclismo mundial, aunque posiblemente la más desconocida de todas. Como
reconoce con sinceridad “ya gané la general el año pasado y la repercusión
mediática no fue muy grande”. De hecho, se trata de una de las pocas disciplinas que se encuentra al margen de la UCI y las perspectivas de
acercamiento no parecen inmediatas, aunque la ciclista navarra considera que
“los organizadores de Red Hook no es que huyan de la UCI, sino que el sistema
que ellos utilizan lo hacen pensando en apoyar a los deportistas, pero creo que
esto va a más y en un futuro muy próximo podríamos tener un campeonato
nacional. En este tipo de pruebas tienen el respaldo de fuertes casas
comerciales y comparado con lo que estamos acostumbrados en España,
consideramos que son buenos premios”.
Los comienzos de Ainara fueron,
como suele suceder en este tipo de situaciones, por casualidad. “Me enteré por
Facebook y recibí una invitación para ir a correr a Barcelona en 2014. Se lo
comenté a Héctor –Rondán, su director en Reyno de Navarra- y me dijo que podía
ir muy bien”. Y tanto, ya que ganó la prueba. “Por ello fui a Milán donde tuve
una fuerte caída, pero terminé segunda, con lo que gané la general”. Este año
se lo ha tomado con absoluta dedicación. “El Red Hook 2015 consta de cuatro
carreras, de las cuales he ganado las dos primeras, en Nueva York y Londres. Si
en Barcelona y Milán, que son las dos que restan, consigo hacer entre las cinco
primeras, creo que volvería a repetir triunfo”.
Aunque reconoce que “para competir
en estas pruebas tienes que tener cierta habilidad, al ser bicicletas sin freno
y por ello la práctica en los velódromos es importante”, también considera que
“no tiene nada que ver con el ciclismo de carretera ni el de pista. Son
circuitos de aproximadamente 1.200 metros. Primero tienes 20 minutos para hacer
una vuelta rápida que determina las posiciones de salida, y que está premiada
por lo general con 200 dólares. Por la noche se disputa la prueba y la primera
vuelta tiene una dotación económica variada; a mitad de carrera hay otro sprint
puntuable con premios en especie. Y luego está el sprint final que tiene un
premio que ronda los 500 dólares y una bicicleta de pista. En chicas hay
corredoras americanas y europeas que corren en equipos de ruta. En chicos también
hay gente de la pista y de la ruta, de equipos amateur e incluso continentales”.
Por si os interesa algo más este
tipo de ciclismo y, sobre todo, ‘ayudar’ a Ainara Elbusto –líder con 79 puntos,
frente a los 57 de la estadounidense Kacey Lloyd y los 52 de la francesa Fleur Faure- a
alcanzar ese reconocimiento que se merece, os recordamos la cita del próximo
sábado en el Parc del Fórum de Barcelona, donde estarán también corredores como
Luis Junquera –segundo en Nueva York y octavo en la general, por cierto-,
Daniel Ania, Alejandro Kim las hermanas González, Sandra Jorda o Itsaso Ahechu,
ciclistas polifacéticos que han destacado en otras disciplinas.
Aunque el inicio de la Vuelta a España ha monopolizado el
interés ciclista en este fin de semana, hay muchas más pruebas en todo el
mundo. Y no sólo de carretera, sino de BTT -¡suerte Pablo!- o incluso de pista.
En este caso, quiero referirme al Campeonato de Europa de derny, que se ha
celebrado en la localidad alemana de Hannover, con triunfo del belga Kenny De
Ketele y con el español David Muntaner en undécima posición, como segundo de la
final B, y con varios campeones del mundo de pista más en liza. Aunque a fuer
de ser sinceros, me temo que este tiempo de competición pasaría totalmente
desapercibido bajo cualquier circunstancia en nuestro país.
Si se conoce a la ‘derny’ por algo –por poco, esa es la
verdad-, es por ser esa motocicleta que marca el ritmo ‘in crescendo’ durante
las primeras vueltas de un keirin antes de que los velocistas lancen el sprint.
Una máquina cuyo nombre proviene del ex ciclista Roger Derny, que fabricó el
primer modelo en 1938, basando su movimiento en una combinación del motor de 90
cc y del pedaleo, lo que le permite una aceleración y una deceleración gradual,
idónea para poder marcar el ritmo al ciclista que se sitúa detrás.
Pues bien, también hay carreras de fondo en las que cada
pistard hace equipo con un motorista que marca el ritmo con el fin de restar
rozamiento y posibilitar unas mayores velocidades –cercanas a los 60 kilómetros
por hora- al ciclista, que debe mantener un contacto fluido con su conductor a
la hora de planificar ataques y momentos de descanso, lo que no resulta nada fácil
con el ruido de las motos. Reconozco que nunca he visto en directo una
competición de este tipo, aunque sí tuve la suerte de ‘locutar’ una similar en el Palma Arena hace un par de años, donde había bastante tradición con carreras
de este tipo y del ‘hermano mayor’, el medio fondo tras moto- resultó
espectacular.
No deja de ser paradójico que la UCI no regule como tal
esta tipo de carreras, cuando son muy habituales en Centroeuropa, tanto como
pruebas independientes, como en el transcurso de los ‘Seis Días’, aunque en
este caso el tandem piloto-ciclista suele estar vinculado al azar. Gran Bretaña
puede considerarse el paraíso de las ‘Derny Races’, habituales en las
‘Revolution Series’ y en citas específicas como la ‘DernyFest’. Incluso hay un
Campeonato nacional para ambos sexos que se han adjudicado ciclistas como Luke
Rowe, Laura Trott o la velocista Vicky Pendleton, por partida doble.
La UEC recuperó este Campeonato en el año 2000, y en el
palmarés, aparte de De Ketele –que ya había ganado en 2009-, encontramos a
Davide Vigano, Elia Viviani, Jesper Morkov o el propio Bradley Wiggins.
