Hace algunas semanas eran muchos los que se rasgaban las vestiduras por el innovador arranque de la Vuelta a España 2009 en tierras holandesas. Pero ahora mismo, cuando los ciclistas ya están embarcados en los aviones camino de la península, y los más sacrificados ‘forçats de la route’ tienen que recorrer más de un millar de kilómetros por carretera sin que casi nadie se acuerde de ellos, todo el mundo coincide que el periplo holandés, con epílogo en Lieja, ha sido un rotundo éxito, con muestras evidentes: desde las gradas abarrotadas del circuito de Assen hasta el seguimiento de los medios de comunicación de los Países Bajos, sin olvidarnos de las imágenes televisivas tipo Tour que vivimos estos días. Eso sí, sobró el tono folklórico flamencoide con el que, desgraciadamente, todavía nos etiquetan en Europa, aparte de algunas referencias de mal gusto sobre asuntos de dopaje, que no es el tema de este comentario.
Ojalá que las siguientes y arriesgadas apuestas de Unipublic en esta Vuelta sean igual de exitosas por el bien de nuestro deporte: la montaña alicantina y andaluza en lugar de las tradicionales escaladas pirenaicas y cantábricas, y, sobre todo, esa tercera semana descafeinada que tantas dudas plantea.
En cualquier caso, enhorabuena por apostar por la renovación donde hace falta, pero manteniendo y consolidando lo que se debe asegurar. ¿Septiembre? Por ejemplo.
Ojalá que las siguientes y arriesgadas apuestas de Unipublic en esta Vuelta sean igual de exitosas por el bien de nuestro deporte: la montaña alicantina y andaluza en lugar de las tradicionales escaladas pirenaicas y cantábricas, y, sobre todo, esa tercera semana descafeinada que tantas dudas plantea.
En cualquier caso, enhorabuena por apostar por la renovación donde hace falta, pero manteniendo y consolidando lo que se debe asegurar. ¿Septiembre? Por ejemplo.
Fotografia: © Unipublic
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