Hace unas semanas escribía sobre la conveniencia de que el ciclismo de carretera tuviera una Copa del Mundo, sin comprender por qué la UCI había dejado desaparecer la fórmula existente para dar de paso al descafeinado UCI Pro Tour. El Mundial de Fórmula 1 era el ejemplo que mencionaba, aunque hay uno mucho más cercano: la UCI World Cup Mountain Bike powered by Shimano, que se inicia en Inglaterra este fin de semana. Y aunque el BTT ‘tonteó’ en los novena con la posibilidad de organizar pruebas por etapas, éstas, o no cuajaron –el Tour de Francia y la Vuelta a España, por ejemplo-, o permanecen con un componente de aventura o de preparación, como la Cape Epic,… o simplemente una importancia secundaria en el calendario mundial.
Desde que se creó en 1991, se ha convertido en el referente de las ‘ruedas grandes’. Es más, una victoria en la Copa del Mundo es valorada por muchos ‘bikers’ de forma más positiva que el propio ‘arco iris’ mundialista: de hecho se premia al ciclista más regular durante todo el año, mientras que el Campeonato del Mundo es una carrera puntual. Y la prueba es que –razones presupuestarias aparte- no hay ningún corredor que renuncie a este objetivo.
La entrada de Nissan como patrocinador supuso un espaldarazo para la Copa del Mundo… y esperamos que la renuncia de la firma japonesa no suponga un paso atrás. En todo caso, es una competición plenamente consolidada cuya organización procura combinar la presencia de citas tradicionales –Houffalize, en Bélgica, dentro de diez días, es el ejemplo más claro, al ser la manga mejor valorada en XC, lo mismo que Fort William en DH-, con la entrada de nuevas sedes, en un proceso de ‘siembra’ por parte de la UCI que muchas veces cosecha interesantes frutos, como puede ocurrir precisamente con el inicio de pasado mañana en Yorkshire Dalby Forest, que ha sorprendido agradablemente a todos los que han viajado hasta allí, dificultades del Eyjafjallajokull aparte.
Sin embargo esta política del máximo organismo mundial no trae buenas consecuencias para España en este 2010, ya que por primera vez en muchos años no tendremos manga de la Copa del Mundo: ni en nuestro país, ni en la cercana Andorra; ni la Casa de Campo madrileña, ni Vallnord, pese a los méritos indiscutibles de ambas organizaciones, lo mismo que Vigo con el DH, aunque esta posibilidad de recuperación parece más lejana. Eso sí, gracias a freecaster.tv podremos seguir vía Internet todas y cada una de las pruebas, en una notable gestión por parte de la UCI.
El color español será, pues, el que quieran o puedan ponerle nuestros ‘bikers’. Sin duda José Antonio Hermida (Merida Multivan) será nuevamente la única gran baza, a ver si rompe de una vez el monolítico dominio de Julien Absalom, ganador de las últimas cuatro ediciones. Pero más nos debe interesar si la nueva generación española –con los Orbea Rubén Ruzafa e Iñaki Lejarreta y el Trek-Lorca Sergio Mantecón, sobre todo- puede comenzar a instalarse de forma regular en el ‘top ten’, con incursiones ocasionales en el podio. No discuto las opciones de Marga Fullana (Massi), pero la balear no comienza con buen pie ya que no viajará a Inglaterra.
En el four cross –que suelta amarras en la cita de Houffalize-, podríamos tener la baza de Rafa Alvarez de Lara el único español que sabe ganar esta competición –lo hizo en 2008, el año de su histórico doblete con el Mundial de Val di Sole-. Pero el extremeño ha dicho adiós a la temporada por su fractura de tibia y peroné en el BMX Supercross de Madrid… aunque los problemas de patrocinio amenazaban seriamente la posibilidad de poder realizar la temporada completa, lo mismo que le pasa a Eva Castro.
Finalmente el descenso comenzará en Maribor a mediados de mayo, donde el protagonismo español será secundario, aunque todos gozaremos, aunque sea por el ordenador, de las bajadas de los Sam Hill, Greg Minaar, Steve Peat y compañía.
Foto: Daniel Geiger, en www.hermidabike.com/home_es.htm
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