Muntaner reconocía que “la experiencia ha estado muy bien,
aunque me falta experiencia, saber correr. En la semifinal salí muy fuerte y lo
pagué al final, pero en la final me ha ido mejor. Es un buen entreno para la
madison, y que ojalá pueda repetir otro año, pero preparándolo mejor”. Y para los que crean que la derny es propia exclusivamente
de los velódromos, tenemos que recordar una carrera mítica tristemente
desaparecida como la Burdeos-Paris en la que algunos de los tramos se recorrían
tras la motocicleta, con el fin de aguantar los más de 500 kilómetros de la
prueba. Por cierto, el ‘doblete’ Dauphiné Liberé - Burdeos-París que realizó
Jacques Anquetil en 1965 sin apenas descanso entre ambas pruebas está
considerado como una d elas grandes gestas de la historia del ciclismo.
Después de leer ayer en Biciciclismo, la información sobre
el paso a profesionales de Jorge Arcas y Antonio Pedrero, como los últimos
‘granos de la factoria Galibier’, en esa incansable labor que ha llevado a más
de tres decenas de ciclistas a la máxima categoría desde 1993, no puedo sino
hacer un par de reflexiones sobre ambos… y sobre todo de otros militantes del
equipo navarro –por centrarme solamente en un equipo, aunque sea un ejemplo
extensible a casi todo el pelotón nacional- que desgraciadamente tendrán muy
complicado el acceso a la máxima categoría.
A pesar de que no tengo muchos admiradores precisamente
por aquellas tierras, me alegro profundamente del ‘salto’ del ciclista altoaragonés.
Por el padre, por esa gran labor que realiza al frente del C.C. Sabiñánigo, y
por el hijo, porque no es nada fácil estrenarse en la máxima categoría nada
menos que con el Movistar, con un World Tour. Es más, posiblemente sea el único
español en esta situación en 2016. Y sobre todo siendo ya élite, con lo que
franquea esa barrera de edad que muchos ya comienzan a ver peligrosa de cara a
la promoción, aún cuando en estas cuestiones de madurez cada corredor sea un
mundo.
Pero también me alegro porque, a pesar de ser el número
dos del ranking nacional –por detrás del ya promocionado ‘Chava’ Angulo-, Arcas
no parecía tener esa vitola de corredor predestinado al profesionalismo por sus
éxitos. Lo suyo ha sido cuestión de trabajo silencioso, muchas veces incluso
oscuro, de progresión sin prisa pero sin pausa, de aprender el oficio día a
día, año a año. Eso sí, su trayectoria en 2014 y 2015 le termina de avalar para
ese merecido puesto en la élite mundial. ¡Ojalá fuesen más!
Posiblemente su compañero Pedrero parecía tener más boletos
en esa lotería que es siempre el pase a profesionales, por su clase, lo que le
hizo ser un fijo con la selección, incluso por su espectacularidad, aunque su trayectoria
se cortó con varias lesiones el año pasado, que no le han impedido mostrarnos
momentos realmente espectaculares en la presente campaña, como esa exhibición
en la Clásica de Torredonjimeno, precisamente en compañía de Arcas.
El de Terrassa también ha logrado ese objetivo último, y
ya se ha estrenado en la máxima categoría con los colores del Inteja MMR
ganando una etapa en Guadalupe. Un equipo modesto, pero digno, aunque
desgraciadamente como sucede con casi todos los continentales, sin una
continuidad de calendario y sin la posibilidad de medirse ante los mejores. Su
carrera a partir de ahora será muy diferente a la del oscense y cada prueba
debe ser una reválida para intentar conseguir una plaza en el pelotón
profesional, de mantener ya una continuidad y, quien sabe si algún día poder
militar en el World Tour. Difícil, muy difícil, pero no imposible.
Pero en el Lizarte-y desde luego en todo el pelotón
nacional, insisto- hay otros ‘granos’, corredores que hace una década o dos,
habrían llegado a profesionales sin problemas. Posiblemente el caso más claro
sea el de Rafael Márquez –número tres del ranking nacional élite, ojo-,
ciclista que aúna veteranía, oficio… y capacidad de victoria, aunque también
tendríamos que señalar a ese ‘Curro Romero’ canario, Santi Ramírez, escalador a
la antigua usanza y que en otro tiempo habría sido una verdadera ‘perla’.
Hoy en cambio, no dejan de ser granos… que se pierden
entre los pedruscos del camino.
Mi sueño: ganar un Mundial y correr unas Olimpiadas. Así
se manifiesta Pablo Rodríguez en la web del programa de becas ‘Podium’, con dos
objetivos que así, a priori, no parecen tan lejanos en el tiempo.
Porque para un hombre que ya ha ganado este año los
Campeonatos de Europa, con ese dominio que sólo evidencian los elegidos, un
Mundial no es una carrera tan diferente: el pasado 26 de julio en Chies
d’Alpago (Italia) estaban casi todos los que van a ser sus rivales en Vallnord
(Andorra). Apuntemos la cita, el viernes 4 de septiembre, a partir de las 15,00
horas.
Y porque estar en Río 2016 –el término Olimpiadas como
sinónimo de Juegos Olímpicos me sigue chirriando aunque la RAE lo haya
autorizado en una decisión ‘de las suyas’- no es una cuestión que dependa de él,
sino de la competencia que puede encontrar en los sempiternos –y siempre
excelentes profesionales- José Antonio Hermida, Carlos Coloma y Sergio
Mantecón, por no hablar del pujante David Valero. Hay “solamente” tres plazas y
el orden jerárquico manda a día de hoy, pero… Y si no es en 2016, seguro que lo
será en 2020 y 2024, como poco.
De momento, pongámonos en la piel y en la boca del
orensano, y señalemos un sueño más: ser el segundo español, tras su admirado y
vinculado Hermida, en ganar la Copa del Mundo sub23.
Hoy en Windham (Nueva York) ha dado el penúltimo paso,
consolidando su liderato con 310 puntos, por delante
del francés Titiouan Carod, segundo con 292 y del suizo Lars Foster, tercero
con 258. El desenlace lo viviremos el domingo 23 de agosto en Val di Sole
(Italia), un escenario que trae grandes recuerdos al BTT español… y que ojalá
sume uno más.
