sábado, 22 de septiembre de 2012

Diario de otro Mundial (9): El ciclismo no es cosa de mujeres, ¿verdad Vos?


Siempre he dicho que el ciclismo como mejor se ve es por televisión. Pero la pantalla no transmite ese sentimiento y esa emoción que solo se puede vivir ‘in situ’. Por ejemplo, en la recta de llegada de una carrera ciclista como la de hoy, el Campeonato del Mundo de féminas. Con miles de aficionados en las cunetas –“jamás había visto tanta gente en un Mundial femenino”, comentaba el seleccionador español-, con cientos de ‘supporters’ embutidos en chaquetas azules del club de seguidores de Marianne Vos. Y con el padre de la criatura, con una llamativa chaqueta naranja, prácticamente a mi lado, conteniendo las lágrimas como podía, y al que no he podido por menos de felicitar efusivamente por el éxito de su hija.

El temor más o menos evidente que se transmitía ante la generosidad del esfuerzo de la ciclista holandesa se ha roto definitivamente entre el griterío de los aficionados naranjas cuando Vos se ha ido cómo, dónde y cuándo ha querido. En el mítico Cauberg, que siempre quedará ligado a la gesta de la mejor ciclista de todos los tiempos.

No voy a volver a escribir lo que pienso de la holandesa, que ganó aquí precisamente el Campeonato de Europa de 2006, en su primera campaña en la máxima categoría y que también tuve la suerte de presenciar, aunque entonces sin ninguna dosis de emoción. Pero si puedo decir que este quedará como uno de los grandes momentos ciclistas que he tenido la suerte de presenciar. De compartir, de vivir.

Y para que luego digan que el ciclismo no es cosa de mujeres.

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