Han pasado ya 14 años desde que David Fernández formase
parte de la selección española en un Mundial. “Fue en 1999, el año que ganó
Freire en Verona, así que a ver si se repite lo de entonces”, Pero cuando le
pregunto que si han cambiado muchas cosas desde entonces en la selección, es
cuando me doy cuenta de que estamos hablando de bastante, pero que bastante
tiempo. “Pues casi todo, porque creo que de aquella expedición sólo quedamos tú
y yo”.
Para David la vida ha dado muchas vueltas desde entonces,
tras pasar como mecánico por varios equipos españoles –entre ellos con Javier
Mínguez, “que creo que me ha llamado por lo que me conocía de entonces”- y
recalar en el Sky donde es una pieza fundamental en el engranaje de la
formación de Dave Brailsford, por el que siente admiración. “Tiene todo
organizado y no se le escapa nada”. Un cambio radical que ya ha ido asimilando,
demostrando la profesionalidad de nuestros mejores especialistas en cualquier
parte del mundo. “Cuando llegué allí me sorprendió muchísimo la cantidad de
gente que había. Pero luego te das cuenta de que todo el mundo tiene su función
específica, que ninguno se mete en la labor de otro, y que al final ves que no
sobra nadie. No es como aquí que aparte de lo nuestro, siempre tenemos que
estar haciendo otros trabajos, porque falta gente o porque no se ha previsto”.
Y a pesar de las relaciones entre la Federación Británica –donde trabajan cerca
de 300 personas- y el equipo, las estructuras están separadas y diferenciadas,
salvo en ese punto de mando personalizado en Brailsford.
Es consciente de que ese estilo que ha marcado Sky viene
dado por los recursos económicos, “pero el dinero por si solo no serviría para
copiarlo. Sky es una cultura de trabajo, unos valores. Un sistema que intenta
hacer las cosas de una forma personal, sin vicios arraigados. Por ello es algo
que no es fácil de trasladar a otras estructuras, como por ejemplo a España. De
todas formas, somos bastantes transparentes y por ello es fácil imitar algunos
de nuestros métodos. Cuando hace un par de años los corredores se pusieron a
hacer rodillo tras una etapa, todo el mundo se reía. Unas semanas después, nos
imitaban ya unos cuantos”. Sin embargo, también nos comenta que “durante años,
han estado yendo a los colegios, a ver chavales que tuvieran potencial para ser
ciclistas, en una labor que ha llevado mucho tiempo. Este trabajo con la base
es algo que nadie había hecho nunca, y que está ya dando frutos.”.
En este sentido, le agrada que esas innovaciones sean
tomadas por equipos como Movistar y que la posible llegada de Fernando Alonso
“sería muy buena para el ciclismo. La Fórmula 1 es el deporte más profesional y
seguro que podría trasladar muchas de sus características a un equipo, que
tendría un gran nivel. ¿Mejor que Sky? De momento tenemos la ventaja de la
experiencia”. Sin embargo, se lamenta de que “aquí tenemos una excelente
generación, pero ya muy cerca de la retirada y sin que asome un relevo por
detrás. Señal de que algo no se ha hecho bien”.
A pesar de la admiración por el sistema británico,
reconoce que no pasa muchos días en Gran Bretaña, “ya que allí solo vamos
cuando hay alguna concentración a principios de temporada y la base del equipo
está en Bélgica”, que la tensión del trabajo “es la misma durante todo el año,
desde la primera carrera hasta el Tour de Francia”, y que en estos días se
siente plena y exclusivamente español. “Lógicamente ahora quiero que gane
alguno de los míos, porque además el recorrido es muy duro y les va
perfectamente”, aunque también ve a ‘su’ Froome con muchas opciones en este
Mundial.
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