Si las pantallas de televisión o los monitores de
ordenador son horizontales, ¿a qué viene esa aberración, esa irreverencia, esa
moda, esa ‘gilipollez’, de hacer vídeos verticales? Pues sencillamente a qué el
móvil también es vertical, lo mismo que las tablets, y aunque ambos artefactos
–los más comunes hoy en día como ‘puerta’ de acceso a Internet- puedan girarse,
lo cierto es que su posición natural es la vertical, aunque nos pese. Y tendremos
que adaptarnos. Más temprano que tarde.
Por mucho que dicha realidad tecnológica sea evidente, lo
cierto es que son muy pocos los que aceptan de buena gana los vídeos
verticales. En mi caso, tengo que reconocer que he pasado de ser un ‘hater’, a
comprender su auge y entender su
difusión, a finalmente a admitir que es posible que sean más interesantes
que los convencionales apaisados en determinados momentos: lo que algunos
marketinianos llaman oportunidad. Y no lo digo sólo por el hecho de que
aplicaciones como Merkat o Periscope –el vídeo directo en Twitter, un sector
con mucho futuro en cuanto mejore su integración- hayan apostado decididamente por
esa configuración.
La mejor comparación es la de la fotografía, una
tecnología que también nos permite tanto el diseño horizontal como el vertical,
por mucho que la cámara sea apaisada. Es más, muchos programas de retoque o
edición nos dan una interesante pista al denominar a estos formatos,
respectivamente, ‘landscape’ (paisaje) o ‘portrait’ (retrato). Pues eso, si
queremos grabar algo similar a un paisaje, la toma horizontal se impone. ¿Pero
si es un primer plano, una entrevista, por ejemplo, por qué no recurrir a la
toma vertical, por muy irreverente y rompedora que sea?
Trasladándonos al mundo del ciclismo, un sprint masivo
‘requiere’ una fotografía horizontal para captar todos los detalles… salvo que
nos centremos exclusivamente en el vencedor, momento en el que solemos cambiar
la posición de la cámara hacia la verticalidad. ¿Por qué no podríamos hacer lo
mismo con la grabación en vídeo?
Quizá el problema sea combinar en una misma grabación tomas
horizontales y verticales ya que las bandas negras laterales afean hasta
extremos inadmisibles el contenido final cuando se adapta al monitor apaisado.
¿Pero si todo el contenido es vertical sin que exista dicha ‘ofensa’,
manteniendo una lógica estética y argumental? Ya hay documentales, películas e
incluso festivales que han apostado por esta nueva ¿narrativa?
El día que se pueda girar la pantalla del ordenador o de
la TV (como sucede ahora con tablets o teléfonos) seguro que se avanza bastante
más que con un montón de charletas tan improductivas como ésta, aunque me haya
quedado bien a gusto con esta diatriba. Y seguro que dentro de poco podréis ver
el primer vídeo vertical ‘made in Roman’.
“Nadie podría inventarse una
ciudad como Sevilla” es una frase del escritor
Arturo Pérez-Reverte en el preámbulo de la novela 'La piel del tambor' que me
viene como pintada para transformarla en “Nadie podría inventarse un ciclista
como Sevilla”.
Nunca he ocultado mi admiración hacia Paco Mancebo, por su
profesionalidad, por la ilusión que destila, a sus casi 40 años, por la
combatividad que demuestra en cualquier tipo de prueba, sea en carretera, en
BTT-maratón… o en donde le dejen. De Oscar Sevilla no he hablado tanto, aunque es el ‘alter ego’ del abulense,
algunos meses más joven, igual de injustamente tratado por la vida ciclista… y
felizmente recuperado con una trayectoria al principio nómada como la de
Mancebo y posteriormente plenamente asentada en su Colombia de adopción.
Hablé con el ‘Niño’ hace unas semanas, antes de la prueba
en línea de los Nacionales de Cáceres. Fueron apenas cinco minutos, pero en
cada palabra que emitía se transmitía la ilusión, la profesionalidad, la satisfacción
por seguir siendo ciclista. Pero sobre todo el orgullo de ser un ‘mentor’ para
la joven y prolífica generación de ‘escarabajos’, a los que ha podido
transmitir su experiencia y muchos conocimientos en aspectos como entrenamiento
o nutrición, y a los que está convirtiendo en mejores corredores… pero a los
que derrotaba en las dos últimas ediciones de la Vuelta a Colombia, algo que
nadie se tomó mal porque Sevilla es ya un colombiano más. De hecho y de
derecho. Ahora, con una nueva edición en marcha desde ayer, nada mejor que
apostar por el triplete. Por supuesto, por el de Ossa de Montiel, pero también
por el propio ciclismo colombiano.
Sin embargo, de todas las frases que intercambiamos, y
como digo, emanando satisfacción, me quedo con una, aunque posiblemente no
fuera así de textual: “Son los malos momentos los que te hacen progresar”. Por
ello, nadie mejor que Oscar Sevilla para iniciar esta nueva etapa de Uluru.
Hace unos minutos, Sheyla Gutiérrez ha conseguido la
victoria en el Gran Premio Plumelec. No es sólo el primer triunfo internacional
de una corredora española esta temporada, sino que hay que remontarse hasta
2008, como recuerda @MiCiclismo,
para encontrar un triunfo de una ciclista nacional en una prueba del calendario
UCI.
Y no ha podido ser otra que la riojana, la estandarte de
esa nueva generación por su valentía, por su lucha sin complejos, por sabes lo
que quiere y cómo lo quiere, como viene demostrando en estos últimos años. Y
tras ella, vienen otras corredoras que no la desmerecen, como pueden ser
Lourdes Oyarbide, Cristina Martínez, Eider Merino, Alicia González o Rocío del Alba García, y
que pronto se sumaran a ese elenco de elegidas. Y me fastidia no poder poner en
esta lista a Irene San Sebastián, que en muchos sentidos fue la pionera.
