Aunque el interés
ciclista se circunscribe en estos momentos en un 99,9% al Tour de Francia, y
los Campeonatos de España de Ponferrada ya son historia, no me resisto a
contestarme a las preguntas que me planteaba el pasado viernes, antes del
inicio de los Nacionales.
1. ¿Tendremos que
hacer un monumento a Valverde? Indudablemente, aunque posiblemente el murciano
se lo esté autoerigiendo. De Ponferrada ha podido sacar muchas enseñanzas y,
sobre todo, ganar mucha autoconfianza de cara al Tour de Francia –ese que decía
que podía ser su última oportunidad de podio- y al Mundial –donde tendrá más
opciones en el futuro-. Yo siempre he creído que el murciano había
desperdiciado muchas balas que debía haber disparado en otras carreras por esa obsesión hacia el Tour.
Sin embargo, este año pienso, en una mezcla de razón, intuición e ilusión, que
puede estar ahí. En cuanto al ‘arco iris’, las once vueltas del pasado domingo
le han servido para memorizar muchos, pero que muchos detalles, en una ventaja
que quizás muchos no consideren importante, pero que la puede tener. Por
cierto, el circuito –sin ser tan bello o tan selectivo como el de Florencia-
tiene bastantes ingredientes para vivir un Mundial más que interesante,
bastante menos descafeinado de lo que se auguraba. ¿Peligroso si llueve? No más
que el recorrido de Fiesole, en el que hubo bastantes caídas que ya hemos
olvidado.
2. ¿Habrá algún nuevo
rey de la crono? Desgraciadamente, no. Pasados los tiempos dorados de Indurain,
Olano y Mauri, ya no tenemos un rodador capaz de marcar diferencias en un
Mundial, aunque cada vez me gustan más las prestaciones de Ion Izagirre en esta
disciplina -sin hacer ruido, ojito con este corredor-, lo mismo que sigo confiando plenamente en Jesús Herrada, pese a que
en Ponferrada estuvo por debajo de lo esperado. Sin embargo, el futuro ya está
apuntado en la persona de Juan Camacho, que tras lograr el título junior en
2013 ha sido plata en su debut en la categoría sub23. El castellano-manchego
tiene una planta impresionante y un margen de progresión que le pueden llevar a
ocupar ese lugar a medio plaza.
3. ¿Seguirán mostrando
los sub23 el ilusionante nivel ofrecido en los primeros compases de la campaña?
Pues sí, y aunque a la ‘gran esperanza blanca’, Marc Soler, el estómago le jugó
una mala pasada, me gustó la valentía de Carlos Antón Jiménez y el saber estar
de Fran García Rus, sin olvidarme del vencedor, Gonzalo Andrés, a la postre el
más listo, una cualidad clave en este deporte.
4 ¿Veremos a la
prometedora generación de féminas siendo protagonistas del Nacional? Salvo la
recuperación de Gloria Rodríguez en la contrarreloj, y el haber vivido un paso
más en la confirmación de Sheyla Gutiérrez, poco, poco. Ponferrada fue coto de
las veteranas Leire Olaberria y Anna Ramírez, ciclista valiente como pocas
aunque obtendría más repercusión por sus declaraciones que por su triunfo. No
le demos más vueltas: quien no comprende el sentido de las mismas, es que no
entiende la situación actual del Estado español.
5. ¿Cambiará
sensiblemente el desarrollo de la misma con los élites y pros en el mismo
pelotón? Desgraciadamente ningún élite pudo meterse en la fuga del día,
perdiendo una oportunidad clave de ser protagonista por un día. Lo mejor de
todo es que no hubo una diferencia de nivel de escándalo, aunque en el momento
en que se tensó la carrera –ya por encima de esa barrera de los 160
kilómetros-, muchos desaparecieron. En todo caso, un buen puñado de corredores
demostraron tener la suficiente categoría y oficio para estar corriendo en
pros… si hubiera más equipos pros en nuestro país. ¿Nombres? Por no extenderme
demasiado Cristian Cañada, José Antonio de Segovia o Pedro Merino.
Fotos: RFEC / CAR-Rafa Gómez
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