Alejandro Valverde vuelve a la selección después de
haberse ‘saltado’ los dos últimos Mundiales. En Doha no quiso estar por lo tardío
del evento en un recorrido que no le era nada propicio, como posteriormente se evidenció
con Imanol Erviti como único ‘superviviente’ español; en Bergen no pudimos
verle por culpa de ese gravísimo accidente sufrido unos meses antes en el
prólogo del Tour.
A sus 38 años, el
‘Bala’ atesora el mayor número de medallas logrado jamás por un ciclista en un
Mundial… pero sin haber podido subir al escalón más alto: Plata en Hamilton 2003 y Madrid 2005, y bronce en 2006,
2012, 2013 y 2014. Innsbruck es, posiblemente, su última oportunidad de
vestirse con el ‘arco iris’. A su favor cuenta con el recorrido y con la experiencia; en su contra,
las malas sensaciones de los últimos días de la Vuelta y un número reducido
pero muy selecto de aspirantes.
Debut con mealla en Hamilton. Foto: © Román Mendoza para RFEC |
Verona 2004 se recordará por el tercer título de Oscar
Freire,
que entraba en la historia al convertirse en el cuarto
corredor que obtenía el triplete en el Mundial, después de los míticos Alfredo
Binda, Rik Van Steenbergen y Eddy Merckx, club al que se añadía el año pasado
en Bergen Peter Sagan. Valverde fue el
lanzador de lujo del cántabro. “Sabía que tenía que preparar la llegada
para Oscar por que el más rápido. En la penúltima vuelta ya lo habíamos hablado,
le debía lanzar a falta de 400 metros, pero son adelantó Hondo y lo he hecho a
300 metros de la meta. En ningún momento he temido por la victoria, Oscar
estaba muy fuerte y mentalizado y la selección ha controlado perfectamente la
carrera. Es una sensación diferente a la
del pasado año, no he conseguido una medalla, pero lo ha hecho un compañero y
es una victoria de todos. Me siento orgulloso de ayudar a Oscar”.
De nuevo plata, en Madrid © Felix Nielfa |
El de Torrelavega fue una sensible baja por lesión un año más tarde en
Madrid, pero el murciano –ya integrado
en la estructura de Eusebio Unzue- también estuvo a punto de causar baja por
una lesión de rodilla, en el primer Mundial que se disputó con sólo nueve
ciclistas –en vez de los doce de años anteriores-. “Con nueve es más
difícil controlar y probablemente se decida en una escapada de un grupo
pequeño. Esta será nuestra baza, buscar una escapada en la que ellos no estén –se
apostaba por un Mundial para un sprinter como Petacchi, Boonen o McEwen-
Tendremos que trabajar para endurecer la carrera y para buscar ese corte que
nos favorezca. Por eso quizá vea más como favorito a un corredor como Bettini”.
Y Valverde buscó ese
corte que no llegó, por lo que tuvo que lanzar el sprint “a falta de 300 metros,
pero Boonen me ha remontando fácil porque era el más fuerte y el más rápido y
no hay que poner objeciones a su triunfo. No pienso que la fuga me haya pasado
factura ni atacar tan pronto. Y la
prueba es que esta plata me sabe a oro, porque no me la esperaba”. Por primera
vez el murciano era el gran protagonista de la fiesta en la noche del domingo
en el hotel de Madrid.
Salzburgo, tercera medalla, primer bronce. © Román Mendoza, para RFEC |
La racha de Valverde se prolongaba en Salzburgo 2006, el último Mundial
austriaco hasta la fecha, donde por fin se estrenó Paolo Bettini y el murciano
subía al podio a recoger el bronce, justo por delante de Samuel Sánchez. Un ataque del asturiano en la parte final
propició un resultado que para muchos podría haber sido aún más favorable si éste
no hubiera tensado, aunque otros piensan que fue lo que impidió una llegada
más favorable a los esprinters, entre ellos el mismo ‘Bala’. “De hecho han
llegado, pero ‘Samu’ ha estado súper fenomenal. El oro ha estado cerca, pero lo importante es que se ha conseguido
medalla”. Comenzaba a echarse en falta el arco iris, pero en el recorrido
de Stuttgart se veía una gran oportunidad… pero llegaba una época complicada
Los años difíciles
Y es que el Mundial
de 2007 estuvo marcado por esa decisión de la UCI –a instancia de la Federación
alemana- de no dejarle correr argumentando su implicación en la Operación
Puerto, a pesar de no haberse pronunciado aún ninguna sanción al respecto. La RFEC tuvo que recurrir al TAS que dio la
razón al español, que pudo presentarse en Stuttgart. “Estaba tranquilo, aunque
siempre existe un 2% de opciones de no poder correr. He entrenado bien
pensando en el Mundial, aunque algunas veces la cabeza se iba al otro tema”.
