viernes, 27 de noviembre de 2015

La nueva Dimension del ciclismo africano

La selección del Dimension Data como decimoctavo equipo World Tour ha sido recogida de forma entusiasta por casi todo el ciclismo mundial, por lo que significa el hecho de que estemos ante el primer equipo de filiación africana en la élite de nuestro deporte.

Titulares como “Día histórico para el ciclismo” o “La UCI se rinde ante la emergente África” representan lo que sienten –sentimos- todos los aficionados. Pero la emoción de esta indudable buena noticia no debe hacernos perder el norte de varias realidades no tan emocionantes.

La primera de ellas es que la demanda de formaciones World Tour está muy por encima que la oferta, desgraciadamente. Por ello entró el IAM Cycling hace un año y por ello se ha invitado ahora al Dimension Data, cuando la barrera de las exigencias está muy por debajo que hace unas temporadas… y del estándar que se había fijado la propia UCI. Ello no quiere decir que el equipo de filiación sudafricana no se lo merezca, por sus éxitos deportivos, por el trabajo de Doug Ryder, e incluso por programas paralelos que buscan sobre todo incrementar el uso de la bicicleta en África, entendiéndola como una forma de vida en el más amplio sentido de la palabra. La lectura del fenomenal ‘La tierra de las segundas oportunidades’ nos puede dar muchas pistas en este sentido.

Todo ello es mérito del MTN-Qhubeka cuya estructura ha heredado el nuevo Dimension Data. Pero está por ver si prevalece la misma filosofía. La entrada de Marc Cavendish y sus guardaespaldas le da un nuevo carácter al equipo, más internacional y sobre todo más triunfador, como reclamaba el propio patrocinador. Y quizá menos africano, con un plantel en el que se ha reducido a doce el número de corredores del continente y cuyo papel será, en principio, bastante más secundario. Las palabras de ‘Cav’, “con toda honestidad, veo al equipo convertirse en el más grande del ciclismo profesional en pocos años”, muestran a las claras esa dualidad, ¿incompatibilidad?, africanidad-internacionalismo.

Por otro lado, por mucho que proyectos como éste, el ya mencionado del Team Rwanda, y otros similares en buena parte del continente, África no es, ni mucho menos, una potencia emergente en el ciclismo. Es un trabajo más a largo que a medio o corto plazo, que puede dar frutos aislados, pero que tiene importantes, y preocupantes, lagunas, comenzando con la mentalidad, como podemos leer en el libro de Tim Lewis. El nacimiento del primer WT australiano se produjo bastantes años después de estar cansados de ver ‘aussies’ en los podios de las principales carreras. Y en Sudamérica, por ejemplo, aún ni se vislumbra esta opción, cuando por tradición o presente, países como Colombia ya deberían estar en la máxima categoría mundial. Solamente que no tienen ni un Ryder ni el patrocinador necesario.

Insisto, la presencia de Dimensión Data, vista como equipo africano, en la élite debe ser motivo de satisfacción para todos, pero sin perder nunca la perspectiva de lo que significa y de lo que puede cambiar. Es más, desde mi modesto punto de vista, el fichaje de Louis Meintjes por Lampre puede ser mucho más significativo para el ciclismo africano.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Del bicifútbol de Sagan al Mundial de ciclobol

Estas imágenes de Peter Sagan jugando al fútbol con su bicicleta de carreras, en una exhibición en la fábrica de Sportful junto al ‘malabarista’ Vittorio Brumotti, no sólo fueron virales hace un par de semanas, sino que transcendieron a numerosos medios informativos que hablaban de las habilidades del eslovaco en bici-fútbol, al que se calificaba como “un deporte que ya existe”.

Cierto, aunque la denominación no es tan descriptiva como ‘bici fútbol’, sino que en realidad se llama ‘cycle-ball’ o castellanizado en ciclobol, pese a que en nuestro país la práctica sea casi nula. Y, además, es una disciplina que está integrada en la UCI, aunque algún ex presidente de la RFEC, hace ya muchos años, no lo supera y dirigiera a un periodista hacia el organismo que dirige Ángel Villar.

Es más, esta modalidad ciclista vive este fin de semana su Campeonato del Mundo, concretamente en la ciudad malaya de Johor Bahru, englobando las dos disciplinas del ciclismo en sala: el ciclismo artístico –básicamente hacer una serie de figuras individualmente o en dúo, ya que la modalidad de equipos se dejó de practicar- y el mencionado ciclobol.

¿Y por qué en Malasia? Simplemente porque es una de las potencias mundiales de esta disciplina, también extendida en países asiáticos como Japón o Indonesia, aunque su epicentro esté en Centroeuropa, especialmente en Alemania, Suiza, Austria o República Checa, donde los pabellones se llenan para ver los partidos bicifutboleros… aunque no juegue Sagan.


Este pequeño resumen de la Copa del Mundo -que también existe esta competición- nos muestra la habilidad de los verdaderos ciclobolistas y sus máquinas, que no tienen nada que ver con la montura que llevó el campeón del mundo en su exhibición.