Posiblemente se puedan sacar muchas conclusiones de lo que ha sido estos cuatro días y medio de Campeonatos de España. Sin embargo, me voy a centrar solamente en cuatro, en una por jornada a modo de inicio de un debate que ya está abierto y que espero que se retome cuando se planifiquen los Nacionales de 2014.
1. ¿Pequeñas poblaciones? Una vez más se ha demostrado que
el ciclismo es un deporte que engancha mucho más en las pequeñas poblaciones
que en las grandes ciudades. Bembibre se volcó con los Nacionales, algo que no
habría sucedido de igual forma en una capital de provincia, por ejemplo. En
cuanto a agrupar todas las mismas pruebas en una misma sede, desde luego es una
indudable comodidad para todos.
2. ¿Es posible otro formato para las féminas?
Independientemente de que cuarenta sea un número demasiado reducido para un
pelotón femenino -pero no hay más, desgraciadamente-, la realidad del Nacional
es la presencia de dos selecciones muy fuertes –Euskadi y Cataluña- y el resto
individualidades, aunque compitan por autonomías. Y si el terreno no es
suficientemente selectivo como el año pasado, nos podemos encontrar con carreras
desvirtuadas como la del sábado, aunque el mérito de Ane Santesteban esté por
encima de cualquier discusión.
3. ¿Tiene sentido el Campeonato de España élite? En 2005
se creó esta carrera de forma independiente para que pudieran acceder al
‘rojigualdo’ todos los élites no profesionales, sin que se sobredimensionara el
pelotón al competir junto a los pros. Pero ahora, con sólo ochenta ciclistas en
liza el sábado, y otros tantos el domingo, ¿no se podrían fusionarse las dos
categorías en una sola prueba? Para los élites –muchos de ellos ex
profesionales sin hueco, pero con clase suficiente- podría ser luna gran ocasión
de medirse contra sus ex compañeros para buscar una segunda oportunidad. Eso
sí, el premio adicional del maillot rojigiualdo no se cuestiona.
4. ¿Se puede o debe obligar a los profesionales a asistir
a un Nacional? A todos nos duele la diferencia del nivel de compromiso entre
algunos corredores. En vísperas del gran objetivo del Tour de Francia es de
agradecer el de un Alejandro Valverde, que no fue protagonista, pero pudo
serlo. No como otros que prefirieron descansar o incluso entrenarse fuerte sin dorsal
(cuando podrían haberlo hecho mejor que en cualquier otro sitio en Bembibre). Incluso
también hay diferencias entre los que después del Giro prefieren descansar a
los que aún siguen corriendo, aunque sea a más bajo nivel, como Beñat Intxausti
o Fran Ventoso. En este sentido, Josu Garai recordaba ayer las palabras de Koldo
Fernández de Larrea hace un año. “Yo lo tengo claro. Quien
quiera estar en los Juegos Olímpicos o en el Mundial, debería tener la
obligación de correr los Campeonatos, porque los corredores, si no, buscan la
comodidad”.
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