La victoria de Cadel Evans en
el pasado Tour de Francia fue calificada por José Antonio Hermida como el
triunfo de uno de los nuestros. Por esa misma razón, los ‘bikers’ tienen que
estar también satisfechos con el triunfo de Ryder Hesjedal en el pasado Giro de
Italia, e incluso de Jakob
Fuglsang ayer en el Tour de Luxemburgo, ya que todos ellos tienen un importante
pasado en la disciplina de las ‘ruedas gordas’ que han confirmado en la ruta.
En España aún no se ha dado el caso de un salto tan
brillante entre el monte y la carretera. Paradójicamente son más comunes, e
importantes, en el sentido contrario, destacando a Roberto Lezaun, que llegó a
ser olímpico en BTT tras un importante periplo entre los pros, sin olvidarnos,
por ejemplo, de un Fran Pérez que de ser escudero de Alejandro Valverde ha
pasado a serlo de Carlos Coloma y Sergio Mantecón en el mountain bike. O del
polifacético Francisco Mancebo, que combina como nadie las dos disciplinas
demostrando su pasión por el ciclismo.
De todo el mundo es sabido que
Hermida recibió una propuesta de Manolo Saiz para que probase en la carretera,
que no se concretó en nada y cada uno siguió su camino… aunque el ¿qué hubiera
pasado si…? es una pregunta que siempre se le plantea al catalán y a la que
responde casi siempre de la misma manera: “¿Por qué Carlos Sainz hacía rallyes
y no Fórmula 1? Pues porque le gustaba el rallye. A mí me gusta el BTT y es lo
que hago”.
Más éxitos en carretera ha
cosechado Mantecón, capaz de ganar el Campeonato de España élite hace dos años
y una carrera por etapas internacional como el Cinturón de Mallorca, ambas con
absoluta autoridad. Coloma también suele ‘entrenarse’ en carreras pro, lo mismo
que Iñaki Lejarreta, que se estrenó hace mes y medio en Lazkao.
En un principio podría pensarse
que el terreno en en que puede brillar más un ‘biker’ es la montaña. Sin
embargo, el menudo Miguel Martínez, el primero que probó el ‘cambio’, y que era
catalogado como un notable escalador, fracasó en su aventura. Y los que le han
proseguido han brillado más como corredores completos, incluso como rodadores.
Por ello nos preguntamos cuál
puede ser el ‘secreto’ de este trasvase y el propio Mantecón nos da tres
razones. Una obvia –“la clase de todos estos deportistas cuenta en un amplio
porcentaje”-, otra perfectamente deducible –“estamos acostumbrados a hacer
muchos kilómetros de entrenamiento en carretera y el cambio no nos resulta
difícil, al contrario que para uno de carretera competir en el campo”-, y una
tercera que es la más lógica pero posiblemente la menos conocida: “La
mentalidad. Tenemos un tipo de preparación más específica, más preparada para
rendir a tope muy distinta de la de los corredores de carretera. Por ello, en
este ciclismo en el que se tiende ahora a la especialización, no nos resulta
complicado adaptarnos”.
Y volviendo a la faceta como
contrarrelojistas destacados de muchos de ellos, el murciano no se extraña y
abunda en el mismo argumento: “Una prueba de BTT es como una contrarreloj de
hora y media, en la que hay que estar a tope todo el rato. Esa intensidad a la
que estamos acostumbrados en el cross country nos permite hacerlo bien en las
cronos”.
De sus habilidades como
‘descenders’ no hace falta decir nada, sobre todo en bajadas más técnicas, y el
ex campeón de España nos señala las dos facetas a las que es necesario
adaptarse. “Por un lado, el trabajo táctico, que es muy importante en el
ciclismo de carretera y que nos resulta desconocido; por otro, la resistencia y
recuperación en las pruebas por etapas, ya que no estamos acostumbrados a
competir tantos días seguidos”. Dos factores que, por supuesto, se pueden
mejorar.
Y no deja de ser curioso que el
próximo Tour de Francia, el paradigma del ciclismo en carretera, tenga como
principales favoritos a un ‘pistard’ como Wiggins y a un ‘biker’ como Evans.
Enhorabuena por tu post! Al final las montañas, el barro y los corredores, se comparten.
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