martes, 20 de noviembre de 2018

TrackPiste: un proyecto ilusionante


Durante los casi 25 años en los que estuve desempeñando la labor de Jefe de Prensa y Comunicación en la Federación Española tuve la inmensa suerte de contactar con los mejores profesionales del ciclismo que hay en este país, personas con las que he convivido muy de cerca en grandes eventos y de las que he aprendido mucho.

Ha sido en la pista donde he tenido el contacto más intenso, quizá por ese carácter más familiar, más cerrado –algunas veces para mal, pero casi siempre para bien- que tiene esta disciplina. Y también donde más he crecido, donde más he podido aprender de corredores, técnicos, entrenadores, seleccionadores, auxiliares o árbitros. En cierta manera, la pista es una droga que se te mete en las venas. Y siempre quieres más: y había gente dispuesta a dármelo.

Por ello, en estos últimos meses en los que he tenido la suerte de comenzar a colaborar en Eurosport, me he empapado de todo lo inimaginable para tener, junto a esos casi cinco lustros de experiencia ‘en vivo’, otra serie de documentación que me permitiera darle un toque de calidad a dichas retransmisiones, a estar a la altura de un Antonio Alix cuyos méritos en pro de este deporte –y de otros- nunca serán del todo correspondidos.

El caso es que, a la chita callando, y nuevamente gracias a esas personas que siempre me han rodeado –y que no nombro a ninguna porque seguro que me olvido de alguien y es lo último que querría hacer, pero ya sabéis quienes sois-, y por supuesto a Internet, he recopilado un montón de información sobre la pista: disciplinas, reglamentos, entrenamiento, técnica, historias, curiosidades… tanto como para escribir un libro. Pero como desgraciadamente esta disciplina ‘maldita’ no tiene la trascendencia de otros países, es una utopía pensar en ver algún día impreso en forma de libro esa ‘recolección’. ¿O sí?

Pero al mismo tiempo es una pena que no se ordene de alguna forma y se pongan al alcance de los amantes de este deporte, bastante más numerosos de lo que parece, estas historias de la pista, aparte de estos momentos efímeros, pero terriblemente satisfactorios en Eurosport o en Ciclo21. Para la divulgación de todo ello, y de todo lo que pueda ir saliendo en el futuro,  he puesto en marcha tanto la cuenta de Twitter @TrackPiste, que como el blog www.trackpiste.com, que ya están activos, aunque aún faltos de todo ese contenido que me gustaría darles y en el que todos esos amigos de muchos años de velódromos ya están participando de una u otra forma. Y por supuesto, abierto a todo aquel que ame la pista. Un proyecto de momento ‘amateur’ en medios, pero profesional en objetivos y contenidos.

¿El nombre? Hoy en día ya no es fácil encontrar nombres de cuentas o dominios disponibles. Pero creo que el mismo término en inglés y francés es el mejor homenaje que se le puede hacer a esta disciplina, al ciclismo más olímpico.


lunes, 12 de noviembre de 2018

¿Deben equipararse las pruebas de velocidad femeninas en pista a las masculinas? II. 500 metros frente al kilómetro


Después de la primera parte de nuestro análisis sobre las competiciones de velocidad femenina, centrado en la velocidad por equipos, pasamos a la segunda prueba en cuestión, los 500 metros que, por mucho que nos pueda hacer reflexionar la advertencia de Itmar Esteban sobre ¿por qué hay que dar por buena la distancia masculina y cambiar la femenina?, se deberían equiparar al kilómetro masculino.

Tania Calvo, en una prueba de 500 metros
© Román Mendoza, para RFEC
“Obviamente es más fácil añadir una corredora más en velocidad por equipos, que pasar una prueba al doble de distancia. No es lo mismo a efectos fisiológicos un 500 que un 1.000, por lo que estamos hablando de pruebas distintas según sea un sexo u otro”, indica Didac Navarro, en una opinión que comparte y matiza el propio Esteban. “En el kilómetro hay un componente final, en la última vuelta, de resistencia extrema al lactato que no existe en los 500 metros. En todo caso, si se quisiera transformar el 500 en una prueba donde influyera de la misma manera esa resistencia al lactato del kilómetro, creo que la medida femenina serían los 750. Pero la pregunta es: ¿queremos una prueba femenina de ese estilo perdiendo la idiosincrasia del 500? Mi respuesta es rotundamente no”.

“Es muy evidente que en hombres y mujeres la fisiología es diferente. Los hombres pueden afrontar mejor ese kilómetro en salida parada, pero ello no quita que las mujeres no puedan hacer esfuerzos anaeróbicos lácticos de ese nivel. Pueden hacerlo y no veo ninguna contraindicación para ello”, sigue analizando Navarro, algo en lo que coincide Javier Sola, preparador físico, e incide otro ex seleccionador nacional, Salvador Meliá. “En el tema fisiológico creo que nos sorprenderíamos. Veríamos marcas en chicas que hacían los chicos hace bien poco”.

