Después de la desaparición de Ciclismo en Ruta, hoy hemos tenido la confirmación de que Meta 2Mil echa el cierre, ojalá de esa forma provisional que nos habéis anunciado, debido a la suspensión de pagos de su distribuidora, lo que conlleva la incertidumbre sobre los ingresos atrasados, así como la pérdida de la herramienta básica para estar en todos los puntos de nuestra geografía.
Han pasado muchísimos años -1983, creo- desde que encontré, en un modesto quiosco madrileño, un ejemplar aislado de EL CICLISTA, el precursor del ‘Meta’. Debía ser el número 18 o 19 de aquella publicación que supuso un hito en el ciclismo español, al crearse una publicación semanal dedicada a nuestro deporte, informando de ese ciclismo que nunca aparecía en los deportivos (y eso que en aquella época dedicaban bastante más páginas al ciclismo). Pasaron algunas semanas hasta que volví a encontrar y comprar un segundo número. Desde entonces, todos los miércoles o jueves lo adquiría, no sin ciertas dificultades en algunos casos. Recuerdo también, ya con el ‘Meta’, como mis padres me lo enviaban por correo al CIR de Cáceres cuando cumplía el campamento de la mili. Y desde luego ha sido una parte de mi, ya que algunas de sus hojas han llevado mi firma, bien por mis cometidos de la RFEC, bien por colaboraciones puntuales que he realizado en diversos momentos.
Pero los tiempos pasan y cambian. Y aquellas circunstancias no son las mismas de ahora. Internet nos posibilita una inmediatez de la noticia que los medios impresos no tienen, por no hablar de su falta de limitación de espacio, ni mucho menos de sus costes reducidos, al no tener que ‘gastar’ ni en papel, ni en imprenta ni en distribución. Está claro que los medios tradicionales tienen un duro rival en los online y que, no sólo en este caso, deben replantearse su modelo.
Por ello quiero animar a mis compañeros, pero sobre todo amigos de Meta 2Mil, comenzando por María Jesús y Olga, con las que he tenido un contacto más estrecho, sin olvidarme de todos y cada uno de los que forman la redacción y administración. Y recordar que la palabra crisis proviene del griego cambio, y que ojalá estas semanas de forzoso descanso sirvan para un replanteamiento, y un reforzamiento de una publicación, pero sobre todo de una mentalidad, que sigue siendo necesaria para el ciclismo español. Aunque su papel pueda ser otro.
Hasta pronto, estoy seguro de que volvemos a vernos.
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