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jueves, 7 de marzo de 2019

Albert Torres necesita un equipo pro y sabemos quién puede ayudarle


Siempre he pensado que, a falta de recursos económicos –y aun con ellos-, la imaginación y el compromiso deben ser dos premisas fundamentales para realizar cualquier tipo de trabajo en el presente y cualquier planificación en el futuro. Pero en el ciclismo español estos dos supuestos siempre han brillado por su ausencia.

Foto: COE
Desde hace algunos años el ciclismo en pista es el gran abandonado del deporte español, cuando siempre ha sido el semillero de medallas olímpicas algo que, para algunos, aunque de forma errónea, es el mejor barómetro de la salud del deporte español. No hay que remontarse mucho, cuando en Atenas 2004 las tres medallas de plata y las dos de bronce suponían más de la cuarta parte de las preseas obtenidas por el olimpismo español. Pero en Río 2016 la presencia de nuestro deporte fue meramente testimonial y los resultados, inexistentes.

La inclusión de la madison y el cambio del formato del ómnium nos hacían ser optimistas de cara a Tokio 2020, aunque la verdad es que los motivos son muy escasos, y se pueden contar con los (dos) dedos de una mano, Albert Torres y Sebastián Mora, puesto que la situación del resto del ciclismo en pista español es francamente preocupante y solamente se salva por la voluntad de algunos, muy pocos, elegidos. No hay dinero, dicen, pero tampoco hay imaginación. Ni compromiso.

Para quienes me hayan querido escuchar, siempre he  defendido que, aparte de otras medidas orientadas hacia los primeros escalones –y que no voy  a mencionar aquí por no ser el tema del debate y no extenderme demasiado-, es necesario un gran acuerdo entre los actores el ciclismo profesional y la Federación, en el que se involucren  el CSD y el COE, para que los mejores ciclistas españoles puedan compaginar carretera y pista, algo imposible en la actualidad salvo muy escasas excepciones, y que las ayudas del obsoleto Plan ADO se distribuyan de otra forma. La preparación no se basa sólo en entrenar, sino también en competir en carretera. Y eso no se “compra” solo con dinero.

Foto: UCI Track
Los recientes Mundiales de Pruszkow nos han dado una lección que no debe caer en saco roto y es lo que me ha motivado a escribir estas líneas. El fondista que ha marcado diferencias no es otro que el miembro de un equipo World Tour, Roger Kluge, que hizo una exhibición en la madison en parte por haber estado corriendo al más alto nivel hasta el día anterior al Mundial el Tour de los Emiratos Árabes. Algunos pensamos que eso de llegar con tan poco tiempo a Polonia era ir de muy sobrado. ¡¡¡Y vaya si lo iba!!! También comprobamos el rendimiento de otro ciclista que goza de un calendario importante, como Cameron Meyer. Y algún otro foráneo más. Y Sebastián Mora dio un importante paso, como vimos en la puntuación. Y aunque él dijese que había hecho las mismas pruebas que siempre, la verdad es que su fichaje por el Caja Rural-Seguros RGA se ha dejado notar. Y se dejará sentir aún más en futuros compromisos.

¿Y Albert Torres, la principal baza para Tokio, teniendo en cuenta que es el titular en el ómnium y la mitad de la madison? Pues a día de hoy en el abandono más absoluto. Ni tiene equipo profesional para 2019 (menos aún para 2020), ni se le espera, a pesar de las distintas gestiones realizadas desde su entorno.

Uno de los planes de compromiso a los que me refería podría ser que la selección española tuviera presencia en todas las carreras del calendario nacional, con lo que Torres –y otros ciclistas de otras categorías o disciplinas, como Felipe Orts o Carlos Coloma- pudieran preparar en la carretera sus grandes objetivos. Pero parece ser que esta vía está completamente descartada.

Foto: Federación Española
Hay una segunda posibilidad, que es la que demandamos con urgencia: que la Federación Española busque el compromiso y anticipe ese plan para que, en un primer momento, el mejor ciclista español pueda compaginar carretera y pista, haciéndole un hueco en algún equipo pro. Y dadas las excelentes relaciones que hay entre Ferraz 16 y dos empresas como Cofidis o Movistar, patrocinadores federativos, nos preguntamos ¿por qué no podría tener un hueco en alguna de estas dos formaciones ciclistas? Porque desde luego, no sería un castigo para estas escuadras –no olvidemos la clase de Torres que ya ha demostrado en carretera-, y mejor nos iría a todos, comenzando por el propio Albert, que es lo que verdaderamente importa, hasta los que luego van a presumir de medallas, que el rojo del fondo de la fotografía –por ejemplo- estuviera en el color del maillot del menorquín al menos durante lo que queda de 2019 y 2020.

Publicado en Track Piste

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