Si los Campeonatos de España han puesto a Bembibre en el
mapa ciclista durante este fin de semana, y con una notable afluencia de
público, no es menos cierto que la capital de El Bierzo Alto estuvo de moda en
el pelotón profesional a finales de los noventa y principios de la década
anterior, gracias a un puerto llamado El Redondal, que acogió cuatro llegadas
de la Vuelta a Castilla y León.
Se trataba de un puerto no muy largo, de 6,5 kilómetros,
pero con rampas de hasta el 22%, y un desnivel medio del 9,3%, y que se
caracterizaba por sus tramos de hormigón en el que el agarre de la bicicleta
multiplicaba su dureza. Tanto es así que se le llegó a llamar El Angliru leonés
o el Mortirolo berciano.
Tuve la suerte de vivir aquellas llegadas, con victorias
de Leonardo Piepoli (1999), Paco Mancebo (2000), Javier Pascual Llorente (2001)
–todos ellos cuando la ronda se disputaba en verano- y Juanmi Mercado (2002)
–en las fechas de mayo-, cuando parecía que el granadino iba a ser el gran
ciclista de la década.
Y por mal estado de la calzada, Luis
ResponderEliminarEs decir que hoy en día es, ¿imposible subirlo en bicicleta de carreras?.
ResponderEliminarAgradecería que me lo aclarase algun aficionado de la zona.
Imposible subirlo, totalmente desgarrado excepto la primera parte hasta Turienzo y las curvas hormigonadas. En bici de carretera quizás puedas subirlo, pero bajarlo...
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