Dicen los más viejos del lugar –algo que yo no lo llegué a conocer- que en sus orígenes estadounidenses, muchas de las competiciones de BTT se componían de cross country y descenso, con los mismos participantes que, en dos jornadas, se enfrentaban en ambas disciplinas. Incluso en los inicios en España, a principios de los noventa, hubo ‘bikers’ que simultanearon XC y DH con bastante fortuna, como los hermanos Misser –especialmente Tommy- o el gallego José Manuel Comesaña.
Pero las dos disciplinas comenzaron a diferenciarse, a separarse, al parecer irremediablemente, tanto en practicantes como en las propias máquinas. Incluso nacieron variantes como el maratón, el eliminator, el dual slalom o el four cross que contribuyeron a que todo se pudiera agrupar con dos etiquetas –endurance o gravity- bien diferenciadas. Incluso los Campeonatos del Mundo de 2012 han seguido esta tónica: se disputarán en el mismo país, Austria, pero en dos fines de semana consecutivos y en distintos escenarios: Leogang para los ‘descenders’ y Saafelden, para el rallye.
Y digo al parecer, porque en estos últimos años han surgido dos disciplinas que quieren combinar lo mejor del XC con el DH, con máquinas híbridas que huyen de la especialización buscando la polivalencia. Y con participantes que quieren disfrutar con lo mejor de las dos modalidades básicas del BTT.
La primera de ellas es el enduro, que comienza a ser bastante popular no sólo en Europa, sino en España, hasta tal punto que en 2012 se organizará el primer gran circuito nacional auspiciada por la RFEC.
Pero no me quería referir a esta primera, sino a la segunda, que no tiene tanto éxito en Europa, pero que cosecha un gran número de seguidores no sólo en Estados Unidos –su origen, como casi todo lo que se refiere a la BTT-, sino en otros países anglosajones como Australia y Nueva Zelanda, donde esta disciplina mixta fue incluida en los últimos Campeonatos de Oceanía, celebrados hace apenas diez días en Rotorua.
Me refiero al Súper D, una denominación de la que no he encontrado su origen etimológico, aunque me comentan –¡gracias Yago!- que será por SuperDownhill. No obstante no es un calificativo muy preciso ya que nos hace pensar en un descenso extremo, cuando se trata en realidad de un descenso más largo, pero bastante menos técnico, con tramos llanos e incluso alguna zona ‘uphill’ donde hay que pedalear en serio. Y es que el nombre ‘downhill cross country race’ es menos original, pero bastante apropiado.
Aquí os traigo una ‘promo’ de uno de los circuitos norteamericanos más populares, las Oregon Super D Series. Ahora está por ver si esta experiencia se extiende por Europa –corredores como Fumic o Fontana ya se probaron, en la Sea Otter Classic hace dos años, y con buenos resultados-, si llega a nuestro país y, sobre todo, si alcanza la cima del ciclismo en Suiza, en Aigle.
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