Hace
poco más de un mes, Fran Reyes nos deleitaba con un notable artículo sobre el significado oculto del equipo High Road, ese matiz de ‘la vía correcta’ con la
que Bob Stapleton bautizó a su estructura, tras los asuntos de dopaje que salpicaron
a su matriz, el T-Mobile.
Por
eso ayer, cuando se presentó el ‘Blanco Pro Cycling Team’ como heredero del
Rabobank, lo primero que pensé fue en un paralelismo, en un significado más o
menos evidente de renovación, de tabla rasa, de renacimiento, confirmado al leer
la nota de prensa: “Un nuevo equipo, un nuevo comienzo, un
lienzo en blanco. Los corredores del Blanco Pro Cycling Team y el staff están
decididos a crear un futuro optimista y transparente”.
Me sorprendía, sin embargo, que se hubiera elegido un vocablo español, y más teniendo en cuenta la fama que nos hemos ganado, y cómo nos miran, allende los Pirineos. ¿Por qué no, mejor, White Team o simplemente Wit Team, en holandés?
Y
es que si hubiera sabido algo de esta lengua mi reflexión hubiera durado unos
segundos, los justos en recibir la respuesta de mi colega Philip que me ha
precisado que el ‘blanco’ holandés es equivalente al ‘blank’ inglés. Es decir, perfectamente
traducible por hueco o vacío castellano. O en blanco.
Vamos,
que filosofías de renovación aparte, el maillot del ex Rabobank lo que espera
es simplemente un patrocinador que llene ese ‘blanco’, por mucho que sea
deseable que asuma la herencia de uno de los mejores patrocinadores que ha
tenido el ciclismo mundial en su historia.
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