Hace un año y poco menos de un mes, escribí un post, con el título “Euskaltel: Que todo cambie para que todo siga como está”, en el que se transmitía el nacimiento de una nueva etapa para el equipo vasco, “adaptando la estructura a las exigencias actuales del ciclismo de élite”, en un proyecto que rezumaba ilusión y compromiso…
…y que apenas ha durado una temporada.
Como contaba entonces, creo que ese paso adelante era lo
único que podía hacer el equipo vasco para garantizar su supervivencia, aunque
el tiempo ha demostrado que las consecuencias han sido justamente las
contrarias. Y hoy, 20 de agosto de 2013, han dicho adiós.
¿Por qué?
¿Por qué?
1. Euskaltel, como empresa, se ha sentido engañada, ya que
ha tenido que aportar mucho –pero que mucho- más de lo que pensaba. Y claro,
así no quieren seguir. Nadie puede echarles en cara esto… aunque sí algunas
otras actitudes para con respecto al equipo que ya no vienen al caso comentar.
2. Las instituciones vascas han aprovechado la coyuntura
económica para no significarse con nadie tras la separación
Fundación-Euskaltel. Y eso ha sido el principio de fin para el equipo proTour… pero
también para el continental, que tiene los días contados según ya han avisado. Evidentemente
las instituciones tienen otras prioridades, y más en estos tiempos de crisis.
Pero si realmente hay un compromiso, éste se debe respetar.
3. La entrada de un segundo patrocinador podría garantizar
la continuidad… pero nadie, absolutamente nadie, se ha interesado, al menos a
día de hoy. Ni empresas vascas movidas, quizás, por el romanticismo y por la
tradición, ni ninguna de todo el mundo entero, amparadas en la rentabilidad
publicitaria –cierta pero mal vendida- de este deporte.
A falta de lo que puede significar en un futuro próximo, y
distinto, la existencia una licencia UCI en vigor y los contratos de catorce
corredores –que no son uno ni dos-, lo cierto es que se trata de un palo muy
importante para el ciclismo español, que se queda con un solo equipo ProTour y
otro continental, a la espera de lo que suceda a nivel continental, donde este tipo de equipos son hoy por hoy más necesarios que nunca.
Para el ciclismo vasco en sí, el mazazo es ante todo sentimental,
tras veinte años de existencia de un proyecto que se convirtió en un verdadero
símbolo. Y es que –con o sin Euskaltel- los aficionados seguirán siendo marea
en las carreteras vascas, francesas o españolas en los grandes eventos
deportivos. Y los ciclistas de Euskadi no dejarán de ser protagonistas en las
carreteras a partir de 2014 como lo fueron antes de 1994, aunque tengan mucho
más difícil acceder a una plaza del pelotón profesional. Como cualquier otro
del estado español.
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