No deja de ser curioso que toda la antipatía que despierta el Team Sky se traduce en simpatía unánime cuando se habla del Orica GreenEdge, el equipo más mediático del presente Tour de Francia y por tres hechos muy distintos: el ‘bouchon’ provocado por el autobús del equipo el primer día –y que se tradujo en poner a caldo a los gabachos, nunca a los ‘aussies’-, el estreno en el Tour a cargo de Gerrans –precisamente por delante de un Sagan que tampoco cuenta con muchos adeptos por sus manifestaciones extradeportivas-, y la victoria en la crono por equipos de ayer, lo que supuso no tener que escribir del odiado Sky.
Los dos equipos son representantes de la mundialización
del ciclismo, de los proyectos de dos personas que un día quisieron formar un
equipo nacional para agrupar a los mejores corredores de sus naciones en un
éxodo histórico, dispersos entre los equipos europeos. La única diferencia es
que mientras que Dave Brailsford se apuntó unos objetivos a medio plazo que ya
ha cumplido a base de rigor, Gerry Ryan va sin prisa pero sin pausa… aunque ya
he leído por ahí que pretende a Richie Porte como la guinda de su proyecto para
acceder a las más altas cotas, aunque de momento tendrá que esperar. Eso sí
trabajando, como el Sky, con algunos jóvenes que han salido de la pista, como
es el caso de los hermanos Meyer, Luke Durbridge o Michael Hepburn, a la espera
de su transformación en ruteros completos. ¿Cómo un tal Wiggo?
He leído en estas horas que esa camaradería y buen
ambiente y ese espíritu de equipo –plasmado en una excelente utilización de las
redes sociales y especialmente de YouTube, con ese histórico Call Me Maybe- es
algo fundamental en la buena imagen de los ‘aussies’, por otro lado un pueblo mucho
más abierto que los ‘pommies’. Incluso la recuperación de Matt White tras el
informe de la USADA no ha tenido demasiada oposición, quizás por la presencia como
abanderado del polifacético y políglota ‘Cocodrilo Dundee’ Neil Stephens.
Soy el primero que me alegro de los éxitos del Orica –no en vano, mi vinculación con Australia está muy clara desde el mismo nombre de este blog-. Pero sigo sin comprender por qué unos nacen con estrella y otros, estrellados.
Sky expresó, incluso con declaraciones públicas, la voluntad de ser diferentes desde el mismo día de su creación. GreenEdge sólo quería ser un equipo más: uno australiano, con todo su carácter y su idiosincrasia, pero uno más al fin y al cabo -no digo que vaya por ahí la historia, pero bueno-.
ResponderEliminarOpino parecido a Daniel, aunque con matices: Orica no cae mal porque no se le ve como rival para nuestros corredores. Si tuvieran un ciclista con aspiraciones, como rival de Contador para el Tour de Francia, veríamos si se piensa lo mismo.
ResponderEliminarDetrás de toda esa juerga, esas risas, ese buen rollo, hay un trabajo metódico descomunal desde hace muchos años, hay srm, día si y día también, hay vatios, hay potenciómetros y hay muchos días de convivencia fuera de temporada. Están dando en las teclas de este deporte. Hace falta que todo el equipo viva junto como un equipo de fútbol y no alejados, que tengan una sede social, que no estén aislados. Eso hace buen rollo y buen entreno. Y se les nota
ResponderEliminarGracias Joseba. A eso me refiero, a que siendo los métodos de preparación e incluso la base de corredores tan parecida entre los británicos y los australianos, ¿por qué el Sky ofrece una imagen tan antipática, cuando estoy seguro de que no hay mal rollo en el equipo británico, mientras que el Orica cae tan simpático a todos? ¿Es sólo por su política de comunicación, tanto a nivel personal como de redes, o hay algo más, independientemente de que sea racional o simplemente visceral? En mi caso te puedo decir que admiro tanto el trabajo de unos como de otros. Y como decían los dos primeros comentarios, quizá sea también una cuestión de percepción: Sky es un enemigo potente; Orica (todavía), no. Un abrazo
EliminarYo sigo el ciclismo esporádicamente, pero las declaraciones en los medios de los protagonistas de uno y otro equipo son muy diferentes. Y por lo poco que sé, el comportamiento dentro del pelotón también.
ResponderEliminarLas amistades entre los ciclistas de diferentes equipos también se notan mucho. Todo suma y el que un ciclista de otro equipo los alabe o les haga un guiño cuando habla en la prensa, se nota.