Hace algunos días, FreakyBikes –autodefinido
como el portal alternativo del mountain bike- nos remitía una encuesta sobre el
enduro. Aunque la respuesta completa a la misma se remitió por los cauces
oficiales –y cumplimentada por una
persona con un conocimiento bastante más profundo que el mío-, un par de
preguntas de la misma me han rondado por la cabeza durante algún tiempo, ya que
son cuestiones simples pero envenenadas, hasta que he plasmado esta
respuesta-reflexión.
¿Es esta
la especialidad ‘definitiva’ del mountain bike?, preguntaban. Siempre he alabado el dinamismo del ciclismo de montaña en relación con el de carretera, mucho más encorsetado. Pero estas
nuevas iniciativas no son lineales, sino que se expanden de forma divergente,
creando alternativas para ‘bikers’ de perfiles muy distintos. Y eso es muy
bueno. Por ello no creo que el enduro sea un fin, sino un paso más, aunque con
enormes posibilidades en lo referido a su práctica, como me comentaba Tommy Misser: “Es una disciplina muy interesante,
para competir con los amigos”, aunque advertía que “hay que estar bien
preparado física y mentalmente”.
No obstante, presenta dos ‘debilidades’. Por
un lado, el excesivo celo de las autoridades medioambientales, al menos en
determinados puntos de la geografía española, donde la bicicleta sigue siendo
tratada incomprensiblemente como antiecológica. Y por otro, que exige muchos
requerimientos técnicos, tanto para su control como para su posible difusión.
Claro que en este punto, las tecnologías no dejan de sorprendernos día a día.
La respuesta a la segunda pregunta parece
evidente, pero también da que pensar ¿Se separará el enduro de la UCI, creando su propio camino
de forma independiente? El mountain bike fue mucho más
crítico –y separatista- en sus inicios en los años ochenta y noventa, y no
solamente está perfectamente integrado hoy en día sino que, como decía, tiene
un trato preferente por la UCI en cuanto a capacidad de reacción y adaptación.
Por ello me extraña,
y mucho, que la UCI no vaya a poner en marcha en este 2013 como había prometido
su Copa del Mundo de Enduro y que haya sido una iniciativa ‘privada’ –y sobre
todo, ajena e independiente- la que haya ganado esta carrera con las Enduro WorldSeries. No es –por lo menos a día de hoy- una amenaza a la UCI, pero si una
excelente oportunidad perdida.
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