Y siguiendo recopilando frases de nuestros tuiteros más
entusiastas en lo que se refiere al ciclismo femenino, en este caso@ElPeloton,
solamente me queda compartir el ‘denle bombo’, y felicitar a @Sheyarcoiris y a @LointekTeam por esa puerta que
acaban de abrir.
Tras el anuncio realizado este fin de semana por la UCI
desvelando la tercera sede de la Copa del Mundo de pista 2015-16, Hong Kong,
por primera vez el máximo circuito internacional de esta disciplina no tendrá
ninguna parada en Europa ya que la ciudad china con ese extraño estatuto
especial –que le permite comportarse como una segunda selección china en los
Mundiales- se une a otra sede novedosa como Cambridge (Nueva Zelanda, no Gran
Bretaña) y a la única con una cierta tradición, la colombiana Cali.
El descubrimiento de nuevas sedes viene siendo una constante
en la UCI en los últimos años, lo cual no debe ser nunca valorado
negativamente. Sin embargo, lo preocupante es que ninguna de las ciudades o
velódromos que se han sumado al circuito internacional en los últimos años ha
tenido continuidad. Por ejemplo, Pruszkov (Polonia), Astana (Kazajstán),
Glasgow (Gran Bretaña), Minsk (Bielorrusia), Pekín (China), Seúl (Corea del
Sur), Guadalajara y Aguascalientes (México), Apeldoorn (Países Bajos) o incluso
Anadia (Portugal). Por no hablar de Saint Quentin (Francia) o incluso Londres,
aunque el velódromo olímpico acogerá esta temporada el Mundial, allá por el mes
de marzo.
Más grave aún es que todas las sedes tradicionales hayan
desaparecido también. Hablamos de Manchester (Gran Bretaña), Copenhague
(Dinamarca), Moscú (Rusia), Berlín (Alemania), Burdeos (Francia), Los Ángeles
(Estados Unidos), Sydney y Melbourne (Australia), incluso Atenas o Palma de
Mallorca, un velódromo perfectamente recuperable.
Posiblemente sean más los que agradezcan que la Copa del
Mundo 2015-16 esté ya cerrada a seis meses vista que los que se planteen que
algo falla gravemente si no se puede cerrar ni una sola sede en Europa. Y si a
esto le unimos los experimentos en el programa competitivo, las perspectivas de
este ciclismo no dejan de ser muy negativas, por mucho que cada año tengamos
momentos espectaculares gracias, como siempre, a los deportistas.
Este vídeo de Eurosport nos muestra claramente que la
mayor parte de los accidentes causados por los espectadores han sido por estar
en una mala posición, bien para ver más de cerca de los ciclistas, aunque sea
unos centímetros, bien para captar un documento gráfico irrepetible en forma de
fotografía (léase capricho personal). Un problema que se ha incrementado
considerablemente en los últimos años con la democratización de la fotografía,
es decir, con que cualquier aficionado dispone de un móvil, incluso una tablet,
para hacer esa foto o grabar un vídeo.
La necesidad de pegar el ojo al visor suponía que la
máquina fotográfica tradicional hiciera un todo con el cuerpo. Pero con los
móviles, no es necesario y el riesgo se incrementa al sacar a destiempo un
brazo que el ciclista no espera y no puede esquivar. O peor aún con los
‘selfies’, ya que el ‘artista’ ni siquiera ve al ciclista al situarse de
espaldas a él. Y en el caso de los vídeos, el tiempo de riesgo se multiplica
considerablemente. De los palos para ‘selfies’, mejor ni hablar: todo lo que se
diga de ese artefacto diabólico es poco.
Las cámaras de los móviles han mejorado mucho, pero siguen
adoleciendo de dos fallos principales. Por un lado, el zoom es digital, no
óptico, por lo que la calidad disminuye ostensiblemente en imágenes lejanas.
Por otro, la velocidad: es muy difícil, a veces imposible, recoger
adecuadamente el movimiento. Y los ciclistas, qué casualidad, se mueven. A
estos dos factores técnicos condicionantes se le une uno más de carácter
personal: buena parte de estos aficionados no tienen ni idea de leyes de
encuadre fotográfico o de posición, por lo que más que fotografías lo que se
producen son verdaderas vergüenzas, eso sí, personales e irrepetibles. Pero aparte del peligro real para los corredores, y todo
ello para obtener una imagen de ínfima calidad, buena parte de estos
aficionados foteros se creen que tienen el derecho absoluto a la hora de elegir
una posición para plasmar sus aberraciones. Y cualquier fotógrafo profesional
debe tenerlo en cuenta no sea que se le ocurra taparle su visión y reciba un
empujón –como me pasó en Valladolid ante un fulano que me recriminó quitarte la
visión a su ‘costilla’- o cualquier tipo de improperio. Por no hablar de la
aparición espontánea del brazo, de la mano y del móvil que te joda
irremisiblemente tu trabajo. En las ceremonias protocolarias, incluso, la
existencia de una zona reservada para fotógrafos no es garantía de que se te
cuele cualquier inclusero con pretensiones, o que los aficionados que estén
detrás te pidan o te exijan acaloradamente –si es con buenas maneras, se abren
casi todas las puertas- fotografiar a su retoño... que posiblemente llegue a
vislumbrarse con un poco de imaginación en el contraluz de la imagen entre las
cabezas de todos los presentes.
Con el cuerpo en Jerez, pero con los ojos puestos en el
Valenciaga y en Zamora, una oreja pendiente de Valladolid y la otra de
Montemayor, tardé muchas horas en enterarme de lo que había sucedido en
Roubaix, tanto en lo deportivo, con la victoria de Degenkolb, como en lo
extradeportivo, con ese penoso incidente de los corredores saltándose un paso a
nivel cerrado, una de las imágenes menos edificantes de este deporte que he
visto en mucho tiempo, a pesar de que ha quedado como poco más que una simple
anécdota. De ahí que no ‘saltase’ en Twitter.
