Por fin ya estamos en Copenhague. Y con un ambiente, climatológico, como el que nos temíamos: cielos nublados –lloverá varias veces la próxima semana-, temperaturas diez o quince grados más bajas que en España –difícilmente superaremos los 15 o 16 grados en estos días- y rachas de aire que no son aún molestas pero que pueden convertirse en un elemento de gran importancia.
Esta es la tercera vez que visito la capital danesa, que curiosamente sustituyó en el año 1300 a Roskilde, la reciente sede de los Mundiales de paraciclismo. La primera ocasión fue en marzo de 2002, para buscar alojamiento para el Mundial de pista que se celebraría en otoño de ese mismo año en Ballerup, acompañado del entonces director técnico de la RFEC, Fernando Sellés, al que recientemente he reencontrado en Twitter. Pese al frío, ni nevó ni llovió, lo que nos permitió callejear y descubrir el símbolo de la ciudad, La Sirenita, decepcionante por otro lado por su ubicación y su tamaño.
La segunda, en otoño de ese mismo año, en un Mundial que siempre recordaré por la exhibición del australiano Sean Eadie, posiblemente el ciclista que más me haya emocionado sobre un velódromo, junto al Joan Llaneras de Palma 2007. Un Campeonato en el que descubrimos que, a pesar de las excelencias de las cervezas danesas, éstas resultaban prohibitivas por sus precios. Y un evento en el que tuvimos que pelear más en el hotel que en el velódromo, por la tenaz insistencia de los daneses para que cenásemos antes de las competiciones –¡a las cinco!- porque eso de que lo hiciéramos tras la finalización –a las diez y media u once- les aterraba. ¡Veremos este año!
Pero antes de la cena, aún quedaba hoy bastante por hacer. Como por ejemplo ir a la oficina de acreditaciones de la UCI, con los siempre atentos amigos italianos de Wingsmedia –Carlo, Mónica…- al frente. O recoger el coche oficial Skoda. Y por supuesto esperar la llegada del ‘frente vasco’ –Ramonchu González Arrieta, junto a Leire Olaberria, Eneritz Iturriaga, Irene Usabiaga y Sheyla Gutiérrez- que no pudieron conectar esta mañana con nuestro vuelo por una avería en el que les traía de Bilbao, pero que han llegado a Copenhague vía Frankfurt. Con retraso, cansados, pero en el día. Eso si, sin poder ‘soltar’ como ya han hecho Lluis Mas, Mario González y Héctor Sáez.
Foto: 'Horas extras' para José Luis De Santos a la hora de terminar de realizar todas las acreditaciones.
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