lunes, 18 de abril de 2011

Freire, más talento como persona que como ciclista

No es el primer post, ni espero que sea el último, que escribo sobre Oscar Freire, un ciclista que –en cierto modo- ha estado muy vinculado a mi trayectoria profesional, por lo menos en lo que se refiere a sus actuaciones mundialistas. Y digo que espero volver a escribir sobre el cántabro al menos este próximo mes de septiembre –si Copenhague no le es tan esquivo como le fue Varese, Mendrisio o Geelong- o incluso en julio del próximo año si se decide a quedarse unos meses más en el pelotón para estar en Londres 2012, en los que serían sus cuartos JJ.OO.



Pero si hay algo que me maravilla más que el Freire ciclista –un ejemplar único, el mayor talento del ciclismo español en los últimos años y al corredor que, por irrepetible, más echaremos de menos tras su retirada-, es el Freire persona. Un hombre que no tiene pelos en la lengua para denunciar la situación del ciclismo, pero con toda la calma del mundo, sin gestos altisonantes, y la falta de soluciones por el egoísmo de unos y el pasotismo de otros. Por ello, cada vez que le pilla por banda Carlos Arribas –quizá el periodista que mejor le ‘exprime’-, hay que pararse y sentarse a leer la entrevista. Me pasó hace unos meses en los días previos al Mundial cuando decía a las claras que “la gente piensa mal de nosotros, los ciclistas, y con razón” o más recientemente, esta misma mañana, cuando se sinceraba y veía difícil salvar el ciclismo en Europa “mientras la UCI no apoye a los ciclistas”.

Es una lástima que personas –ya no digo ciclistas-, con las ideas tan claras como Freire no sean una referencia de cara a ‘salvar’ este deporte’, al que solamente le hace falta un poco de organización, de cordura, de diálogo y de imaginación.

Lo único que me sorprende de Freire es su tendencia en los últimos tiempos en quejarse del comportamiento del Rabobank hacia con él, aunque tenga toda la razón del mundo. En esa afirmación de preferir un ‘puesto’ de un holandés –Gesink, ahora, Boogerd, antaño- que un triunfo suyo. Insisto, no falta ni un ápice de verdad, pero también es cierto que el cántabro debió exigir en más de una ocasión ese liderato en carretera, ya que ahora quizá ya sea demasiado tarde. A lo mejor la exigencia debería haber sido mutua, ya que nunca he visto a Freire presionado. Pero es hablar por hablar. Y en todo caso, muy mal no debe haber estado vestido de naranja cuando cumple la novena campaña con los banqueros holandeses, la última que tiene firmada. Por eso alguno hasta se atreve a lanzar que podría cumplir en 2012 –si continúa- con un equipo español… aunque en nuestro país se hayan reconocido sus méritos –excepciones puntuales aparte- menos aún que en Rabobank.

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