Pero lo cierto es que Valverde no entró en carrera. “Está claro que no todos los años podemos sacar medalla. Quizás todo lo
que ha pasado antes del Mundial me ha afectado en el sentido que no he podido
hacer entrenamientos muy largos. De todas formas, yo ya había ganado mi Mundial
al poder estar aquí con mis compañeros y estar a un nivel bueno”.
Ganar el cuarto
Mundial con Freire era el objetivo que anunciaba la selección en Varese 2008,
ese año mágico del ciclismo español, aunque Valverde avanzaba antes del mismo
que “tengo total libertad para moverme”. Pero a la hora de la verdad fue un Campeonato muy negativo para la selección
española, cuya táctica quedó en entredicho ante el doblete italiano, en el
que Bettini, muy hábil, hizo de cebo para propiciar el éxito de Alessandro
Ballan y Damiano Cunego.
Valverde volvió a
terminar en un puesto anónimo (37º). Tras la carrera, llegaba bastante molesto al autobús y
apenas realizaba declaraciones. “Oscar y yo estábamos en el grupo de Bettini y
esperábamos que arrancara. Samuel y Purito estaban por delante y la verdad es que al final no sabíamos que
decisión tomar. Tampoco funcionaban los walkies, así que nos quedamos sin
información de lo que pasaba en carrera y al final nos hemos quedado en ese
grupo sin atacar”. Y es que el funcionamiento de los ‘pinganillos’ ocasionó
bastantes críticas y bastantes chanzas, aunque ‘Purito’ lo dejó claro: la verdad es que nos faltó capacidad de reacción propia.
Y es que, si sales con la mentalidad de que tienes que estar pendiente del
‘pinganillo’, a la que falla algo estás perdido”.
En la linea de salida de Mendrisio © Josu Mondelo, para RFEC |
No muy lejos de ese
escenario tenía lugar el Mundial de 2009, aunque en tierras helvéticas,
concretamente en Mendrisio. Dado el mayor coste de vida de Suiza, la RFEC
reservó alojamiento en tierras transalpinas, pero la tensión Italia-Valverde
había llegado al máximo, por lo que a
última hora tuvo que optar por un segundo hotel en la misma ciudad suiza, pero
exclusivamente para los ‘pro’, para el seleccionador –que ya era José Luis de
Santos- y para un par de auxiliares “en orden a preservar el debido sosiego y
la preparación, con el que los integrantes de su selección nacional profesional
deben afrontar la cita mundialista”, según rezaba el comunicado federativo.
Con un recorrido muy
selectivo, el máximo temor de la selección era “una escapada sin control” y,
como siempre, el estado tras haber disputado la ronda española. “Hemos
terminado bien la Vuelta. Muy bien no, porque el esfuerzo de tres semanas se
termina acusando. Pero por forma y motivación no debe haber ningún problema”.
España borraba la mala imagen de Varese, con el bronce de
un ‘Purito’ que comenzó en aquel Campeonato a dar el salto de calidad hacia la
élite mundial.
Cuarto era Samuel Sánchez y noveno un Valverde que no se mostraba decepcionado por el resultado, “ya que lo importante es la medalla para el equipo, y si encima es para
un amigo como ‘Purito’, que se lo ha merecido totalmente, mejor. Hemos
realizado un buen trabajo de equipo y solamente que ha habido otros corredores
que han sido superiores”.
Fue el último Mundial del murciano por algún tiempo, cuya sanción
italiana cobraba dimensión internacional al ser refrendada por la UCI. Ni en Geelong 2010, ni en Copenhague 2011,
Valverde visitó los colores de la selección –por aquel tiempo esa impresentable
combinación rojinegra-, para volver con renovados bríos en Limburgo 2012.
De regreso, en el podio © Román Mendoza, para RFEC |
Dos medallas más
Y a tenor de sus
manifestaciones, regresaba sin ganas de revancha “Es posible que empezara la
temporada con rabia, pero se va pasando. Hay que ser deportivo, tener categoría
y clase e ir a por las victorias y no pensar en lo demás. Lo pasado, pasado”,
aunque terminaba diciendo que “no
estaría mal que McQuaid me entregara el maillot. McQuaid o cualquier otro,
claro”. Eso sí, en lo deportivo apuntaba que “otras veces he llegado con
más dudas sobre mi estado, ahora sé que llego bien al Mundial”.
