MARCA publicaba ayer sábado
–en su edición de verdad, la de papel- un reportaje sobre el reto de la
Federación Española de Motociclismo de conseguir que el trial sea olímpico,
concretamente en Madrid 2020. Sería la primera vez que un deporte de motor
entrase en unos JJ.OO.
Su estrategia pasa porque forme parte del programa de los Juegos Mediterráneos Tarragona 2017, algo que ven bastante factible, según cuentan, y posteriormente ‘dar el salto’ como deporte de pleno derecho en la gran cita, ya que los de exhibición dejaron de existir. Para ello, una dura tarea por delante que incluye –según se nos contaba en el mencionado artículo- potenciar el componente ecológico, por lo que se usarían motos eléctricas, convencer de que existe una difusión mundial… y dejar fuera a otro deporte del programa actual.
Difícil tarea, aunque más vale
intentarlo, aunque se falle, que quedarse parado… y tener el fracaso asegurado.
De todas formas, no me quería
referir al trial motero, sino al trial ciclista, el hermano menor y pobre,
tanto de las motos como de las propias bicis, aunque sinceramente viendo estas
imágenes, pienso que la versión ‘light’ no tiene nada que envidiarle en
espectacularidad –más bien todo lo contrario-. Y el componente ecológico está
garantizado. Eso sí, pensar en un trial olímpico es un sueño, ya que la
difusión mundial de este ciclismo es muy limitada, el deporte de las dos ruedas
ya tiene hasta cuatro disciplinas en el programa de los Juegos… y la filosofía
del olimpismo está demasiado anclada en un modelo que es, desde mi humilde
punto de vista, bastante mejorable.
Lo que sí que es cierto es que en esta época de desmantelamiento social, los deportes –o simplemente las disciplinas- que no tengan ese marchamo olímpico tienen un futuro pero que muy negro. Quizá al trial –con grandes números en lo referido a asistencia, sobre todo en las exhibiciones ‘indoor’- no necesite ese sello olímpico para garantizar su futuro. Es más, podría ser un aliciente para el ‘bici trial’ buscar algún tipo de competición conjunta con el hermano mayor, aprovechando sinergias. Y es que, en estos tiempos tan negros que corren, toda la imaginación que se eche va a ser poca.
Sed realistas y pedid lo
imposible.
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