Con el Cancún Cycling Challenge terminaba ayer de forma oficial –hoy de forma real, con el regreso a España- nuestra estancia en México. Se trataba de una marcha ciclista en la zona de Puerto Cancún -una de las zonas de desarrollo de esta localidad caribeña, con viviendas de alto standing, con puerto deportivo y amarres incluso junto al porche de cada vivienda, aunque todavía con mucho suelo por cubrir; por algo la crisis es universal- para recaudar fondos para la Cruz Roja local.
La mayor parte de los ciclistas que estuvieron en Chihuahua tomaron parte en esta ‘rodada’, que al final quedó reducida a poco más de 50 kilómetros, con varios centenares de ciclistas anónimos que quisieron sumarse a esta iniciativa de la Oficina de Visitantes y Convenciones de Cancún, de Puerto Cancún y de la Asociación de Ciclismo de Montaña de Cancún, para rodar al lado de Alexander Vinokurov, de Roman Kreuziger, de Alexander Kolobnev, de Peter Sagan, de Iván Gutiérrez, de Xavier Tondo, de Beñat Intxausti o de Paco Mancebo, entre otros. Junto a ellos, aunque no de corto, Alejandro Valverde que tras la grata impresión que dejó el año pasado, fue invitado ex profeso por la organización local, para dar el banderazo de salida.
Y aunque no había competición, más de uno se empleó con ganas, como forma de agradecer una semana de ocio y relax tras una intensa campaña de carretera, disfrutando de las maravillas de Cancún. Y entre ellos, Mancebo que se lo tomó tan en serio, que fue el primero en franquear la línea de la llegada, demostrando –por enésima vez- que realmente disfruta con el ciclismo: sea en carretera, BTT, ciclocross o incluso en una marcha benéfica. Realmente qué injusticia se está cometiendo con este corredor, mejor persona aún que ciclista. Pero de este tema me gustaría hablar más largo y tendido. Y seguro que lo haré en breve.
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