Sin ninguna duda, los mejores momentos en unos Campeonatos
de España son encontrarte con los viejos amigos, hacer nuevas amistades… y
pasar de esos –pocos, afortunadamente- enemigos que, principalmente por
envidia, van surgiendo siempre por la espalda.
En los Nacionales de BTT que han terminado hoy, he tenido
el placer de reencontrarme con Marga Fullana, sin duda la mejor ciclista
española de la historia, con sus cinco ‘arco iris’ –tres individuales y dos por
relevos- y sus doce títulos nacionales, muchos de los cuales he podido presenciar
y compartir. Una gran campeona que se marcha un poco de ’puntillas’, sin haber
podido exhibir en los Pirineos su mejor faceta por culpa de una lesión. “Pero
como soy la vigente campeona, tenía que estar aquí”, reconocía la balear.
Sinceramente me hubiera gustado una despedida mucho más triunfal. Pero el
deporte, y la vida, son a menudo bastante injustos.
Por ello, me ha hecho mucha ilusión ver esta foto y sobre
todo, la leyenda: “Encontrándome con viejos amigos tras la carrera. Luis
siempre al pie del cañón”, a la que respondía: “Lo que es un placer es haber
conocido a una CAMPEONA como tu. Te echaremos de menos, aunque seguro que
volveremos a coincidir por Mallorca”. Lo dicho, muchas gracias, y mucha suerte.
Siguiendo con las chicas, esas a las que muchas veces se
las califica como pocas y mal avenidas, quiero manifestar mi satisfacción
personal y mi agradecimiento por ver el compromiso de todas y cada una de las ‘bikers’ de este
Campeonato para con la prueba de eliminator, que resultó un rotundo éxito…
aunque el futuro de esta disciplina sea bastante poco halagüeño. Las Sandra
Santanyes, Anna Villar, Lucía Vázquez, Rocío Martín y compañía respondieron no
solo con su presencia en el XCE sino con una bonita actuación que fue del gusto
de todos los que se dieron cita en ese espectacular recorrido urbano. Y un
abrazo para la tenaz Amparo Chapa, a la que me hubiera gustado ver en el podio.
Y finalizo con las ‘descenders’. Si en otras facetas
ciclistas las chicas siguen siendo minoría, en el DH la diferencia es mayor
aún… aunque la ilusión y el coraje de estas ‘bikers’, tan digno de encomio como
el de ellos. En este caso, solamente comentarle a Blanca Juliá que procuraré
ayudarla a que pronuncien bien su nombre, a Mireia Boscá, que ha sido un placer
coincidir en persona después de las ‘luchas y fatigas’ del año pasado –y que
posiblemente sea yo el que necesite ayuda psicológica, ja, ja-, y a Vicky
Hernández que ojalá ella y su inminente hija sigan aportando su pequeño grano de arena por el ciclismo, por el mountain bike, por el descenso.
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