Normalmente los ciclistas son siempre los grandes perjudicados
de los errores de terceros en el ciclismo –sin ir más lejos, el absurdo e
injustificable accidente de la llegada de Bilbao-. Pero ayer tuve una vez más
la certeza de que muchos corredores desconocen gravemente el reglamento. Es
cierto que esto no es el fútbol o el baloncesto, que son unas pocas normas y
fáciles de asumir; pero es triste porque con un conocimiento reglamentario de
lo que es un paso a nivel no se habría producido ese incidente.
Y es que el artículo 2.3.034 del Reglamento UCI dice
claramente que “está terminantemente prohibido atravesar un paso a nivel cuando
las barreras están cerradas. Al margen de la sanción penal prevista por la ley,
los corredores que no respeten esta prohibición serán expulsados de competición
por los comisarios”. Sin embargo, incomprensiblemente no hubo ni una sola
expulsión, a pesar de que existía el procedente de 2006 cuando tres corredores
que perseguían a Cancellara (Hoste, Gusev y Van
Petegem), atravesaron un paso a nivel a una decena de kilómetros de meta y
fueron expulsados.
Triste es
comprobar que haya sido la SNCF –la Renfe francesa- quien haya sido más
beligerante con dicho comportamiento: “Millones de telespectadores pudieron
constatar en directo esta infracción extremadamente grave e irresponsable que
habría podido ser trágica (…). Tales comportamientos con como mínimo
merecedores de una sanción penal”, para precisar que este tipo de infracciones
causaron la muerte de 29 personas en 2014. De hecho, parece ser que ya han
presentado una denuncia, aunque sin especificar contra quien.
Los pasos a nivel son cada vez menos frecuentes en
nuestras carreteras, pero “haberlos, haylos” y su posible incidencia en el
desarrollo de una prueba debe ser tenida en cuenta. Personalmente pienso que el
reglamento es bastante justo en la interpretación de estas distintas circunstancias,
según se expresa en el artículo 2.3.035, que
también es de aplicación
ante cualquier otra ‘interceptación’ de la calzada, como puede ser un accidente
de coche que bloquee la ruta o la caída de un árbol.
1. Uno o varios corredores escapados son detenidos en el
paso a nivel, pero éste se abre antes de la llegada del perseguidor o
perseguidores. No se toma ninguna decisión y se considera el cierre del paso a
nivel como un incidente de carrera.
2. Uno o más corredores escapados con más de 30 segundos
de ventaja son detenidos en el paso a nivel y el perseguidor o perseguidores
alcanzan a los escapados en el paso todavía cerrado. En este caso, se
neutraliza la carrera y se da una nueva salida con las mismas diferencias
después de hacer pasar a los vehículos oficiales que precedían a la carrera. Si
la ventaja es inferior a 30 segundos, el cierre del paso a nivel es considerado
como un incidente de carrera.
3. Si uno o más corredores cruzan el paso a nivel antes de
que se cierre y el perseguidor o perseguidores son bloqueados por el mismo, no
se toma ninguna decisión y el cierre del paso a nivel es considerado como un
incidente de carrera.
4. Toda situación excepcional (paso a nivel cerrado
durante mucho tiempo, etc.) será resuelta por los comisarios.
Sin embargo, la situación de ayer fue excepcional, y no
deja de ser muy extraña la interpretación que dio ASO al incidente: si se da
como válido el paso de las barreras por parte de los primeros corredores, se
debería haber mantenido la ventaja que lograron; si no, expulsión pura y dura. La
detención y neutralización de los corredores que se saltaron el paso a nivel es
desde mi punto de vista tremendamente justa al haberse producido irregularmente,
pero no muy claro desde el punto de vista reglamentario.
Hay que tener en cuenta también que con una escapada con
varios minutos por delante a la que no le influyó en nada, y con 85 kilómetros
aún hasta meta, no estaba claro que pudieran beneficiarse de esta infracción,
de esta irresponsabilidad. Por mucho que la ‘querencia’ del ciclista sea un
siempre adelante.
Conocer los horarios
de paso
La UCI recomienda en su ‘Guía del organizador’ que no haya
pasos a nivel en los últimos veinte kilómetros, así como en las contrarrelojes,
pero sin prohibirlos en el reglamento. No obstante, es el organizador el primer
interesado en que un paso a nivel no falsee el resultado de su carrera o
provoque un incidente tan lamentable.
Por ello, todo organizador procura evitar los pasos a
nivel. Pero si no tiene más remedio que incluirlos en un recorrido, conoce
perfectamente los horarios de paso y si van a afectar al desarrollo de la
carrera o no. Y en el caso de que pudiera hacerlo, suele coordinarse con el
equipo arbitral para que el posible cierre de barreras pueda afrontarse
conforme a reglamento, de cara a toma de diferencias y posibles
neutralizaciones. Por todo esto, me resulta incomprensible que una entidad como
ASO pudiera verse afectada de forma tan sorpresiva como sorprendente por el
cierre de un paso a nivel. Pero también hay que tener en cuenta que en las imágenes
no se ve que haya un coche arbitral inmediatamente delante del grupo que
pudiera haber tomado la decisión.
Más grave aún es la explicación oficial de que “el pelotón
estaba a diez metros cuando las barreras comenzaron a cerrarse, por lo que no
fue posible parar a los corredores de cabeza en las condiciones de seguridad
suficiente”. ¿Era más seguro, entonces, pasar cuando se aproximaba un tren a
doscientos kilómetros por hora? ¿Por qué pasaron algunos ciclistas esquivando
las barreras ya totalmente cerradas –alguno se topó con ellas, incluso, lo que
no fue óbice para seguir- o incluso después de haber parado? Tampoco me explico
cómo el motorista de la ‘gendarmerie’ no actuó de una forma más contundente,
incluso atravesando su moto en la ruta, para evitar un comportamiento que,
aparte de lo deportivo, es sancionable penalmente. Me cuesta imaginarme a la
Guardia Civil de Tráfico actuando con semejante tibieza.
