Hace unas semanas, El País se hacía eco en un amplio reportaje de las ‘alleycats’,
a las que denominaba carreras clandestinas o “competiciones
ilegales a gran velocidad entre el tráfico”.
Nacidas en el mundo de los bicimensajeros estadounidenses
en las décadas de los ochenta y noventa, y con ese curioso nombre de ‘gatos
callejeros’, son competiciones improvisadas de bicicletas urbanas, normalmente
‘fixies’, convocadas por el boca a boca de las redes sociales y unas cuentas
organizaciones ‘cómplices’, en las que hay que cubrir una serie de puntos de
paso o controles en el menor tiempo posible. Por ello, aparte de la estrategia
para definir cuál es el mejor orden de paso, la propia dinámica de las
competiciones –que normalmente no tienen premios en metálico- conlleva a tener
que ‘arriesgar’ a la hora de respetar las normas de circulación, en forma de
semáforos, direcciones prohibidas o incluso rodar por las aceras, como bien se
muestra en este vídeo.
Por ello, hay muchos colectivos ciclistas, como se dice en
el reportaje, que consideran que este comportamiento irrespetuoso puede ser el
mayor enemigo del uso de la bicicleta como transporte público, aunque los
participantes lo desmienten: “Respetamos mucho a los peatones y solo nos
ponemos en peligro a nosotros mismos”.
Sea
como fuere, demonizar a las ‘fixies’ por este motivo, es volverse en contra de
uno de los fenómenos ciclistas más importantes de los últimos años. Y es que
las carreras urbanas son cada vez más comunes en nuestro país. Aparte de la ya
clásica Red Hook Criterium Barcelona, en la reciente feria Unibike de Madrid se
vivió el I Unibike Track Bike Criterium, con un notable éxito, e incluso este
pasado fin de semana hubo una competición similar en Toledo. Y no son casos
aislados, ya que cada vez más poblaciones organizan eventos de este tipo con
una gran aceptación y con una participación de lo más dispar.
Pero,
además, entre el ciclismo urbano y la pista se están comenzando a establecer
interesantes sinergias. Y no solo por la interesante actividad de Jaume Mas en el velódromo olímpico de Barcelona, sino porque en el pasado Red Hook, una
notable pistard como Ainara Elbusto se llevó una histórica victoria, con otra
gran ex especialista como Débora Gálvez en cuarta posición.
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