En más de una ocasión me he referido a la suerte que tienen en otros países, incluso con menos tradición que en España, a la hora de ver editados numerosos libros sobre ciclismo y ciclistas. Aquí, sobre nuestros ídolos contemporáneos, solamente se puede encontrar algo referido a Miguel Indurain, Perico Delgado, Joane Somarriba y poco más. Pronto leeremos algo sobre Contador –seguro-, pero echamos en falta publicaciones sobre ciclistas tan atractivos –desde el punto de vista deportivo o humano- como Oscar Freire, José Antonio Hermida o Joan Llaneras. Y no es porque no tengamos ‘plumas’ dispuestas.
En Australia, por ejemplo, encontré hace ya varios años un sugerente ‘Aussie, aussie, aussie. Australian cyclists in 100 years of the Tour of France’. Supongo que no sería un ‘best seller’, pero es lo suficientemente significativo sobre los temas que despiertan el interés de los lectores y las editoriales. Y este ambiente es lo que permite que 'Close to Flying' -Cerca de Volar-, la autobiografía de Cadel Evans, esté batiendo records de ventas y acercando a los aficionados ‘aussies’ la figura del campeón más gris de los últimos tiempos, a pesar de sus podios en el Tour. Su carácter reservado le alejaba de esa popularidad que se le exige cada vez más a los grandes campeones, pero ahora, gracias a su triunfo en el Mundial de Mendrisio, aderezado con una hábil política de relaciones públicas, es el octavo deportista australiano más popular –pese a no residir allí y ser Australia el país más deportista del mundo- y muchos recién nacidos se llaman Cadel o Evans en su honor. Y también hemos descubierto muchas facetas interesantes de su vida… de las que sabréis más si leéis el libro.
Teniendo en cuenta que el ‘arco iris’ ya ha anunciado que empezará el 2010 en el ‘Down Under’ y que el Mundial tendrá lugar en Melbourne, la explosión del ciclismo de carretera en Australia va a ser espectacular.
Francia, por otro lado, es un auténtico paraíso para los bibliófilos. No tanto como Italia o Bélgica, donde impresiona ver los escaparates de las librerías completamente repletas de decenas de libros distintos de ciclismo cuando hay un evento de alto nivel, como un Mundial. Pero en cualquier tienda la oferta es infinitamente mayor que en España.
Y el protagonista del segundo libro es bastante más conocido –y desde luego, más vilipendiado- que Evans: Laurent Fignon. El parisino, en una lucha desigual contra un cáncer de páncreas que posiblemente haya contribuido a incrementar su ya habitual e incluso excesiva sinceridad, ha escrito también su autobiografía, con el sugerente título de ‘Nous étions jeunes et insouciants’, Éramos jóvenes y despreocupados.
Se habló mucho, cuando se supo que lo estaba escribiendo, de que iba a ser una denuncia del dopaje en su época. No va por ahí, aunque no rehuya el tema más controvertido del ciclismo actual. Lo mejor de este libro, aparte de su dinamismo narrativo, y la enésima confirmación de su carácter ácido pero honrado, es la teoría que su generación fue la última en la que los ciclistas eran ciclistas, “locos, pero dignos”. Al contrario que a Evans, este libro no le va a hacer más popular, pero también va a ser fundamental para valorar al parisino en su justa medida.
Ninguno de los dos ha llegado a España y, desgraciadamente, posiblemente nunca lo harán traducidos. No obstante, este mundo cada vez más globalizado nos da la ventaja de poderlos adquirir fácilmente por Internet. ¿Os animáis como yo?
Teniendo en cuenta que el ‘arco iris’ ya ha anunciado que empezará el 2010 en el ‘Down Under’ y que el Mundial tendrá lugar en Melbourne, la explosión del ciclismo de carretera en Australia va a ser espectacular.
Francia, por otro lado, es un auténtico paraíso para los bibliófilos. No tanto como Italia o Bélgica, donde impresiona ver los escaparates de las librerías completamente repletas de decenas de libros distintos de ciclismo cuando hay un evento de alto nivel, como un Mundial. Pero en cualquier tienda la oferta es infinitamente mayor que en España.
Y el protagonista del segundo libro es bastante más conocido –y desde luego, más vilipendiado- que Evans: Laurent Fignon. El parisino, en una lucha desigual contra un cáncer de páncreas que posiblemente haya contribuido a incrementar su ya habitual e incluso excesiva sinceridad, ha escrito también su autobiografía, con el sugerente título de ‘Nous étions jeunes et insouciants’, Éramos jóvenes y despreocupados.
Se habló mucho, cuando se supo que lo estaba escribiendo, de que iba a ser una denuncia del dopaje en su época. No va por ahí, aunque no rehuya el tema más controvertido del ciclismo actual. Lo mejor de este libro, aparte de su dinamismo narrativo, y la enésima confirmación de su carácter ácido pero honrado, es la teoría que su generación fue la última en la que los ciclistas eran ciclistas, “locos, pero dignos”. Al contrario que a Evans, este libro no le va a hacer más popular, pero también va a ser fundamental para valorar al parisino en su justa medida.
Ninguno de los dos ha llegado a España y, desgraciadamente, posiblemente nunca lo harán traducidos. No obstante, este mundo cada vez más globalizado nos da la ventaja de poderlos adquirir fácilmente por Internet. ¿Os animáis como yo?
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