lunes, 19 de agosto de 2013

Líderes de todos los colores en la Vuelta a España

De casi todos los aficionados es sabido que el color amarillo del maillot de líder del Tour de Francia está asociado a las páginas del periódico que organizaba la prueba, ‘L’Auto’, que es el precursor del actual ‘L’Equipe’, aunque éste ya con páginas blancas. Una prenda que nació con el objetivo de que el público pudiera distinguir al mejor corredor.

Ese primer maillot amarillo se adjudicó en la edición de 1919, pero no al principio del Tour, sino al comienzo de la undécima etapa, que transcurrió entre Grenoble y Ginebra, un 19 de julio. El honor recayó en el entonces líder, el francés Eugène Christophe, uno de los mejores corredores de la época pero que nunca ganó el Tour: precisamente ese año cedió el liderato por culpa de una avería en la penúltima etapa, aunque no tan conocida y trágica como la que le impidió ganar el de 1913.

El Giro de Italia no fue nada original en ese sentido, ya que también adoptó el color del periódico organizador, el rosa de ‘La Gazzetta delllo Sport’, aunque tardó doce años en imitar al Tour. Pero a diferencia del rotativo francés, este tono aún se mantiene en las páginas del diario deportivo milanés. En concreto, fue en 1931 y sí lo hizo al comienzo de la prueba: el ganador de la primera etapa, disputada entre Milán y Mantua un 10 de mayo, se endosó la preciada ‘maglia’: Fue Learco Guerra, un corredor nacido precisamente en dicha localidad.

Si el Tour y el Giro han tenido un solo organizador en su historia, la Vuelta a España ha conocido bastantes, comenzando por el diario ‘Informaciones’, siguiendo por Educación y Descanso y por el periódico ‘Ya’, todos ellos en la década de los 30 y 40, antes de pasar a ‘El Correo’ y finalmente a Unipublic. Pero no se puede decir que ninguno de ellos tuviera una influencia decisiva en el color del maillot, salvo en estos últimos años.

De hecho, el naranja fue el primer color, en las ediciones republicanas de 1935 y 1936, sin que haya podido encontrar documentación que justificara dicha elección; en 1941 se pasó al blanco para volver en 1942 al naranja, y pasar en 1945 al rojo. De 1946 a 1948 se pasó a uno de color blanco con una franja roja. En esos años, hay que hacer mención a la curiosa edición de 1936: todos los corredores españoles llevaban un maillot gris; los extranjeros, uno verde; el líder, el mencionado naranja y el último clasificado, uno rojo.

El maillot amarillo en la Vuelta apareció en la edición de 1950, la última organizada por ‘Ya’. Tras unos años sin organizarse la carrera, en 1955 cogió las riendas el periódico vasco El Correo Español que mantuvo dicho color hasta que dejó de organizar la prueba, en 1979. No obstante, la edición de 1977 supuso un cambio en el color de dicha prenda, ya que fue naranja, pero no por razones históricas sino por exigencias del patrocinador, que no era otro que Butano.

El actual organizador de la Vuelta siguió con el amarillo hasta que en 1999 quiso por dar un toque personal a esta prenda, creando el jersey oro. Igor González de Galdeano, ganador del prólogo de Murcia el 4 de septiembre, tuvo el honor de ser el primero en vestir la casaca dorada, que no cuajó ni en su denominación, ni en el color, por razones técnicas, por la dificultad de reproducir en la tela un tono que realmente recordara al oro. Personalmente, pienso que fue una excelente elección que, desgraciadamente, no se pudo materializar de la forma idónea.

En 2010, para celebrar las bodas de platino, Unipublic decidió cambiar el oro por el rojo, ese color vinculado tradicionalmente al fútbol español y que se quiso extender, con éxito desigual, a todo el deporte patrio. Incluso se quiso dar una vuelta de tuerca más, con la presentación de una camiseta distinta, que se encargó al diseñador catalán Custo y que causó verdadero pánico por su atrevimiento guepardiano.

Unos meses después, concretamente el 28 de agosto, la que se enfundó Marc Cavendish en Sevilla tras ganar el HTC-Columbia esa crono por equipos nocturna en Sevilla -una experiencia que ojalá se repita-, era mucho más sencilla, pero tan deseada como las que habrá en juego a lo largo de esta Vuelta a España 2013.

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