Tras la consagración en el pasado Giro de Italia de los Rigoberto Urán, Carlos Alberto Betancur o Sergio Luis Henao, y a la espera de lo que pueda hacer el debutante Nairo Quintana –sin exigencias en el presente Tour-, y con un buen número de prometedores corredores en otras escuadras, Colombia es uno de los focos de interés del ciclismo actual, con esa generación que ojalá coja el testigo de los Lucho Herrera, Fabio Parra, Martín Ramírez o Pacho Rodríguez, que tantos días de gloria dieron a nuestro deporte en los ochenta, lamentablemente sin continuidad.
Sin embargo, el
ciclismo colombiano tiene muchos más precursores exitosos. Y no me refiero al
legendario Martín ‘Cochise’ Rodríguez, el primero que recaló en la vieja Europa
–sin mucho éxito, por cierto-, sino a un ‘pedalista’ del que apenas conocía
nada, y al que he encontrado casi por casualidad, que responde al nombre de
Ramón Hoyos, conocido cariñosamente en su tierra como Don Ramón de Marinilla,
la primera gran figura del ciclismo colombiano, ganador cinco veces de la gran
ronda de su país de 1953 a 156 y en 1958, y hoy ya octogenario.
A raíz de sus
triunfos fue plasmado en una de las obras de pintor y escultor colombiano Fernando Botero, llamada Apoteosis de Ramón Hoyos, así como una pieza musical de Los Trovadores del Recuerdo.
Y no hace falta ni
que decir que el apodo por el que fue conocido, ‘El escarabajo de la montaña’,
ha servido para dar nombre a todos los ciclistas de aquella nacionalidad.
Hace unos días leí un artículo sobre Fuentes y pensaba que tal que hubieran conocido a Ramón Hoyos, entre otras cosas, con una historia muy similar a la de Fuentes y, además contemporaneo. Ramón Hoyos, pudo tener condiciones para luchar de tu a tu con Fuentes, no voy a decir que fue mejor, eso nunca se sabrá y no importa, pero que era bueno, era muy bueno. En Colombia, se discute si el mejor ciclista de todos los tiempos fue Cochise, Herrera o Ramón Hoyos.
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