Apenas faltan tres días para que arranquen los Campeonatos de España de ciclismo en la localidad leonesa de Bembibre. Será la tercera vez que unos Nacionales –en su máxima categoría- recalen en la provincia de León, con dos precedentes muy distintos.
La primera vez fue en 1978, cuando el Campeonato profesional
era una prueba independiente de las demás categorías. Fue en Villablino, capital
de la comarca de Laciana, con una importante tradición ciclista que incluía una
prueba de ‘pros’, el Gran Premio Caboalles, y un destacado corredor en los
sesenta, José López Rodríguez, olímpico en México, y sexto en la Vuelta a
España de 1967.
Los finales de los setenta fue una época de cambio, muy difícil
para el ciclismo español, que no supo encontrar el relevo a la maravillosa
‘hornada’ de los Ocaña, Fuente, López
Carril, Aja, Gandarias, Perurena y compañía, con aquella llamada ‘generación
perdida’. Eran los tiempos del final del dominio del Kas y la naciente oposición
de Teka, aunque sólo se plasmara a nivel nacional. Y de los guerrilleros del
Novostil o el Transmallorca, con el inolvidable Rafa Carrasco.
Aquel Nacional fue un duelo entre los dos equipos punteros,
que se dilucidó en un sprint casi masivo entre una treintena de los corredores
que acabaron la prueba –pocos más- y en la que Teka perdió sus opciones por
caída de sus dos hombres más rápidos en la llegada –Eulalio García y Javier
Elorriaga-, lo que propició la victoria de Enrique Martínez Heredia (Kas),
precisamente el más claro exponente de aquella ‘generación perdida’, por
delante del asturiano Luis Alberto Ordiales.
Tuvieron que pasar 23 años hasta la segunda presencia
leonesa, esta vez en la capital y con una fórmula muy similar a la actual, con todas
las categorías agrupadas en dos fines de semana. El primero, en junio, con las
principales categorías y los tandems de la ONCE; el segundo, en septiembre
–pocos días después del tristemente famoso 11-S-, con juniors y masters.
También era muy distinto el panorama competitivo, ya que junto
a los seis equipos pro –Kelme, Ibanesto, ONCE, Euskaltel, Colchón Relax y
Jazztel-Costa de Almería- se le unieron los mejores equipos élite del panorama
nacional, aunque sin recompensa específica para el mejor clasificado, que se
instauraría un año más tarde.
La carrera parecía que iba a dilucidarse al sprint, pero el
viento propició una fuga de tres corredores que decidiría las medallas, con
Iván Gutiérrez superando a Santi Blanco y Aitor Garmendia. Era el segundo
título del cántabro –el año anterior había ganado contra el crono- de los seis
que suma el ciclista más laureado en esta cita. Santos González
se llevaba el maillot rojigualdo en la prueba contrarreloj, dando el doblete a
la ONCE.
A partir del jueves, Bembibre, una localidad de población
similar a la de Villablino, es decir, una de menor tamaño en acoger los
Campeonatos de España en los últimos años, capital de El Bierzo Alto, y también
con una importante relación con nuestro deporte, aunque sea más trágica.
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