martes, 7 de septiembre de 2010

Una deuda con el trial español

Creo que es de justicia reparar el olvido que he tenido estos días de no dedicar ni una sola línea en este blog a la selección española que ha competido en el Mundial de Trial. Es cierto que he escrito sobre ellos todo lo que he podido –con las limitaciones que da la distancia- cumpliendo mis cometidos laborales. Y que, terminado el Campeonato, “tuiteé” los éxitos de nuestros pilotos en tierras canadienses para que se conocieran de una forma más amplia.

No me basta. Por ello voy a dedicar unos párrafos de homenaje a una selección que en otras disciplinas seria la envidia mundial, pero que por ser de trial pasa casi totalmente desapercibida. Quizás porque muchos puristas consideren que subirse en una bicicleta para superar obstáculos no es ciclismo: de hecho, es la única disciplina en la que no gana el más rápido, sino el más hábil, en forma de sumar el menor número posible de puntos de penalización. A todos ellos les animaría ver el esfuerzo físico que desarrollan en una competición, especialmente en una intensa final de una hora escasa. Otros piensan que, por ser una disciplina nacida en España, es un juego y que sumar medallas es una rutina. A estos, les rebatiría diciendo que cada vez hay más especialistas de países cada vez más numerosos y alejados. Finalmente, otros detractores podrían argumentar la escisión existente entre trial UCI y biketrial. Algún día me gustaría escribir más largo y tenido sobre ello; de momento solo comentaré que hoy por hoy la disciplina UCI es mucho más importante, pero que la división no beneficia a nadie y que “hablando se entiende la gente”.

Sólo me queda recordar, pues, el triunfo de España por naciones, el séptimo ‘arco iris en ocho años del navarro Benito Ros en la categoría élite 20” –hay dos disciplinas, según el tamaño de las ruedas-, secundado por el prometedor aragonés Abel Mustieles; el histórico doblete del junior vasco Ion Areitio en ambas modalidades; o el oro de la fémina Gemma Abant. Tan sólo se ‘pinchó’ en élite 26”, si se puede llamar así a un segundo y a un cuarto puesto de Ros y Mustieles.


Por todo ello, mi enhorabuena a todos los integrantes de la selección, mi más sincero reconocimiento a sus éxitos –aunque sea tarde-, mi deseo de que otros se acuerden también de ellos, y mi pregunta de por qué la UCI no adopta para el Mundial el exitoso programa que estableció en el Mundial de Val di Sole, es decir, programar las competiciones de trial a última hora de la tarde, y en zonas urbanas, tras las competiciones de BTT, en vez de simultanearlas. Sería un espaldarazo definitivo.

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