Recuerdo que cuando organizábamos la Clásica a los Puertos
de Guadarrama, el problema del paso a nivel del ferrocarril de vía estrecha de
Cercedilla a Cotos se resolvía, si afectaba al desarrollo de la carrera…
parando al tren. Una solución atípica, desde luego, pero que creo que la
todopoderosa ASO no puede descartar en una carrera del nivel de la
París-Roubaix. Todo, menos volver a ver esas tristes imágenes.
Mundo Deportivo publicaba ayer una noticia sobre la
decisión del Mundial de Resistencia (World Endurance
Championship, WEC) de dar el paso de acabar con las llamadas ‘chicas del paraguas’, azafatas normalmente en bikini o vestidas con modelos espectaculares
que realizaban funciones absolutamente prescindibles como sostener los números
de cada coche, las banderas de los países o las sombrillas que protegían del
sol a los pilotos. Más que nada, se trataba de que se dejaran ver… y que
suscitaran comentarios.
Según Neveu, presidente
ejecutivo del WEC, “es una reminiscencia del pasado que no tiene sentido hoy.
La mujer ocupa otro lugar”, en una ruptura con ciertos estereotipos sexistas de
las que, desgraciadamente, el ciclismo no es ajeno, aunque ya se han oído bastantes
voces discordantes. Y no sólo de mujeres.
Y es que en nuestro deporte, la
ceremonia protocolaria es el momento en que más quedan en evidencia dichos
estereotipos sexistas, aunque no siempre. El protocolo de los Campeonatos del
Mundo de ciclismo en sus diferentes disciplinas es bastante ‘asexuado’ y creo
que no se le puede tildar en ningún momento de incorrecto, de sexista y menos
de machista. Reglamentado por la propia Unión Ciclista Internacional, las seis
azafatas –auxiliares de protocolo sería una denominación más correcta- se
encargan básicamente de sostener las bandejas con las medallas y los maillots,
que entrega el representante de la UCI, y las de los ramos de flores, potestad
que corresponde a la autoridad ‘política’. Pero no hay besos de la ‘guapa’ al
ganador, ni tampoco foto de podio con los medallistas. Es más, ni siquiera las
autoridades posan con los corredores para los fotógrafos en ningún momento,
algo impensable en otras competiciones deportivas.
Hay que señalar también que la
discreción es la nota característica en la vestimenta de las azafatas, aunque
en algunos casos, como la foto que acompaña esta información y que se
corresponde al Mundial de Val di Sole 2008, la escasez de ropa se utiliza intencionadamente.
La única medida que podría tomarse sería un reparto por sexos: tres hombres y
tres mujeres como auxiliares, algo que nadie vería mal.
Pero desgraciadamente es una
excepción y en las pruebas ciclistas se sigue optando por esas ‘chicas guapas
que nos quiten la respiración’. Muchas veces el organizador se descarga de
responsabilidad diciendo que es competencia del patrocinador –que aporta el
dinero- la elección de las azafatas –o azafatos, ojo- que acompañan en la
ceremonia protocolaria y no se le puede contradecir. Por esta razón, en los
países musulmanes de Oriente Medio tan en boga ciclista esta práctica ‘tradicional’ no tiene razón de ser –el que
paga, manda-, e incluso ha habido carreras en nuestro país –la Vuelta al País
Vasco, cuando fue patrocinada por Caja Laboral a comienzos de siglo- que optó
por auxiliares de ambos sexos.
Respecto al ciclismo femenino,
son ya bastantes los organizadores que piensan que si es una carrera de
mujeres, la solución es cambiar azafatas por azafatos. Craso error, ya que
estamos manteniendo el mismo estereotipo sexista, pero con instrumentos
masculinos en vez de femeninos. La solución pasa por cambiar el protocolo, por
imitar ese modelo de la UCI o cualquier otro similar… aunque se pierda
definitivamente la foto de la cara sonriente del campeón flanqueado por los
morritos besucones de las ‘guapas’. Y es que, como decía un ciclista juiciosamente,
“lo que nos importa es ganar, no quien nos va a dar el premio o el ramo de
flores”.
Y las azafatas, ¿desaparecerían? Obviamente no, si se las mantiene como auxiliares de protocolo
en los términos establecidos y por supuesto independientemente de su sexo. Pero sobre todo, nunca debemos olvidar que en
muchas carreras desempeñan papeles mucho más importantes, en relación con los
patrocinadores, con los invitados o con el público, y que por formación o
experiencia se merecen ser consideradas mucho más que ‘las chicas del beso’.
No me sorprende nada que en
estas épocas preelectorales tenga lugar un acto por el que se descubrirá una
placa en honor del mítico Guillermo Timoner –el próximo martes, 31 de marzo, las
17,00 horas-. Lo que me ha llevado a escribir este post es el lugar, un peralte de un
velódromo del que apenas sabía algo –El Tirador-, que jamás he pisado, pero que
es icono de los viejos aficionados mallorquines al ciclismo en pista y
posiblemente el más importante de la historia de nuestro deporte en España,
independientemente de la fama –deportiva y extradeportiva- que haya podido
adquirir el ultramoderno y sobrevalorado Palma Arena.
Aunque se trata de una
instalación sin uso –desde 1973- y absolutamente obsoleta pero no ruinosa, se
trata del velódromo más antiguo de España que aun sigue en pie -y el
decimotercero del mundo-, aunque corresponde al de Tortosa (1943) el de ser el
más ‘veterano’ en actividad. Fue inaugurado el 10 de agosto de 1903 en un
terreno de la sociedad Veloz Sport Balear, que sigue siendo la propietaria de
este recinto. No fue, sin embargo, el primer velódromo de Palma, ya que en 1893
se había levantado el de Son Espanyolet –promovido por la Sociedad
Velocipedista de Palma-, aunque era bastante más modesto en aforo y dimensiones
-150 metros de cuerda- que El Tirador -333,33 metros y 2.000 espectadores-, que
pronto se convirtió en la joya del ciclismo balear en su época de oro,
albergando numerosos Campeonatos de España… y llenándose hasta la bandera en
cuantas competiciones se organizaban. De hecho, en 1904 ya acogió el primer
Nacional e incluso se planteó en varias ocasiones poder ser el escenario de un
Mundial que, desgraciadamente, nunca llegó.
