domingo, 4 de noviembre de 2018

De pulgas en la montaña, Vueltas, tricampeones en su mundo y otros ciclistas literarios


Si escribo este ‘post’ es solamente porque Marcos Pereda me pidió que le diese mi opinión sobre su última novela, ‘Una pulga en la montaña’, cuando advertí por Twitter que me la estaba devorando. Y aunque le voy a ver este martes (20:00 horas) en la presentación madrileña de su obra, en la librería ‘Tipos infames’, y seguro que hablamos un buen rato largo y tendido arreglando el mundo, no he querido faltar a mi palabra y, ya de paso, dar a conocer a todo el mundo algunos detalles sobre esta novela sobre la figura de Vicente Trueba, uno de los primeros referentes ciclistas de nuestro país, y otras dos obras ciclistas que también han caído estas últimas semanas.

No sería fácil, sin embargo, escribir sobre esta obra si no fuese porque el propio autor ya hace un ‘spoiler’ bastante amplio al decir que no es una biografía al uso. Es simplemente –ni más ni menos- una novela inspirada en la figura de ‘La Pulga de Torrelavega’, articulada a partir de unos personajes ficticios, pero que pudieron ser perfectamente reales –me viene a le mente aquello de que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, aunque quizá al revés- que cuentan sus momentos de convivencia con el campeón cántabro: un amigo de la infancia, un compañero de pelotón, un periodista, el secretario del creador de la Vuelta a España… y otros cuantos que no voy a desvelar por dejar algo al descubrimiento del lector, así como una advertencia que hace el propio Pereda en las últimas páginas para descubrir al Trueba real. Lo que sí es absolutamente real, y está fielmente documentado, es todo el entorno de la obra, esos distintos momentos de la vida de Trueba que tampoco voy a desvelar.

Para todo aquel que conozca ya las obras anteriores del escritor cántabro o sus artículos en CTXT o Jot Down, no hace falta ninguna recomendación adicional ya que encontramos al mejor Pereda, en esa siempre acertada combinación de personajes y entorno fielmente entrelazada, como hizo en la posguerra de ‘Arriva Italia’, con Coppi, Bartali y Magni o en ‘Periquismo’ con esos años del pelotazo plasmados en la eclosión de Mario Conde. Y para quienes no, mi consejo de que se sumerjan en cualquiera de sus obras… pero ojo con dejarse ‘embaucar’ por sus artículos ya que uno de los últimos que he leído acerca de ‘La carrera más sucia de la historia’ me ha obligado a poner la obra de Richard Moore sobre la final olímpica de los 100 metros en Seúl en mi lista de próximas lecturas.

Días después de terminada, me puse con ‘Historias de la Vuelta’, de Alvaro Calleja, una obra que se veía venir después del acertado trabajo que hizo con ‘Historias del Tour’, del que sigue la misma línea, esas pequeñas anécdotas y grandes historias de la ronda española, aunque en esta ocasión tenía un camino bastante menos trillado ya que no hay muchas publicaciones aún de la Vuelta, a diferencia del Tour, carrera de la que es difícil publicar algo novedoso: de ahí el mérito del toledano. Como sucede con todos los libros que me gustan, siempre hubiera puesto alguna otra historia, pero para algo es el autor. Eso sí: espero que aproveche los seis meses que faltan y en mayo nos traiga ‘Historias del Giro’, un libro que también sería muy necesario.

Precisamente el día que compraba este libro, Eneko Gárate, el editor de ‘Libros de ruta’, me comentaba los desvelos que le estaba causando la edición de la biografía de Peter Sagan, ‘Mi mundo’, pero me lo recomendaba porque reflejaba perfectamente la carismática personalidad del campeón eslovaco. ¿Por qué estás tan serio?

El libro se articula sobre los tres Mundiales consecutivos logrados desde 2015 a 2017 –“es algo que solo pudo contaros yo”-, pero con distintos incisos y flashbacks sobre el resto de su carrera, con esas obsesiones llamadas Flandes o Roubaix, sobre ese ‘Team Peter’, sobre su manager Giovanni Lombardi, sobre su asistente Gabriele Uboldi, sobre la personalidad de Oleg Tinkov y su convivencia, sobre su tranquilidad en BORA hansgrohe -siempre escrito con esta grafía-, y sobre cientos de cosas más. Parafraseando a Sagan, “es algo que sólo podéis leer vosotros”.

Y aunque alguno piense que sólo leo libros de ciclismo, decir en mi descargo que en estas semanas también han caído ‘El rey recibe’, de Eduardo Mendoza, ‘Confines’, de Javier Reverte, o ‘Mas allá del invierno’, de Isabel Allende. Eso sí, reconozco que la próxima lectura volverá a ser sobre ciclismo, ese ‘Estilo Purito’ del siempre minucioso y detallista Iván Vega, que me ha usurpado mi hijo… aunque si se demora mucho me podré con ‘My hour’ de Bradley Wiggins, que lo tengo pendiente desde que lo compré de segunda mano hace unos meses y que cobra plena vigencia en esa eclosión de intentonas a su record de la hora y que seguro que caerá en 2019. Pero ese es otro tema.

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