A diferencia de otras naciones, en las que el color de las equitaciones de sus distintas selecciones ha estado siempre muy definido –la Italia ‘azurra’ o el naranja de los Países Bajos, por poner dos de los ejemplos más conocidos-, en España nunca ha habido una tradición de una uniformidad ‘uniforme’ –valga la redundancia- para las distintas modalidades deportivas.
En el caso del fútbol sí existe esa tradición de la camiseta roja, pero brilla por su ausencia, por ejemplo, en el baloncesto, o en el ciclismo, donde el maillot de la selección ha cambiado mucho, quizás demasiado, en los últimos años. Del tradicional diseño de los ochenta y noventa –esa horrible camiseta blanca o grisácea con una banda tricolor rojigualda más o menos ancha- se ha pasado en los últimos años a diseños más modernos, en los que el blanco y el amarillo eran los colores dominantes, con algunas franjas rojas, pero siempre como color secundario, después de algún experimento poco afortunado con un maillot con tonos rojos, negros y azules –con el que ganó Abraham Olano su Mundial de contrarreloj- que se confundía demasiado con el de Alemania.
Pero el balompié siempre ha sido, es –ahora más que nunca- y será el deporte rey. Y los éxitos de la selección nacional han originado que la ‘roja’ comience a ser la ‘marca’ del deporte de equipo español. La RFEC ha seguido esta tendencia y con la llegada de un nuevo proveedor de vestimenta se ha establecido el rojo como color corporativo, con un nuevo maillot que, sin embargo, nos costará distinguir en el próximo Mundial de Mendriso, por inhabitual.
Hoy se ha dado un segundo paso para que la España ciclista sea definitivamente roja, al anunciarse que la Vuelta a España 2010 tendrá como principal novedad el estreno del maillot rojo como distintivo del líder de la ronda nacional, en sustitución del jersey oro actual, con lo que se confirma un cambio del que venía hablándose bastante en los últimos años, pero que no terminaba de materializarse.
Pienso que Unipublic acertó plenamente cuando en 1999 estableció el jersey oro, porque no se apartaba de la tradición ciclista del amarillo y, con ese leve cambio, se acercaba a otra tradición deportiva, la medalla de oro de los vencedores. Lástima que esta interesante apuesta no se viera recompensada de modo práctico, principalmente por la dificultad de conseguir un tono en la ropa que realmente se asemejara al dorado.
Así pues, el rojo será a partir del próximo año el color del líder de la Vuelta, el color del ciclismo español, en una competición que ya tuvo este distintivo en los en 1945 cuando la ronda fue organizada por el desparecido diario ‘Ya’.
Pero antes de eso, la camiseta fue naranja, blanca, blanquiroja y amarilla, desde 1955 cuando cogió la organización El Correo, con un inesperado regreso al naranja en 1977 por razones publicitarias, antes del dorado que finalizará su existencia el próximo domingo.
En el caso del fútbol sí existe esa tradición de la camiseta roja, pero brilla por su ausencia, por ejemplo, en el baloncesto, o en el ciclismo, donde el maillot de la selección ha cambiado mucho, quizás demasiado, en los últimos años. Del tradicional diseño de los ochenta y noventa –esa horrible camiseta blanca o grisácea con una banda tricolor rojigualda más o menos ancha- se ha pasado en los últimos años a diseños más modernos, en los que el blanco y el amarillo eran los colores dominantes, con algunas franjas rojas, pero siempre como color secundario, después de algún experimento poco afortunado con un maillot con tonos rojos, negros y azules –con el que ganó Abraham Olano su Mundial de contrarreloj- que se confundía demasiado con el de Alemania.
Pero el balompié siempre ha sido, es –ahora más que nunca- y será el deporte rey. Y los éxitos de la selección nacional han originado que la ‘roja’ comience a ser la ‘marca’ del deporte de equipo español. La RFEC ha seguido esta tendencia y con la llegada de un nuevo proveedor de vestimenta se ha establecido el rojo como color corporativo, con un nuevo maillot que, sin embargo, nos costará distinguir en el próximo Mundial de Mendriso, por inhabitual.
Hoy se ha dado un segundo paso para que la España ciclista sea definitivamente roja, al anunciarse que la Vuelta a España 2010 tendrá como principal novedad el estreno del maillot rojo como distintivo del líder de la ronda nacional, en sustitución del jersey oro actual, con lo que se confirma un cambio del que venía hablándose bastante en los últimos años, pero que no terminaba de materializarse.
Pienso que Unipublic acertó plenamente cuando en 1999 estableció el jersey oro, porque no se apartaba de la tradición ciclista del amarillo y, con ese leve cambio, se acercaba a otra tradición deportiva, la medalla de oro de los vencedores. Lástima que esta interesante apuesta no se viera recompensada de modo práctico, principalmente por la dificultad de conseguir un tono en la ropa que realmente se asemejara al dorado.
Así pues, el rojo será a partir del próximo año el color del líder de la Vuelta, el color del ciclismo español, en una competición que ya tuvo este distintivo en los en 1945 cuando la ronda fue organizada por el desparecido diario ‘Ya’.
Pero antes de eso, la camiseta fue naranja, blanca, blanquiroja y amarilla, desde 1955 cuando cogió la organización El Correo, con un inesperado regreso al naranja en 1977 por razones publicitarias, antes del dorado que finalizará su existencia el próximo domingo.
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