Sin embargo, la actividad fue
disminuyendo en los años sesenta y el estado de la pista, deteriorándose, hasta
que llegó la orden de clausura gubernativa en 1973. Algunos años después (1987),
se inauguraría el velódromo municipal conocido como Son Moix, y en 2007 el
tristemente famoso –para muchos, que yo siempre lo recordaré por esa exhibición
de Joan Llaneras- Palma Arena.
En estos cuarenta años, El
Tirador ha tenido otros usos no ciclistas, ya que alberga unas pistas de squash
en su interior y es usado parcialmente como aparcamiento público. Por ello, se
ha pensado en repetidas ocasiones su demolición e integración en la cuña verde,
aunque todo está pendiente del futuro desarrollo del PGOU. Además, el edificio
anexo levantado como sede de la sociedad en 1918 por el destacado arquitecto mallorquín Gaspar Bennazar,
conocido como El Xalet o El Templet por su forma, también es un referente histórico, lo
que sin duda influirá en el futuro del recinto.
También me ha sorprendido leer
en la convocatoria que se descubrirá otra placa en recuerdo de los ciclistas y
pilotos fallecidos en esta instalación, ya que hasta cinco personas perdieron
la vida en este recinto: el motorista Antoni Parets (1927) y los ciclistas Josep Nicolau (1934), Rafel Pou (1936), Pere Bover (1940) y Willy ‘Rupske’ Lauwers
(1959). Y es que la humedad de la pista y la alta velocidad de las disciplinas
tras moto constituían un riesgo que hoy en día nos resulta difícil de imaginar.
En cualquier caso, mientras que
se decide el futuro extradeportivo de El Tirador, el recuerdo del mejor pasado
deportivo desde este modesto blog… y las placas que serán inauguradas el
próximo martes.
PD: Quiero mostrar mi público agradecimiento a
mis dos ‘angeles de la guarda’ mallorquines, Fernando Fernández y Toni Oliva,
y, sobre todo, al subdirector de Diario de Mallorca, Joan Riera, al que
personalmente no conozco, pero cuyas informaciones publicadas sobre ‘El
Tirador’ me han sido de gran utilidad para la elaboración de este ‘post’, así
como a Xavier Bonnin por su ayuda para encontrar un pequeño dato que me faltaba,
y a la ciclista María Mora por las dos fotos que aparecen junto a este texto y
que proceden de su blog.
No ha
tenido mucha trascendencia en España el acuerdo al que se llegó el viernes en
Milán por el que la voz de los
corredores tendrá que ser escuchada a la hora de tomar decisiones relativas a
cambios de recorridos o suspensiones de pruebas a causa de situaciones
peligrosas, como puede ser la propia climatología.
La
presencia de un ciclista en esa ‘mesa’, junto al representante de la UCI -el
presidente del Jurado de la prueba-, el organizador y el de los equipos se
puede considerar como uno de los grandes triunfos del colectivo ciclista en los
últimos años. Y es que, hasta el momento, la decisión de los corredores
solamente se ‘escuchaba’ cuando el pelotón –normalmente harto a causa de circunstancias
anteriores- se plantaba y decía basta, aunque a veces no elegía ni el mejor
lugar ni el mejor momento.
Pero,
a falta de que dicho acuerdo tenga alcance normativo y se incluya en el
Reglamento de la UCI como parece que va a suceder, convendría ir precisando en
estos meses que faltan para 2016 un par de elementos clave para que no se
convierta en una simple declaración de buenas voluntades. Si está clara la
presencia del organizador y del presidente del Jurado, ¿quién será el
representante de los equipos? Porque los intereses de los distintos conjuntos
pueden ser muy dispares. Igualmente convendría que ese representante que la CPA
va a tener en todas las pruebas principales se extendiera también al resto de
carreras de los circuitos continentales para tener un interlocutor claro desde
el principio.
Por
otro lado, aunque sería absurdo y contraproducente determinar en un papel un
baremo estricto de temperaturas o de condiciones meteorológicas que puedan
plantear una posible suspensión, no estaría de más regular tanto unas
circunstancias básicas como el procedimiento de cara a que las decisiones sean oportunas y estén
justificadas y no se dé lugar a agravios comparativos que como sucede casi
siempre en que los ‘pequeños’ son siempre los más perjudicados y, no lo sé muy
bien por qué, los ciclistas siempre son los que quedan peor y los que más
represalias pueden sufrir, que no se nos olvide.
Quizá debería esperar a que se celebrara la prueba, el
sábado 21 de marzo. O simplemente a terminar de escribir este post. Pero el
programa, la participación, la escenografía… todo lo que rodea a las Anoeta 4 Ordu me ha entusiasmado tanto
que sólo puedo iniciar este texto con un ‘Zorionak’ a los promotores de la
iniciativa, en El Diario Vasco.
Estamos hablando de una competición que recoge la herencia
de las tristemente desaparecidas ‘Seis Horas’, pero en 120 minutos menos. Y es
que entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche hay tiempo de sobra
para vibrar con una trepidante jornada de ciclismo en pista, con la mejor
reunión que se va a celebrar en 2015 en todo el Estado español y que, paradojas
del destino, no tiene la categoría nacional, pese a la pléyade de estrellas
internacionales: hasta ocho campeones del mundo,
incluyendo el francés Morgan Kneisky, proclamado el mes pasado en la madison de
París, o los baleares David Muntaner y Albert Torres, aparte de algunas de las
grandes estrellas del circuito de los Seis Días, como los daneses Jesper Morkov
y Alex Rasmussen, el australiano Alexander Edmondson, el alemán Leif Lampater o
belga Danny De Ketele.
