Si las pantallas de televisión o los monitores de
ordenador son horizontales, ¿a qué viene esa aberración, esa irreverencia, esa
moda, esa ‘gilipollez’, de hacer vídeos verticales? Pues sencillamente a qué el
móvil también es vertical, lo mismo que las tablets, y aunque ambos artefactos
–los más comunes hoy en día como ‘puerta’ de acceso a Internet- puedan girarse,
lo cierto es que su posición natural es la vertical, aunque nos pese. Y tendremos
que adaptarnos. Más temprano que tarde.
Por mucho que dicha realidad tecnológica sea evidente, lo
cierto es que son muy pocos los que aceptan de buena gana los vídeos
verticales. En mi caso, tengo que reconocer que he pasado de ser un ‘hater’, a
comprender su auge y entender su
difusión, a finalmente a admitir que es posible que sean más interesantes
que los convencionales apaisados en determinados momentos: lo que algunos
marketinianos llaman oportunidad. Y no lo digo sólo por el hecho de que
aplicaciones como Merkat o Periscope –el vídeo directo en Twitter, un sector
con mucho futuro en cuanto mejore su integración- hayan apostado decididamente por
esa configuración.
La mejor comparación es la de la fotografía, una
tecnología que también nos permite tanto el diseño horizontal como el vertical,
por mucho que la cámara sea apaisada. Es más, muchos programas de retoque o
edición nos dan una interesante pista al denominar a estos formatos,
respectivamente, ‘landscape’ (paisaje) o ‘portrait’ (retrato). Pues eso, si
queremos grabar algo similar a un paisaje, la toma horizontal se impone. ¿Pero
si es un primer plano, una entrevista, por ejemplo, por qué no recurrir a la
toma vertical, por muy irreverente y rompedora que sea?
Trasladándonos al mundo del ciclismo, un sprint masivo
‘requiere’ una fotografía horizontal para captar todos los detalles… salvo que
nos centremos exclusivamente en el vencedor, momento en el que solemos cambiar
la posición de la cámara hacia la verticalidad. ¿Por qué no podríamos hacer lo
mismo con la grabación en vídeo?
Quizá el problema sea combinar en una misma grabación tomas
horizontales y verticales ya que las bandas negras laterales afean hasta
extremos inadmisibles el contenido final cuando se adapta al monitor apaisado.
¿Pero si todo el contenido es vertical sin que exista dicha ‘ofensa’,
manteniendo una lógica estética y argumental? Ya hay documentales, películas e
incluso festivales que han apostado por esta nueva ¿narrativa?
El día que se pueda girar la pantalla del ordenador o de la TV (como sucede ahora con tablets o teléfonos) seguro que se avanza bastante más que con un montón de charletas tan improductivas como ésta, aunque me haya quedado bien a gusto con esta diatriba. Y seguro que dentro de poco podréis ver el primer vídeo vertical ‘made in Roman’.
Como muchas cosas, nada es blanco o negro, y puede haber situaciones en las que el formato vertical sea lo más adecuado. Pero lo normal es que no sea así, y quien graba con el móvil vertical en realidad no es consciente de lo que está haciendo. Di no a los vídeos verticales: https://youtu.be/Bt9zSfinwFA
ResponderEliminar