Jaume Mas, otro máximo responsable de la pista en España, se refiere a las pruebas de fondo “donde son muchos los equipos femeninos de persecución que bajan habitualmente de 4:20, que es un tiempo de podio de un Campeonato de España masculino, por no hablar del record del mundo, en 4:10, que les daría el oro. En persecución individual femenina también se debería pensar en poner los 4 kilómetros, donde se podría estar cerca de 4:24, que es un tiempo muy decente incluso para hombres. En cuando a la velocidad, no podemos imaginarnos que a corto plazo que se acerquen a los tiempos de los hombres, pero sí que son capaces de hacer las mismas distancias, y por qué no, tiempos no muy superiores”.

Juan Peralta © Román Mendoza, para RFEC
Interesante es conocer la opinión de la ex corredora Leire Olaberría. “El kilómetro es una distancia que siembre he echado de menos que fuera oficial, ya que mi entrenamiento preferido era el día que me tocaban series de un kilómetro. Era el día más duro con diferencia y más exigente. Cuándo les decía esto a los velocistas siempre les sorprendía, pero en mi puesta a punto de cara a la competición era, con diferencia, el entreno que más en forma me ponía. Pasando a la competición, es posible que algunas velocistas se viesen perjudicadas, ya que no todas serían igual de competitivas en 500 metros que en un kilómetro. Llevando el ejemplo al atletismo había velocistas que les iba muy bien los 60 metros, pero los 200 se les hacían largos. Y si existen esos perfiles distintos de atleta, creo que existiría ese perfil de ciclista también”.

En esa misma diferenciación coinciden con la vasca dos pistards en activo, como Helena Casas y Juan Peralta, aunque utilizan ese argumento para no cambiar. “Mantendría la distancia de 500, sin subirla a 1 km, porque ya me parece suficientemente espectacular así y porque es una distancia más pura de la velocidad. No entiendo que se haga el cambio por una supuesta igualdad”, argumenta la catalana. “Me parece que es una distancia espectacular y por la fisiología femenina el kilómetro no lo sería tanto”.

Ayer Avelino Perea hacía una comparación del atletismo y el ciclismo en pista de la que sacaba que “el 400 en atletismo es como el kilómetro en pista, una prueba que debería disputarse para hombres y mujeres”, a lo que añado para terminar una propuesta utópica pero que terminaría con este debate: ¿No podrían convivir 500 y kilómetro, para ambos sexos, al tener características fisiológicas diferentes con lo que se abre el abanico a distintos tipos de velocistas?


jueves, 8 de noviembre de 2018

¿Deben equipararse las pruebas de velocidad femeninas en pista a las masculinas? I. La velocidad por equipos

Tania Calvo y Helena Casas, en el Mundial de
Londres 2016 © Román Mendoza, para RFEC
Durante alguna de nuestras retransmisiones de pista en Eurosport, Antonio Alix sacaba el tema de que se deberían igualar las distancias y condiciones de las pruebas femeninas de velocidad a las masculinas. En concreto, aumentar a tres corredoras, como los hombres, la velocidad por equipos, así como armonizar la cada vez más conocida como ‘time trial’ o contrarreloj que se disputa sobre un kilómetro para ellos, pero sobre 500 metros para ellas, justo la mitad de distancia.
El tema quedó, por mi parte, un poco en el aire, al haber escuchado anteriormente bastantes argumentos a favor, pero también en contra. Por ello, nada mejor que conocer las opiniones -algunas de ellas, claro- de las ‘fuerzas vivas’ del ciclismo en pista en nuestro país sobre estos dos temas. Bien es cierto que, a día de hoy, no se conoce ninguna propuesta de la UCI en este sentido, pero tampoco nos extrañaría que se abordase de un día para otro –eso sí, siempre después de Tokio 2020-, vistas otras actuaciones similares del máximo organismo mundial, sin ir más lejos, esa contrarreloj mixta que se acaban de sacar de la manga ya para los próximos Mundiales de carretera.
Melià, en un evento reciente © RFEC
Antes de centrarnos en la primera ‘propuesta’, el aumento del equipo de velocidad de dos corredoras a tres, y, por ende, de la distancia a tres vueltas, vaya por delante la reflexión general que nos trae, por ejemplo, el ex corredor y técnico Avelino Perea, en relación con el atletismo “donde hay más tradición de féminas, las mujeres hacen la misma distancia. Sólo cambia en las vallas, que son más bajas, y en peso y disco, con la diferencia de peso del objeto, pero en distancias son iguales en hombres y mujeres”. El ex velocista, ex seleccionador y técnico Salvador Meliá incide en esta comparación y añade que “ahora que afortunadamente se está trabajando por esta igualdad, sería interesante que hombres y mujeres realizasen las mismas pruebas, ¿o en atletismo se recorta alguna?”.
Interesante es la explicación general de la ex ciclista Dori Ruano sobre esas razones fisiológicas que muchas veces se argumentan para que no se cambie. “Quizá un médico o un fisiólogo lo podría explicar mejor, pero mi experiencia como corredora y preparadora me dice que las mujeres cuando hacemos muchas horas de bicicleta tenemos problemas en la serie roja, ya que los números bajan mucho y podemos entrar en anemia. Fisiológicamente esa diferencia se traduce en que en carretera deben ser distancias más cortas. Pero no en pista, donde creo en que se deben afrontar las mismas distancias y con el mismo número de corredoras”. “Es como si al keirin femenino le quitáramos una vuelta –aporta el preparador físico Javier Sola-. No entiendo que la velocidad femenina se haga con dos chicas, salvo en el hecho de que hace años era más difícil ver chicas participando”.
Leire Olaberria, afrontando los 200 metros en el
 transcurso del omnium © Román Mendoza, para RFEC
Ahí parece estar la clave. Leire Olaberria, una de las mejores fondistas españolas, pero también con experiencia en pruebas de velocidad incluso en atletismo en sus inicios, opina que “si en la persecución por equipos se pasó hace unos años de las tres ciclistas a las cuatro, igualando también la distancia con los hombres -4.000 metros- no hay ninguna razón para que no se haga con la velocidad. Eso sí, la inclusión de una tercera corredora no afectaría a las potencias más fuertes, pero sí a las más débiles. Imagínate que España tuviera que incluir a una tercera corredora. ¿Cuál sería el nivel?”. También recalca este aspecto la velocista Helena Casas. “Fisiológicamente no habría problemas, pero hoy en día es complicado hasta conseguir presentar a dos. Por lo tanto, no cambiaría la composición de corredoras actual ya que se perderían muchos equipos”.
Itmar Esteban reclaca que “el handicap es más la cantidad de chicas velocistas y no su fisiología. La mayoría de selecciones no podrían presentar un equipo con tres chicas velocistas -ojo, no confundir con presentar un equipo de tres chicas, a secas-, por lo que perderíamos calidad y especialización a cambio de cantidad, cosa a lo que estoy totalmente en contra”. De hecho, en los últimos Campeonatos de España ninguna selección autonómica contó con un equipo de dos velocistas, teniendo que recurrir a alguna de sus fondistas para participar en la prueba, lo que también pasó incluso con los conjuntos masculinos de tres corredores.
Otro velocista como Juan Peralta destaca que “en este momento sería un error, pero digo en este momento, porque el nivel de las chicas está subiendo mucho en los últimos años, y si sigue así sería interesante equipararlo”.
Didac Navarro, en su etapa de seleccionador nacional
© Román Mendoza, para RFEC
Didac Navarro, ex seleccionador nacional y preparador físico, considera que “el cambio a tres ciclistas implica que habría que buscar a una tercera con características más próximas a la chica ‘kilometrista’ que surgiría si aumentamos a prueba femenina de los 500 metros a los 1.000”, aunque añade que “la igualdad debe darse en absolutamente todos los ámbitos y en este caso, no veo excusa alguna, así que deberíamos incluir también la ampliación a 4 km en la persecución individual, por ejemplo, por no hablar de los premios”.
No obstante, para terminar esta primera parte, es interesante este comentario del mencionado Esteban. “Tradicionalmente, las pruebas femeninas han sido más cortas que las masculinas, a excepción de los 200 metros, y no veo motivo para cambiar eso en nombre de la ‘igualdad’. ¿Por qué siempre que se habla de, supuesta, igualdad, ésta pasa por cambiar la distancia de las chicas y nunca la de los chicos dando por hecho que la distancia ‘buena’ es la masculina?”

La dualidad 500/kilómetro será objeto de la segunda y última parte de este análisis.

Publicado en Ciclo21

domingo, 4 de noviembre de 2018

De pulgas en la montaña, Vueltas, tricampeones en su mundo y otros ciclistas literarios


Si escribo este ‘post’ es solamente porque Marcos Pereda me pidió que le diese mi opinión sobre su última novela, ‘Una pulga en la montaña’, cuando advertí por Twitter que me la estaba devorando. Y aunque le voy a ver este martes (20:00 horas) en la presentación madrileña de su obra, en la librería ‘Tipos infames’, y seguro que hablamos un buen rato largo y tendido arreglando el mundo, no he querido faltar a mi palabra y, ya de paso, dar a conocer a todo el mundo algunos detalles sobre esta novela sobre la figura de Vicente Trueba, uno de los primeros referentes ciclistas de nuestro país, y otras dos obras ciclistas que también han caído estas últimas semanas.

