Si uno de los puntos fuertes del Mundial de Ponferrada fue
su famosa Burbuja, es decir, la concentración en una zona bastante reducida,
pero en diferentes edificios, de toda la infraestructura del Mundial, Richmond
2015 se ha superado, ya que en solamente uno –realmente dos, pero conectados
por varias pasarelas-, el Richmond Convention Center, ha ubicado todo,
absolutamente todo lo inimaginable en relación con el trabajo administrativo de
un Campeonato del Mundo.
En primer lugar, el centro de acreditaciones, que
normalmente suele estar en un lugar relativamente aislado para facilitar la
llegada de personas aún sin credencial, también se ha ubicado en este edificio,
facilitando un contacto que en anteriores ocasiones era bastante incómodo entre
dichas operaciones y otras en relación con la Permanente o la Oficina de
Prensa. En cambio, en este Mundial se produce la paradoja de que han repartido
muy pocas acreditaciones de vehículos, pero es fácil llegar sin ellas hasta el
mencionado Richmond Convention Center.
Sin embargo, el ‘no va más’ es el podio indoor que se ha
instalado en una inmensa sala de este recinto ferial. En principio resulta un
poco extraño, incluso agobiante, y aunque los pronósticos no dan lluvia en los
próximos días –hoy si había una alta posibilidad, aunque al final las nubes no
han descargado- no está de más recordar el aguacero que sufrimos en el último
protocolo de Ponferrada. Supongo que en Qatar no será necesario… pero lo mismo
se sienta un precedente para otras pruebas ciclistas de climatología más
complicada.
En dicha sala, inmensa por otro lado, podemos encontrar
toda la venta de merchandising mundialista –no los típicos tenderetes
callejeros de otros eventos, sino una verdadera exposición tipo ‘El Corte
Inglés’-, de otras entidades relacionadas con el evento, como ese ‘Virginia Is For
Lovers’ del que ya hablaré otro día, la propia Federación Estadounidense de
Ciclismo, y naturalmente el ‘adelanto’
de Qatar 2016, con todo lujo de detalles.
Por último, la futbolización del ciclismo en los Mundiales
es cada vez más evidente, ya que los corredores tienen que pasar al terminar,
sí o sí, por una inmensa zona mixta, sin poder salir en contradirección o tener
otras escapatorias para huir de la zona de llegada. Eso sí, siempre quedará a
su voluntad hacer o no declaraciones. Podio, conferencia de prensa y control, a
continuación, y en muy pocos metros.
Y para colmo, el hotel oficial de la UCI –el Marriot-
justo al lado del Convention Center y de
la propia línea de llegada. ¿Alguien da más o hablamos después de Qatar?
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