lunes, 10 de septiembre de 2018

Ciclismo en Flandes (II): ‘De Ronde’, también en verano

A punto de coronar el Koppenberg, uno de los participantes más jóvenes de la Summer Edition

No podía imaginar Karel Van Wijnendale que cuando creo la Vuelta a Flandes en 1913 con una intención política y deportiva, su carrera se convertiría cien años después en una de las marcas más populares de nuestro deporte. Y es que no solo está el ‘monumento’ en plena primavera, sino que, desde hace unos años, viene precedida por una versión cicloturista el día anterior –We Ride Flanders-. También podemos encontrar, en el mes de junio, la versión retro de ‘De Ronde’, ceñida a bicicletas, vestimenta y material anterior a 1985, así como una marcha ‘off road’ para BTT y gravel, en octubre, aunque siempre con la seña de identidad de los muros de las Ardenas flamencas.
Y desde ayer, 9 de septiembre de 2018, la ‘joint venture’ entre Flanders Classic y Peloton nos ofrece una nueva versión, la ‘Summer Edition’, con distintos recorridos que, desde luego tienen en el Koppenberg o en el Oude Kwaremont los principales atractivos para todos los aficionados, si bien hay recorridos para todas las edades y condiciones: 25, 50, 75, 110, 150 y 200 kilómetros. Gracias a Turismo de Flandes y Bruselas pudimos compartir esa primera edición, con cerca de 4.000 participantes, aunque con epicentro en Gante en vez de Oudernarde.
Fiesta de la bicicleta
Participantes muy variopintos
en esta Summer Edition
Las pruebas cicloturistas belgas se caracterizan por no tener una salida masiva, sino que dependiendo del recorrido a realizar tienen una horquilla horaria para tomar la salida y terminar, y más por razones de logística –mantenimiento de los puestos de avituallamiento y de los controles en los cruces- que por otro motivo. Pero también me sorprendió la amalgama de participantes: desde el cicloturista profesional que todos conocemos, dispuesto a devorarse todos los kilómetros, hasta familias con niños de corta edad o ancianos sin ningún tipo de equipación especial. Solo la máquina –en bastantes casos incluso una ebike- y las ganas de disfrutar. O de sufrir. Como definió Alejandro, uno de mis compañeros de viaje, “una fiesta de la bicicleta’.
La inscripción son apenas quince euros más cinco adicional por el dorsal, que integra un chip para determinar los tiempos de paso, y que puedes quedarte o pedir que te devuelvan el dinero o una camiseta a cambio. 
Vista la excelente organización, y el paraguas ‘De Ronde’ que la avala, no es difícil augurar un gran futuro a esta ‘Summer Edition’, sobre todo por esas condiciones climatológicas que difícilmente se viven en el mes de abril en estas latitudes. Para los mitómanos, decir que existen muchas otras marchas, bien imitando a las grandes clásicas flamencas –Omloop Het Nieuwsblad, Dwars Door Vlaanderen, Brabantse Pjl…- bien homenajeando a los grandes campeones ‘flandriens’:Eddy Merckx, Johan Musseuw, Greg Van Avermaet, incluso Sven Nys.
Pero no es necesario esperar a una fecha determinada, ya que Flandes ofrece más de 1.200 kilómetros de rutas ciclistas de larga distancia –en una red que supera los 12.000-, con todo tipo de recorridos temáticos o no por todo el país.
Y un museo en Oudenaarde
‘De Ronde’, además, tiene su propio museo en Oudenaarde, que hemos visitado esta mañana y que resulta casi imprescindible para conocer la historia de la gran clásica flamenca.
Interior del Museo de ‘De Ronde’
Aunque el museo está totalmente actualizado –destacando un amplio panel donde resumen todas las ediciones celebradas, aunque se echa en falta una traducción al inglés o al francés, ya que solo está en flamenco, me quedo con la parte referida a los orígenes, en esa difícil época de la I Guerra Mundial, donde se puede ver y leer todo lo relativo al ciclismo de comienzos de siglo.
Junto a los maillots, a fotografías, carteles o una completísima colección de bidones, nos encontramos un vehículo del mítico equipo Flandria o un rodillo donde se puede ‘sentir’ lo que es montar sobre los adoquines.
Tienda y cafetería completan este emblemático lugar, que tiene dos ídolos en Tiesj Benoot –que vive muy cerca del museo y cuya bicicleta con la que ganó Strade Bianche este año se muestra completamente embarrada en una vitrina- y Fabian Cancellara, que celebró su victoria en 2013 sirviendo cervezas a sus fans… que daban la vuelta al museo para ser atendidos por este excepcional barman.

Publicado en Ciclo21

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