No sería fácil, sin embargo, escribir sobre esta obra si no fuese porque el propio autor ya hace un ‘spoiler’ bastante amplio al decir que no es una biografía al uso. Es simplemente –ni más ni menos- una novela inspirada en la figura de ‘La Pulga de Torrelavega’, articulada a partir de unos personajes ficticios, pero que pudieron ser perfectamente reales –me viene a le mente aquello de que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, aunque quizá al revés- que cuentan sus momentos de convivencia con el campeón cántabro: un amigo de la infancia, un compañero de pelotón, un periodista, el secretario del creador de la Vuelta a España… y otros cuantos que no voy a desvelar por dejar algo al descubrimiento del lector, así como una advertencia que hace el propio Pereda en las últimas páginas para descubrir al Trueba real. Lo que sí es absolutamente real, y está fielmente documentado, es todo el entorno de la obra, esos distintos momentos de la vida de Trueba que tampoco voy a desvelar.

Para todo aquel que conozca ya las obras anteriores del escritor cántabro o sus artículos en CTXT o Jot Down, no hace falta ninguna recomendación adicional ya que encontramos al mejor Pereda, en esa siempre acertada combinación de personajes y entorno fielmente entrelazada, como hizo en la posguerra de ‘Arriva Italia’, con Coppi, Bartali y Magni o en ‘Periquismo’ con esos años del pelotazo plasmados en la eclosión de Mario Conde. Y para quienes no, mi consejo de que se sumerjan en cualquiera de sus obras… pero ojo con dejarse ‘embaucar’ por sus artículos ya que uno de los últimos que he leído acerca de ‘La carrera más sucia de la historia’ me ha obligado a poner la obra de Richard Moore sobre la final olímpica de los 100 metros en Seúl en mi lista de próximas lecturas.

Días después de terminada, me puse con ‘Historias de la Vuelta’, de Alvaro Calleja, una obra que se veía venir después del acertado trabajo que hizo con ‘Historias del Tour’, del que sigue la misma línea, esas pequeñas anécdotas y grandes historias de la ronda española, aunque en esta ocasión tenía un camino bastante menos trillado ya que no hay muchas publicaciones aún de la Vuelta, a diferencia del Tour, carrera de la que es difícil publicar algo novedoso: de ahí el mérito del toledano. Como sucede con todos los libros que me gustan, siempre hubiera puesto alguna otra historia, pero para algo es el autor. Eso sí: espero que aproveche los seis meses que faltan y en mayo nos traiga ‘Historias del Giro’, un libro que también sería muy necesario.

Precisamente el día que compraba este libro, Eneko Gárate, el editor de ‘Libros de ruta’, me comentaba los desvelos que le estaba causando la edición de la biografía de Peter Sagan, ‘Mi mundo’, pero me lo recomendaba porque reflejaba perfectamente la carismática personalidad del campeón eslovaco. ¿Por qué estás tan serio?

El libro se articula sobre los tres Mundiales consecutivos logrados desde 2015 a 2017 –“es algo que solo pudo contaros yo”-, pero con distintos incisos y flashbacks sobre el resto de su carrera, con esas obsesiones llamadas Flandes o Roubaix, sobre ese ‘Team Peter’, sobre su manager Giovanni Lombardi, sobre su asistente Gabriele Uboldi, sobre la personalidad de Oleg Tinkov y su convivencia, sobre su tranquilidad en BORA hansgrohe -siempre escrito con esta grafía-, y sobre cientos de cosas más. Parafraseando a Sagan, “es algo que sólo podéis leer vosotros”.

Y aunque alguno piense que sólo leo libros de ciclismo, decir en mi descargo que en estas semanas también han caído ‘El rey recibe’, de Eduardo Mendoza, ‘Confines’, de Javier Reverte, o ‘Mas allá del invierno’, de Isabel Allende. Eso sí, reconozco que la próxima lectura volverá a ser sobre ciclismo, ese ‘Estilo Purito’ del siempre minucioso y detallista Iván Vega, que me ha usurpado mi hijo… aunque si se demora mucho me podré con ‘My hour’ de Bradley Wiggins, que lo tengo pendiente desde que lo compré de segunda mano hace unos meses y que cobra plena vigencia en esa eclosión de intentonas a su record de la hora y que seguro que caerá en 2019. Pero ese es otro tema.