Cuando se creó a principios de año la Mesa Nacional de la
Bicicleta -la plataforma con representantes de todos los sectores del campo de
la bicicleta que pretende fomentar el desarrollo de la bicicleta en España en
todos sus aspectos- uno de los objetivos que se planteaban era la creación de
la figura del Señor o Señora de la Bicicleta,
responsable dentro del Gobierno de España de la coordinación de los diversos
ministerios de la promoción de la bicicleta, como ocurre en otros países como
en Francia o en Holanda.
Ignoro si algún día
tendremos este ‘Defensor del ciclista’, al menos de forma oficial, porque de
forma oficiosa ocupa el cargo desde hace tiempo Perico Delgado, aunque sin el
aval que necesitaría, obviamente. El ciclista segoviano siempre aparece en
cualquier foro en el que es necesaria su presencia en defensa de los ciclistas
o simplemente de la bicicleta. Y es de agradecer, ya que por mucho trabajo que
realicen asociaciones como ConBici o la propia Mesa, las figuras carismáticas,
y si encima van provistas de argumentos sólidos, siempre son de agradecer.
Ayer pasó por el Congreso de los Diputados, donde participó en una mesa de reflexión para tratar de convencer a la Dirección General de Tráfico de que no obligue a los ciclistas a usar casco en ciudad, algo en lo que la gran mayoría de ciclistas urbanos coinciden, ya que esa obligatoriedad sería un elemento disuasorio para fomentar el uso de este medio de transporte, que es lo que se pretende, ¿no?
Y es que no se entiende la obsesión de la DGT por imponer
el casco argumentando razones de protección y seguridad por encima de todo. Es
curioso que hoy me haya encontrado esta otra noticia, aunque en la edición de
papel de ‘El Mundo’, titulada ‘Los peatones: ciudadanos de alto riesgo”, en el
que se dice que “cada año, mueren atropelladas en el mundo más de 270.000
personas, lo que supone más de 5.000 a la semana y el 22% del total de
fallecidos en accidentes de tráfico”, para añadir que la DGT “acaba de lanzar
una campaña invitando a dejar el coche y caminar en trayectos cortos. Es decir,
más transeúntes pero, al bajar la circulación, menos expuestos”. Justo el
objetivo que pretenden las asociaciones pro-bici. Porque nadie se imagina
obligar a los peatones a que anden con chalecos o con cascos argumentando las
mismas razones de seguridad.
En fin, no es mi deseo profundizar en el debate, ya que
sus razones y sus consecuencias están ya muy claras, a la vista de todos, por
muchas obcecaciones oficialistas, y solamente agradecer a Perico –y también a
esa multitud de usuarios y luchadores anónimos- su defensa oportuna –que no
oportunista- de la bicicleta.
PD: El vídeo que
acompaña este texto es de 2010, cuando dimitió de su cargo en el Consejo
Superior de Tráfico, otro acto valiente del segoviano.
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