Hasta cinco días de la Vuelta en Galicia nos
permiten incidir en la escasa presencia de aquella Comunidad en el pelotón de
la ronda. Pero no voy a hablar de lo que se pueda echar en falta a un proyecto como
el del Xacobeo o similar, sino simplemente recordar que los dos corredores de
aquella tierra más destacados en estas últimas semanas han sido protagonistas no
muy lejos de Galicia, exiliados en la vecina Portugal.
De uno de ellos se ha escrito mucho, afortunadamente, en este fin de
semana. No es otro que el gallego David Blanco, que ha hecho historia en la
Vuelta a Portugal al conseguir su quinta victoria absoluta en la ‘Grandissima’,
convirtiéndose en el primer corredor que alcanza esta cifra. "Si soy algo,
es gracias a Portugal. Ellos me dieron la oportunidad profesional y me quieren
como si fuera portugués", declaraba recientemente el gallego, un corredor
hecho, primero, y consolidado, después, en el país vecino y que no pudo
demostrarlo en el nuestro.
Con ser importante este triunfo por lo que
significa de ‘hito’, me quedo con lo que emocionalmente le supone. “Ésta es la
victoria más querida de las cinco, la necesitaba, mi corazón me la pedía -se
sinceraba David Blanco ante las cámaras de la RTP portuguesa- Cuando alguien
logra aquello que más desea y disfruta mientras lo consigue, es indescriptible.
A veces los sueños se hacen realidad”. Así se lo tuiteé antes del comienzo de
la ronda y así ha sucedido.
Y es que detrás quedaban muchos meses difíciles,
para preparar cómo afrontar ese sueño. Buscando un equipo que le permitiera esa
opción de acceder en condiciones al salto de su quinta ‘Grandissima’; quemando
etapas en otras carreras con la ronda lusa como único objetivo. Y entrenando en
Navacerrada como un juvenil para llegar a la salida de Castelo Branco,
cumpliendo ese sueño diez días después, tras un golpe de maestro en la Sierra
de Estrela y una defensa sin contratiempos en la crono de Leiria.
Pero no me quiero olvidar de otro gallego, Alejandro
Marque, ganador el sábado de la contrarreloj, demostrando una vez más su talla
de rodador, que esta temporada le ha valido lograr la medalla de bronce en el
Campeonato de España contrarreloj, celebrado en Béjar, y una etapa en la Vuelta
a Asturias, esta vez en línea, pero con una larga escapada en la que demostró
sus condiciones. Sin duda Marque –que jamás ha militado en una escuadra
nacional- está pidiendo a gritos un hueco en el pelotón español, donde pueda
seguir exhibiendo sus excelentes maneras.
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