El resultado, aún con
medalla y entregada por el presidente de la UCI, fue agridulce. “Valverde, no me jodas, pedalea que hay una
medalla”, fueron las históricas palabras en la retransmisión en directo de
Antonio Alix en Eurosport. Había atacado Philippe Gilbert, a la postre oro, y
el murciano se quedaba en un grupo atrás que no pudo seguir al belga, pero
dudando si tirar o esperar. “La idea era trabajar para Oscar, por lo que miré
para ver si llegaba, pero la distancia era amplia y se estaba yendo gente como
Boasson Hagen, Kolobnev, por lo que salí adelante para cazarlos y jugarme la
plata”, una vez que el belga con su ataque certificaba el triunfo, aunque al
final el murciano regresaba con el bronce. Por cierto, la despedida del ciclismo de Freire eclipsó el protagonismo de ‘Bala’ y
su medalla en el hotel de la selección.
La tristeza se mascaba en el podio de Florencia © Román Mendoza para RFEC |
Pero el Mundial más
esperado era el de Florencia, por su dureza –aunque el murciano consideraba en
los días anteriores que el recorrido de Mendrisio era más selectivo-, que se
incrementó por la continua lluvia caída durante toda la prueba. El desenlace seguramente lo recordarán
todos: ‘Purito’ y Valverde junto a Vincenzo Nibali y Rui Costa, después de que
Rigoberto Urán se descolgase por una caída. Ataque del catalán, reacción de
luso que caza, indecisión del murciano que se queda con el siciliano en vez de
cerrar el hueco. Conclusión: victoria
fácil del portugués sobre ‘Purito’ y una doble presencia española en el podio
más amarga que la hiel. Mínguez, que debutaba como seleccionador, lo
resumía perfectamente: “El oro era nuestro y lo hemos perdido. Valverde tenía
que haber salido hasta a por el motorista”. Lágrimas de un inconsolable ‘Purito’,
mientras que ‘Bala’ se justificaba: “Lo
siento. No tenía piernas, te lo juro”, aunque el tuit de felicitación
enviado al portugués, en aquel entonces compañero de equipo, tampoco contribuyó
a aliviar la tensión. Ni que decir que la cena tuvo un nulo ambiente festivo.
Ponferrada, última presencia en un podio mundialista © Ponferrada 2014 |
Sin asomo de mal
rollo entre ellos, los dos ciclistas volvían a coincidir un año más tarde en
Ponferrada, un Mundial de especial motivación para los españoles, aunque el
seleccionador advertía que “al recorrido le falta dureza, por lo que tendremos
que buscarla nosotros” y avisaba de lo que terminaría sucediendo: “Si alguien llega con diez segundos a la
última subida puede ganar”. Y ese no fue otro que el polaco Michal Kwiatkowski,
que se adelantaba al grupo de elegidos en el que Valverde se hacía con el
bronce, en su sexta y hasta el momento última presencia en un podio mundialista.
“Viendo quién me rodeaba en la última vuelta, todos los rápidos, y todos
pendientes de mi rueda, llegué a pensar
que ni siquiera conseguiría medalla”, reconocía. Y siguiendo con las
anécdotas, en Ponferrada –bueno, en concreto en el hotel de O Barco de
Valdeorrás- no hubo siquiera cena tras la carrera, ya que todos los corredores
decidieron regresar a sus casas.
Richmond 2015, el último
Mundial que ha corrido Valverde hasta la fecha, no le convencía mucho. “No es el recorrido más propicio para mí,
aunque tiene su dureza y será complicado”. Y al final, descontando ese
valiente ataque de Peter Sagan que le daría su primer ‘arco iris’, las medallas
de jugaron en un sprint en el que el murciano era quinto. “Aunque el final era
complicado, ha llegado toda la gente
rápida, y en estas circunstancias el quinto puesto es para estar contento,
porque era más gente rápida que yo, Un año más hemos estado ahí”.
No fue entonces, sino
un año antes en tierras bercianas, cuando Eusebio Unzue pronunciaba unas
palabras que, ojalá, se olviden este año y que no son sino la mejor despedida a
este repaso. “El ciclismo es injusto con Valverde, al que debe un
Mundial, por lo menos”.
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