"Tengo el corazón un poco partido. Me pide hacer otra vida, no estar todos los días preocupado por si estoy bien, me pide otra cosa. Pero también me pide lo que he hecho siempre. Va a ser una difícil decisión”, valoraba ‘Chente’ García Acosta a principios de este mes. Esta tarde, apenas unas semanas después, se ha resuelto la duda: el veterano corredor navarro, de 39 años y después de diecisiete temporadas como profesional, ha puesto punto y final (en lo de correr, pero y seguido en el resto) a su brillante trayectoria, en la que el trabajo desempeñado a favor de líderes como Indurain, Zulle, Olano, ‘Chava’ o Valverde no ha eclipsado en absoluto sus méritos como corredor y como persona. Todo lo contrario por lo que estamos viviendo en estas horas. Y como decía ayer, lo único que me duele es que no se haya retirado de corto, con el aplauso directo de los aficionados y que tuviera que ser una maldita caída la que precipitara y enturbiara este adiós.
Hoy pueden escribirse muchas líneas –de hecho lo están haciendo compañeros que han compartido mucho más que yo con el navarro y que seguro que lo reflejan bastante mejor- sobre la ejemplar trayectoria de ‘Chente’, de su honradez profesional, de su talla humana. Por ello no me quiero prodigar, ya que cualquier elogio sería insuficiente.
Eso sí, sinceramente me gustaría que ese ‘hashtag’ que se ha creado de forma improvisada esta tarde se convirtiera en ‘trending topic’ como mejor forma de reconocer la trayectoria de ese ciclista que se ha definido acertadamente como el capitán de ruta del pelotón español: #graciasChente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario