Leía
ayer en las páginas del AS un reportaje sobre las quejas de la Asociación
Europea de Clubes (ECA) para que el Mundial de Qatar de 2022, es decir, el de
fútbol, no se dispute en fechas invernales “porque ello afectaría a los clubes
europeos, que aportan el 75 por ciento de los jugadores que disputan el Mundial
y el daño económico sería inasumible”, dijo su presidente, el alemán Karl-Heinz
Rummenigge.
No deja
de ser curioso que la primera queja sobre este evento fuese sobre… las fechas
veraniegas inicialmente propuestas (junio y julio), debido al fortísimo calor
que hace en esas latitudes. Los organizadores argumentaron que podían paliarlo
a base de refrigeración en todos los estadios, aunque ello fuese una barbaridad
ecológica que lógicamente los petrodólares asumen.
Y
aunque aún faltan ocho años para el evento, la FIFA quiere tener cerradas las
fechas este mismo invierno, algo que no les preocupa demasiado a las
autoridades qataríes. “Sea en verano o en invierno, será el mejor de la
historia”, valoraban.
Pero
antes de 2022, concretamente dentro de dos años, el Emirato acogerá otro Campeonato
del Mundo al que se le está dando menos boato, aunque nos atañe más
directamente, el de ciclismo en carretera. Y al que lógicamente le afecta tanto
o más el calor ya que estamos hablando del mes de septiembre –cuando las
máximas pueden superar los 40 grados-, sin que en esta ocasión se pueda
recurrir a elementos refrigeradores… salvo que se instalen ventiladores
gigantes que puedan, además, incrementar el viento, que parece será el único
elemento diferenciador y endurecedor de una prueba que se presume llana, no;
llanísima.
Bromas
aparte, ni desde la organización ni desde la UCI se han referido a un posible
retraso en las fechas que, en ningún caso, llegaría hasta el invierno. La única
‘pista’ la dio hace unos meses Eddy Merckx –una persona muy vinculada a Qatar
como organizador de su Tour pero sin ‘mando en plaza’ en este Mundial- cuando
habló de que se podría postergar hasta mediados de octubre, concretamente a la
semana del 9 al 16.
Climatológicamente
hablando, el calor no es tan intenso en octubre como en septiembre, aunque en
estos días se han alcanzado máximas de 38 grados- No obstante, casi son peores
los cerca de 30 grados que se sufren ya a las nueve de la mañana. Y si en
fútbol no es agradable, en ciclismo, menos aún, aunque nuestros deportistas
aguantan –en el doble sentido de la palabra- mejor estas condiciones. Por otro
lado, parece ser que septiembre es el mes más lluvioso –habrá que ver en qué
cantidades- en Qatar, mientras que octubre es absolutamente seco.
En este
caso, no se espera una decisión inminente ni sobre las fechas ni sobre los
recorridos, sobre un Mundial del que nadie dice –ni dirá- que será el mejor de
la historia, pero que será tan diferente a todo lo que hemos visto que a nadie
le dejará indiferente. De hecho, incluso hay un grupo en Facebook que proponeun boicot, aunque me temo que es algo meramente testimonial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario