El pasado viernes la UCI publicaba la relación de equipos candidatos para estar tanto en la primera división (UCI ProTour) y en la
segunda, como continentales pro, en 2014. Y la verdad es que un simple análisis
a la cantidad –que no a la calidad o a la distribución, que son otros aspectos
igualmente analizables- nos tiene que mover a la reflexión de que este sistema
no funciona.
Y es que la máxima categoría mundial no tiene –creo que
por primera vez en años- más candidatos que plazas a cubrir. Y eso que a última
hora, y de una forma un tanto inesperada a tenor de su filosofía de temporadas
anteriores-, el Europcar ha solicitado una licencia. Dicho de otra forma, si no
hay tonterías del tipo ‘inexpicable-e-injustificable-veto-a-Katusha’ la
proclamación de elegidos el próximo mes de noviembre debe ser un trámite…
aunque alguno debería plantearse por qué no surgen nuevas iniciativas desde
cero o se promocionan algunos de los proyectos más interesantes desde la
categoría inferior, tipo IAM, NetApp, Qhibeka o incluso Colombia.
Pero el problema verdaderamente grave no está en la
categoría superior, sino en la intermedia, donde solamente encontramos
dieciséis candidaturas –con cuatro deserciones respecto a 2013-, con lo que el
principio morfológico de la pirámide se rompe en pedazos, con una cúspide más
amplia que el escalón intermedio. Aquí surge una segunda preocupación: por qué
tampoco hay apenas proyectos nuevos en este nivel, con la única excepción del
Drapac australiano.
Finalmente la base es despropocionadamente amplia respecto
a los dos primeros grupos, lo que en demografía indicaría inmadurez: el año
pasado hubo 158 equipos continentales y esta próxima temporada tendremos que
esperar hasta enero, pero el número no debe varias mucho. Hay que recordar que
en esta categoría la regulación es competencia de las Federaciones Nacionales,
por lo que cambian mucho las exigencias entre países. Pero, independientemente
de estas variaciones, el sistema sí produce, lo cual debería ser un tercer
motivo para la reflexión.
lo dicho, cuesta abajo y sin frenos ¿y de organización de pruebas, que me dice usted?
ResponderEliminar