Sin embargo, la
estrella de la noche puede ser el veterano Asier Maeztu, en su despedida de los
velódromos en una carrera en la que ha sido medallista mundial y olímpico en
persecución por equipos. Por parte femenina, debemos destacar a Leire Olaberría,
impulsora de muchas de las originales iniciativas de estas Cuatro Horas.
La cita se justifica en el cincuentenario del velódromo
donostiarra Antonio Elorza, pero mira más al futuro que al pasado. Simplemente
basta con echar un vistazo al programa de competiciones con pruebas poco
habituales en España y tomadas del interesantísimo ‘Revolution Series’
británico. Por ejemplo, el scratch del diablo, una eliminación que se torna en
scratch cuando quedan unas cinco o seis corredoras, o la persecución a la
australiana, en la que las corredoras salen paradas, escalonadas en la pista,
con el objetivo de alcanzar a la que le precede y evitar que lo haga la que lo
sigue, hasta que sólo quedan dos corredoras a las que se les cronometra la
última vuelta.
Estas pruebas las afrontarán las féminas, mientras que los
hombres se enfrentarán a una espectacular prueba también típicamente británica,
aunque ya se ha visto en varias ocasiones este año en reuniones en Euskadi: la ‘marimoore’
o ‘longest lap’, cuyo desarrollo mejor que explicado, podéis ver en este vídeo.
Un programa dinámico, moderno y atrevido, con el que se
demuestra que los experimentos se deben comenzar desde abajo y no imponerse
desde arriba en forma de bodriums que poco contribuyen, más bien todo lo
contrario, a potenciar esta magnífica disciplina.
Música, humor, acrobacias aéreas, un desafío de remo y un
aitkolari partiendo… un coche completan esta jornada en la que la imagen quiere
ser parte fundamental, tanto en el mismo velódromo –con pantallas gigantes y la
posibilidad de ofrecer tomas ‘on board’- como a través de la retransmisión en
directo que ofrecerá ETB. Claro que lo mejor es asistir al mismo velódromo, con
entradas cuyo precio oscila entre los 15 y los 26 euros.
PD: Muchas gracias a
Miguel Echezortu, por ponerme al día de estas disciplinas.
Trasteando hace unos días en Twitter, me quedé muy
sorprendido –negativamente- al comprobar que el mejor pistard de la actualidad,
el autor de una de las mayores gestas deportivas en lo que va de década –ganar
los tres títulos individuales de velocidad en un mismo Mundial y establecer dos
plusmarcas estratosféricas apenas dos meses antes- tenga poco más de 6.200
seguidores en Twitter. Me estoy refiriendo, claro está, a un @FrancoisPervis que incluso en la
portada de su cuenta, en la descripción de su perfil, comenta “A la recherche
de sponsors”, a la búsqueda de patrocinadores, una necesidad que creía no era
tan perentoria en Francia.
Desgraciadamente, el caso de Pervis no es algo aislado y
buena parte de los mejores ‘pistards’ están en cifras de ‘followers’ muy por
debajo de lo que esperaba, de lo deseable para unos ídolos, para unos grandes
deportistas. La principal y casi única excepción la encontramos en Gran Bretaña
donde los mejores especialistas tienen las cifras que yo esperaba hallar en
Pervis: Sir @chrishoy llega a los
644.000; la inolvidable (y añorada) @v_pendleton
alcanza los 270.000, mientras que la simpática @LauraTrott31 se le acerca,
192.000.
El resto está muy por debajo, aunque me gustaría señalar los números
de @Ed_Clancy, 36.000 seguidores, o
@JasonKenny107, 42.800, los
mejores pistards británicos contemporáneos en sus modalidades de fondo y
velocidad.
Cifras que, ni por asomo, encontramos en los velocistas de
otros países, a pesar de su importancia como nación o de sus corredores. @enkounia, es decir, Gregory Baugé, se
queda en 5.600; @MaximilianLevy
baja hasta 1.675, mientras que la cifra de @sireaukevin es mucho menor aún: 1.361
‘followers’. Más triste es el caso de la ‘kaiserin’ –reina indiscutible de la
campaña 2013-14- @KristinaVogel,
con menos de 4.000, y de su fiel @miriamwelte,
que apenas sobrepasa los 2.000, con el ‘agravante’ de que su imagen de marca
como dúo @Team_VogelWelte tuviera
en el momento de hacer la búsqueda solo 329.
No creo que sea cuestión de
féminas, ya que la increíble @AnnaMeares
roza los 30.000, pero la cifra de su paisana @NettieEdmo es bastante menor, 9.400:
con todo, la mejor de las fondistas en el circuito internacional, excepción
hecha de la mencionada Trott.
Y otra curiosa excepción: @AzizulAWANG, tiene una cifra muy
superior, de 43.000 seguidores, si bien el menudo sprinter es todo un ídolo en
Malasia.
Un panorama triste, no sé si porque los reyes de la pista
interesan menos de lo que pensaba o simplemente porque no se aprovechan como se
debieran las posibilidades de este canal comunicativo. Por si nos sirve de
referencia, uno de los mejores velocistas de lo que va de siglo, @theo_bos, llega a los 28.900, aunque
supongo que será por su reconversión como rutero, lo mismo que el fondista @GeraintThomas86 y sus 172.000
seguidores.
¿Y en España que? Más de lo mismo. O mejor dicho, menos de
lo mismo. @EloyTeruel encabeza
el ranking con 2.500 seguidores, y solamente los campeones mundiales @alberttorresb –posiblemente
el más activo tuitero de todos nuestros pistards- y @muntanerdavid superan también el
millar de seguidores (1923 y 1046, respectivamente). Entre las féminas, la
medallista olímpica @leireolabe77
(980) y @Helena_Casas (612)
ocupan las dos primeras posiciones.
Incluso las cifras de dos mitos de los
velódromos como @joan_llaneras
(886) y @joseaescuredo (660)
son también exiguas, si bien el mallorquín apenas se prodiga y el catalán es
muy irregular, aunque ambos tienen mucho (y bueno) que ofrecernos en Twitter.