Mucho nos lamentamos en el pasado Europeo élite de la baja de Kristina Vogel por su grave accidente, como de la de Pauline Grabosch, muy afectada psicológicamente por ello. Pero Alemania se defendió de forma notable con la veterana Miriam Welte y con la joven –y menos conocida- Emma Hinze. Y lo más importante, a tenor de lo visto en Aigle, tienen el relevo asegurado, ya que Lea Sophie Friedrich fue la auténtica reina del Mundial junior, finalizado el pasado domingo, al ganar velocidad, velocidad por equipos -con Alessa Catriona Propster, que tampoco desentonó en las pruebas individuales e incluso con una tercera corredora en las fases iniciales-, keirin y 500 metros.
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Sin duda nos quedamos con su actuación en esta última prueba, en la que batió el record del mundo en la clasificatoria matinal (33.922) y se quedó muy cerca en la final (34.045), tiempos que le hubieran permitido finalizar entre la quinta y la sexta en el Mundial absoluto, es decir, poco más o menos al nivel de Tania Calvo. En cuanto a los 10.969 de los 200 metros le habrían permitido estar entre las ocho mejores. De nuevo ponemos en relación con los tiempos de la alavesa, que hizo 11.126 en Apeldoorn. Desgraciadamente las comparaciones en velocidad por equipos no son posibles, al tratarse de un velódromo atípico, de solamente 200 metros.
El único pero que se puede poner al dominio de la germana es que no hubo velocistas francesas, inglesas o australianas. Es de suponer que por una ‘mala cosecha’, aunque esta duda la resolveremos esta misma semana en el Europeo.
Italia sigue brillando en el fondo femenino
Pasando a las fondistas, Italia volvió a demostrar estar en lo más alto. Sin tener un equipazo como el del año pasado, con Letizia Paternóster o Elisa Balsamo al frente, ha demostrado que tiene una notable individualidad como Vitoria Guazzini, ganadora de la persecución individual, por equipos y el omnium, mientras que su compañera Silvia Zanardi tampoco desentonaba, al llevarse la puntuación y formar parte de la cuarteta.
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Lo mismo que en el 500 femenino, en el kilómetro masculino también había record del mundo, a cargo del australiano Thomas Cornisch (1:00.498) en la clasificatoria, Y aunque en la final no tuvo problemas para llevarse el oro, sí se quedó bastante lejos de su plusmarca (1:00.979). Este tiempo no le habría permitido entrar en la final del Mundial absoluto de Apeldoorn, aunque sí el de la matinal: sexto. Además, lograba la plata en la individual, al caer en la final ante en polaco Cezary Laczkowski. Por equipos, Polonia cedía en la final ante Francia –que no brilló en las pruebas individuales-, terminando el apartado de velocistas destacados con el checo Jakub Stastny, ganador del keirin y mejor tiempo de los 200 (10.013).
Doble record en persecución
En cuanto a los fondistas, tampoco hubo ningún dominador claro, aunque el gran momento de los Campeonatos lo protagonizaron el británico Ethan Vernon y el ruso Lev Gonov, cuando en la clasificatoria de la persecución batían sucesivamente el record del mundo del suizo Stefan Bisseger, con registros de 3:12.226 y 3:11.143, aunque solamente este último –del que sería también ganador en la final, aunque con peor registro- aparecería en las tablas. Unas marcas que si las extrapolamos a los 4.000 metros, podrían estar en 4:16, es decir, muy cerca de meterse en las finales de un evento absoluto al más alto nivel: 4-14-742 fue el tiempo del ruso Alexander Evtushenko, que le permitió luchar por el bronce en el pasado mes de marzo en Apeldoorn.
Ninguno de los dos brillaría con sus respectivas cuartetas –aunque Gonov se llevaría la plata en la madison-, donde el tiempo de Nueva Zelanda en la final de 4:01.865, es un registro muy a tener en cuenta, inalcanzable hoy por hoy incluso para un equipo español… pero insuficiente para estar en el corte de un Mundial absoluto.
Entre el resto de fondistas mencionaremos a los australianos Lucas Plapp y Blake Quick, ganadores de la madison, así como el primero vencedor de la puntuación y su compañero, tercero en omnium; al polaco Filip Prokopyszyn, segundo en puntos y scratch, y al francés Donovan Grondin, ganador del omnium.
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¿Y España qué?
Nuevamente sin un equipo completo –solamente una fémina y ausente en las pruebas de persecución- España tuvo un papel bastante discreto, por otro lado lo esperado, en este Mundial junior en el que además la longitud de la pista -200 metros- limitaba la presencia de corredores en las finales.
Aunque puede considerarse una buena noticia la presencia de un trío de velocistas después de muchos años de ausencia, los resultados de Aritz Urra, Alberto Pérez y Ekain Jiménez no son siquiera prometedores, pero por lo menos la puerta está abierta y quien sabe si con un trabajo adecuado –actualmente inexistente- podrían ‘progresar adecuadamente’. En la velocidad por equipos fueron duodécimos –de catorce naciones-, sin que el tiempo marcado pueda ofrecer más ‘contenido’ dada la atípica distancia del velódromo suizo, sin que en ninguna prueba individual estuvieran por debajo del puesto 24.
De los fondistas, Beñat Felipe fue el único que entró en una final, la de puntuación, pero sin tener excesivo protagonismo, mientras que Naia Amondarian fue décima en omnium y decimotercera en puntuación y scratch. Y aunque tampoco tuvo presencia activa en ninguna de las pruebas, podemos otorgarle ese beneficio de la duda si se trabaja con ella de forma específica.
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